Un equipo de investigación liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha confirmado la reducción de la población de insectos beneficiosos en los cultivos intensivos de plátanos.
Un equipo de investigación liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha confirmado la reducción de la población de insectos beneficiosos en los cultivos intensivos de plátanos.
Según informa el organismo, el estudio ha analizado cómo afecta la forma de cultivar plátanos a las tijeretas insectívoras, 'Euborellia annulipes', que ayudan a controlar las plagas de insectos de manera natural.
De esta forma, los datos, que han sido recabados en la isla de La Palma, confirman que en las plantaciones donde se siguen prácticas ecológicas, el número de individuos fue mayor que en las plantaciones intensivas.
Sin embargo, la variabilidad genética detectada, aunque similar, fue algo mayor en las plantaciones intensivas, según ha indicado la investigación.
El equipo baraja dos hipótesis para explicar estos resultados, o que los pesticidas induzcan un mayor número de mutaciones, o bien que el aumento de la movilidad de los insectos en entornos perturbados favorezca el intercambio genético.
Los investigadores explican que la pérdida de insectos, que están en la base de la cadena alimentaria, es uno de los problemas "más graves" que enfrentan los ecosistemas y que la actividad del ser humano es la que está provocando "el declive" de estas especies.
En este sentido, recuerdan que la agricultura, "esencial" para la alimentación, tiene un "fuerte impacto" en el medio ambiente, en especial cuando se practica de forma intensiva.
Además, aseguran que uno de los efectos "más negativos" que provoca es la pérdida de biodiversidad, es decir, la reducción del número y la variedad de especies que habitan los ecosistemas agrícolas.
En contraposición, afirman que la agricultura ecológica se presenta como una alternativa "más respetuosa" con la naturaleza ya que, al no utilizar pesticidas y fertilizantes sintéticos, es una manera más sostenible de cultivar.
La investigadora del MNCN Pilar Jurado Angullo ha explicado en una nota que para esta investigación han estudiado "tanto la abundancia de tijeretas en cada tipo de cultivo, considerando su sexo y su fase de desarrollo, es decir, ninfa o adulto, como su diversidad genética".
Los resultados confirman que las plantaciones ecológicas albergan una mayor cantidad de tijeretas, especialmente hembras.
Jurado ha apuntado que esto podría deberse a que "las hembras son más sedentarias porque se encargan de cuidar de sus crías, lo que podría hacerlas más vulnerables a los pesticidas usados en los cultivos convencionales".
Asimismo, ha indicado que "los machos, que tienen más capacidad de movimiento, parecen verse menos afectados por el tipo de manejo".
Por su parte, el investigador del MNCN Mario García París ha añadido que el dato que les sorprendió fue "el genético, ya que aunque había más tijeretas en los cultivos ecológicos, la diversidad genética era mayor en los intensivos".
"Más allá de las hipótesis que barajamos, que se trate de mutaciones o sea producto de la mayor movilidad para evitar entornos tan modificados, este estudio demuestra que, para comprender el impacto de la agricultura sobre los insectos, no basta con evaluar la cantidad o el número de especies, sino que es fundamental tener en cuenta la diversidad genética", ha concluido.