La crisis climática ya está causando estragos en muchos de los paraísos naturales que tenemos en España y en el resto del mundo. Las medidas para mitigarla han sido hasta ahora insuficientes y tardías, y urge actuar cuanto antes para conservar y? cuidar la flora y la fauna de los lugares más afectados por el calentamiento global. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, no solo la tasa de extinción de especies está aumentando a un ritmo vertiginoso, también se incrementan las probabilidades de que habitantes y turistas sufran grandes impactos en diversos puntos del planeta. El presidente de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas, Robert Watson, explica que "estamos erosionando los cimientos de las economías, los medios de vida, la seguridad alimentaria, la salud y la calidad de vida en todo el mundo". No obstante, este informe también reivindica que "no es demasiado tarde para actuar", pero solo si trabajamos "desde lo local hasta lo global", detalla. "No es demasiado tarde para actuar" Lugares tan dispares geográficamente como Maldivas, el Kilimanjaro o Venecia se enfrentan a un alto riesgo de sufrir daños naturales irreversibles, que a su vez acarrean implicaciones culturales y económicas en las comunidades oriundas. Al hilo, la degradación de estos ecosistemas afecta sobremanera a zonas que atraen a millones de turistas por su belleza. En la costa El calentamiento global no solo afecta a los polos, también tiene una incidencia notable y peligrosa en islas y playas. Algunos archipiélagos y zonas costeras pueden desaparecer parcialmente en 75 años si no se palian los efectos que ya están haciendo mella en lugares paradisíacos. Las islas del Pacífico y las islas Maldivas son algunos de los destinos en riesgo de desaparición. Se trata de lugares muy codiciados por los visitantes y donde gran parte de la riqueza gira en torno al turismo. Según la proyección del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, "la vulnerabilidad de las comunidades en islas pequeñas, especialmente de aquellas que dependen de los sistemas de arrecifes de coral para su sustento, pueden exceder los límites de adaptación antes del año 2100; incluso en una posible trayectoria de bajas emisiones de gases de efecto invernadero". Otros paraísos muy solicitados en verano como Hawái o las islas Seychelles corren un serio peligro de quedar sumergidas, incluso en un periodo notablemente más corto si no se efectúan las acciones necesarias para frenar el avance del cambio climático. Deshielo Las zonas costeras paradisíacas no son las únicas amenazadas por el calentamiento global a medio plazo. Algunas regiones montañosas que también son muy turísticas pueden verse seriamente dañadas hasta el punto de modificar el paisaje, imposibilitar las actividades turísticas y perjudicar a las comunidades locales. De hecho, algunos de los destinos predilectos para los amantes de los deportes de invierno, como el esquí, ya han adoptado medidas como producir y recurrir a nieve artificial para no tener que interrumpir sus actividades. Espacios naturales españoles que están en grave peligro Como fenómeno global, el cambio climático y sus efectos causan estragos en parajes naturales de excepción en España. Sin embargo, aún pueden verse especies en peligro de extinción, como osos pardos o cigüeñas negras, en un marco excepcional. Disponemos de 15 parques naturales en nuestro país donde podemos observar flora y fauna salvaje al borde de desaparecer por esta causa y por la captura ilegal que acecha a algunos de estos animales. El Parque de Picos de Europa, situado entre las comunidades de Cantabria y Asturias y en la provincia de León, cuenta con hasta doce especies catalogadas como vulnerables o en peligro de extinción, como el oso pardo, el águila perdicera o algunos ejemplares de murciélagos. Al sur de España encontramos el Parque Natural de la Sierra de Andújar, un bello paisaje jiennense que cuenta con ejemplares de lince ibérico, una comunidad que se ha recuperado y acaba de salir de la lista de animales en riesgo de extinguirse. El Parque Nacional de Monfragüe, en Cáceres, es otro espacio natural español con muchas especies catalogadas como vulnerables, como la cigüeña negra. Debido a las emisiones de CO2, glaciares situados en cincuenta sitios catalogados como Patrimonio Mundial están retrocediendo a pasos agigantados desde el año 2000. Esta circunstancia, sumada a la excesiva turistificación, provoca que glaciares situados en atracciones turísticas como el Parque Nacional Kilimanjaro, el Parque Nacional Los Alerces, los Dolomitas o el Parque Nacional de Yellowstone puedan desaparecer en menos de cincuenta años. Aplicar medidas en zonas turísticas afectadas por el calentamiento global, además de proteger a visitantes y residentes, ayuda a salvaguardar el patrimonio natural en estas regiones. Soluciones como las 'ciudades esponja' aprovechan la infraestructura urbana verde para mejorar la disponibilidad y calidad del agua, evitan inundaciones y mejoran los recursos hídricos. Según ONU-Habitat, evitan "que el agua de lluvia inunde las ciudades mientras se implementan formas de conservarla", en lugar de "enviarla por el desagüe". Todo esfuerzo es más necesario que nunca para preservar el futuro del planeta y su biodiversidad. Parque Nacional de Doñana Especial mención merece este espacio natural andaluz por la cantidad de especies animales y vegetales y por su paisaje, con playas y humedales llenos de vida. Su biodiversidad exclusiva en Europa y su ubicación de paso para miles de aves africanas y europeas lo convierte en un lugar estratégico a preservar. Actualmente, se trata de un humedal Patrimonio de la Humanidad. No obstante, especies como la vaca marismeña, el milano real o el caballo de retuerta corren peligro por el continuo descenso del acuífero de Doñana, siendo una posibilidad real que se incluya en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro.