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La vendimia arranca en el Priorat con caídas históricas de producción por la sequía

25/08/2023
En: lavanguardia.com
Digital
La falta de agua provoca que en alguna finca de Gratallops el descenso sea de hasta el 75% El Priorat se enfrenta este año a récords que de ninguna manera desea ostentar. Lo que sucede en esta comarca se puede extrapolar a otras zonas vinícolas, en las que la prolongada sequía y las elevadas temperaturas provocarán importantes reducciones en la cosecha, de un mínimo de entre el 15 y 20% de media en Catalunya, según los datos provisionales apuntados por Xoán Elorduy, jefe del Servei de Viticultura del Incavi. Pero en determinados enclaves en los que la falta de agua ha sido más severa, como en algunas fincas de Gratallops, la caída se elevará al 50% y hasta el 75%, calcula la bióloga Ester Nin, enóloga en la bodega Clos i Terrasses, en esta localidad del Priorat, y con proyecto propio en Porrera. "Esta será la vendimia con una menor producción de la historia del Priorat", subraya Ester Nin Nin, artífice de vinos que han obtenido la máxima calificación en una de las publicaciones de referencia, The Wine Advocate , deja claro que la actual es "la vendimia con una menor producción de la historia en el Priorat". Una tendencia que ha llegado para quedarse por el cambio climático. La sequía y la canícula aceleran la pasificación de la uva (cuando el fruto se seca), uno de los motivos que ha obligado a emprender antes la recolección. "Esta última ola de calor, cuando la uva ya estaba casi madura, ha sido la peor. Estamos viendo que la acidez baja en picado y empieza la pasificación, la planta no tiene capacidad de hidratar la fruta, la uva se pasa y el grado aumenta; en algunos campos de Gratallops ha subido casi dos grados llegando a 17,7, cuando lo normal es vendimiar a 15, algunas veces a 16", reflexiona Nin en su bodega de Porrera, en la finca Les Planetes. La lluvia ha sido muy desigual en Catalunya y en concreto en esta comarca, que acumuló entre mayo y junio 100 litros en algunas zonas, como La Morera de Montsant, Poboleda o parte de Porrera, mientras que en otras cayeron menos de 30, indica el presidente de la DOQ Priorat, Salustià Àlvarez. Inmersos ya en la era del calentamiento global, una de las cuestiones que afloran es qué medidas cabe aplicar para combatir el déficit hídrico. Las reservas están a poco más del 5% en el pantano de Siurana y Àlvarez lanza una idea in extremis , estudiar la posibilidad de "traer agua de mar desalada en camiones". Presidente de la DOQ Priorat Salustià Àlvarez lanza una idea 'in extremis', estudiar la posibilidad de "traer agua de mar desalada en camiones" La viña es un cultivo de secano pero en situaciones límite, cuando apenas llueve, como en los últimos meses, algunos viticultores han procedido al riego, permitido por el consejo regulador de la DOQ Priorat antes del momento en que la uva cambia de color, concreta Àlvarez. En Clos i Terrasses tuvieron que contratar cargas de agua a bordo de tractores desde Falset. Los viticultores también asisten con impotencia a unas temperaturas nocturnas inusuales. " ¡ Esta noche -la del martes al miércoles- hemos llegado a los 28 grados ! Hemos batido otro récord, nunca nuestras tierras se habían visto sometidas a estas condiciones, lo normal es que a mediados de agosto baje de los 20 grados. Durante el día la planta resiste el calor, es por la noche cuando se recupera para poder seguir su proceso y alcanzar una maduración óptima", describe Nin. Al ritmo de música marchosa y a todo volumen, un grupo de trabajadores se afana en seleccionar los granos, descartando los que no lucen la calidad exigida, para iniciar el proceso de maceración en el Celler Nin Ortiz. "En Porrera hemos empezado la vendimia este lunes, siete días antes que en el 2022, cada año se avanza, y en Gratallops, la pasada semana", concreta Nin. A pocos kilómetros, en la finca el Tros d'en Jaume, también en Porrera, Pau Peyri iniciaba el miércoles la recolección de la garnacha blanca con la previsión de obtener una producción un 25% inferior a la del 2022. Este es el mismo porcentaje a la baja que prevé Nin en las tierras familiares de Porrera. Peyri, de 37 años, regresó a Porrera a los 18 para cuidar las tierras de sus antepasados, cuando el renacimiento del Priorat estaba en su apogeo. Pau, como su abuelo Faustino, eligió dedicarse a la agricultura; no así su padre que optó por marchar de la comarca y labrarse un futuro más seguro en el sector de la topografía. "Cuando yo volví, en el Tros d'en Jaume solo quedaban 700 cepas; yo he ido plantando más hasta llegar a las 14.000 actuales", explicaba el miércoles mientras depositaba la garnacha blanca en cestos bajo un sol de justicia. Peyri es uno de los viticultores que ha decidido iniciar la recogida de la uva de madrugada, hacia las cuatro, para evitar las horas de radiación más intensa. "Mi abuelo vendimiaba a partir de los últimos días de septiembre, pero llevamos cuatro o cinco años en que tenemos que empezar a finales de agosto o principios de septiembre", añade. En dos de las tres fincas que cuida Peyri reserva la uva para otras bodegas, para Mas Doix y Vall-Llach; en la tercera destina la cosecha a su proyecto personal, Fills de la Llicorella. Aunque la producción ha caído en picado, cuenta que los precios que pagan por se mantienen a entre 1,25 y tres euros el kilo. La subsistencia no es fácil. Salustià Àlvarez comenta que los pueblos más perjudicados de la DOQ son Gratallops, Torroja y El Lloar, y que otros, como El Molar, La Vilella Baixa, Bellmunt y Porrera, han sufrido el impacto de la sequía en parte de su término municipal. Gratallops, con una veintena larga de bodegas, entre ellas las de algunos de los protagonistas del empuje del Priorat, Álvaro Palacios, René Barbier o Daphne Glorian, es una de las localidades más castigadas, con el 50% de la cosecha afectada, indica Àlvarez. En casos extremos la reducción se eleva al 75%. La parte positiva, añade el presidente de la DOQ, es que "la sanidad de la uva es espectacular". Nin explica que desde California y por propia experiencia, ya les advirtieron que ante el contexto climático si querían seguir sacando al mercado el mismo número de botellas, inevitablemente debían adquirir más hectáreas de viña. Así que Clos i Terrasses compró nueve hectáreas de viñedo alcanzando un total de 24. "Con 24 produciremos lo mismo que con 15", dice la enóloga. Esto repercutirá en los precios. Desde el Incavi, Elorduy, indica que esta es una vendimia temprana "debido a razones climáticas, pero también a otros motivos, como la selección clonal, los métodos de producción y los estilos de vino que se buscan". Ante la sequía, las soluciones que investiga el Incavi varían en función de cada zona. "Estamos buscando pies más resistentes; mejorar la estructura del suelo para que retenga el agua, y modificar el manejo de la vegetación, ahora estamos practicando un tipo de poda que da más sombra a la cepa", detalla Elorduy. También se están intentando recuperar variedades que se abandonaron en el pasado y que aguantan más el déficit hídrico. Las mediterráneas, como la garnacha y la cariñena, son las más resilientes. Nin ha apostado por la agricultura biodinámica, por las técnicas que protegen la biodiversidad del suelo y que contribuyen a mantener la humedad.
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