Aprovechamiento de los subproductos en la alimentación del vacuno

La utilización de subproductos de la industria alimentaria permite no sólo reaprovechar estos residuos (muy importante medioambientalmente), sino reducir el coste de la ración y proporcionar sustancias bioactivas beneficiosas para la calidad de los productos y la salud de los consumidores. Un uso muy generalizado son las pajas de cerales, o los residuos de la molienda de éstos, pero el artículo se centra en residuos de producción estacional y perecedera, lo que obliga a recurrir a procesos de conservación, que tienen efectos en su composición y poder nutritivo. Se dividen en cuatro grupos: subproductos del olivo y la vid (orujo de aceituna y uva, alpechines, ramón de olivo verde, de olivo seco, sarmientos...); subproductos de la industria conservera de hortalizas (pulpa de tomate, guisante fresco y ensilado, alcachofa fresca y ensilada...); subproductos de la industrialización de frutas (pulpa de cítricos fresca o deshidratada, pulpa de manzana fresca o ensilada...); y otros subproductos (melaza y pulpa de remolacha azucarera, bagazo de cerveza, cáscara de girasol, semilla de algodón...). Se ofrece una tabla con las características nutritivas de estos subproductos y se estudian los puntos a tener en cuenta a la hora de incorporar alguno de éstos a la ración alimenticia del ganado. Los subproductos de la industria agroalimentaria son una grave amenaza medioambiental, su reciclaje en alimentación animal palía este problema. Su uso se está incrementando por el aumento de precio de las materias primas convencionales, además, cuando ese uso es local, se reduce la huella de carbono de los productos animales