La Ribera Alta es la tercera comarca valenciana con mayor número de cooperativas agrarias , aunqu e la única que cuenta con cuatro firmas entre las diez más potentes de la Comunitat Valenciana en base al volumen de facturación , según el informe socioeconómico elaborado por la Federació de Cooperatives Agroalimentàries de la Comunitat Valenciana con los datos aportados por 252 sociedades al cierre del ejercicio 2022, que fue presentado en la última asamblea de la entidad.
La Cooperativa de Nuestra Señora del Oreto de l'Alcúdia, la de Sant Bernat de Carlet y la Cooperativa del Camp de Vila Nova de Castelló siguen consolidadas una campaña más en este «Top ten», al que regresa tres años después de la Copal de Algemesí.
Una coyuntura internacional marcada por el inicio de la guerra de Ucrania -que se ha complicado si cabe todavía más en 2023 con la inestabilidad en Oriente Medio- y una sucesión de fenómenos meteorológicos adversos provocaron una merma en la facturación, generaliza en el sector, que no ha impedido que la cooperativa de l'Alcúdia , que lidera el presidente de la Federació de Cooperatives Agroalimentàries, Cirilo Arnandis, consolide el sexto puesto que ya ocupaba la campaña anterior en este ránquing con una facturación en 2022 de 38,66 millones de euros.
La cooperativa de Carlet baja dos posiciones respecto de la temporada anterior para ocupar la s éptima plaza con una facturación de 35,60 millones de euros, justo por delante de la Copal de Algemesí que escala hasta la octava plaza con un volumen de negocio de 31,56 millones. La Cooperativa del Camp de Castelló cierra un año más el «Top diez» con una facturación de 28,55 millones.
Al frente del ránking
Este ranquing de las cooperativas más potentes de la Comunitat Valenciana está liderado un año más por Surinver, la firma de Pilar de la Horadada (Alicante) especializada en hortalizas, con un volumen de negocio de casi 60 millones de e euros, por delante de la Cooperativa San Alfonso de Betxí (Castelló) que, especializada en cítricos, facturó en esa campaña 57,36 millones. Ocupan los siguientes puestos la Cooperativa Valenciana de Avicultores y Ganaderos con sede en Silla, que trabaja con piensos (57,14 millones) ; la cooperativa de Cheste (50,01) y San Isidro de Benicarló (44,21). Las diez mayores cooperativas de primer grado de la Comunitat aglutinan el 17 % de la facturación agregada y el 32 % del valor total de la producción comercializada.
El volumen de negocio de estas diez cooperativas ascendió en 2022 a 434,28 millones de euros, lo que supone un descenso del 4,3 % respecto de la campaña anterior, según detalla el informe socioeconómico y de actividades de la Federació. En el caso de las cooperativas de Carlet y l'Alcúdia, habían superado ligeramente los 40 millones de facturación en la campaña 2021, tras un crecimiento que en el caso de la Cooperativa Nuestra Señora del Oreto había sido ese año del 29 %.
Por otra parte, Canso lidera la tabla de las principales cooperativas exportadoras de primer grado con un total de 35,18 millones de euros, una relación en la que también aparece en el «Top 5» la cooperativa de Castelló con un volumen de cítricos comercializado en mercados exteriores de 26,26 millones.
El informe de la Federació de Cooperatives Agroalimentàries contabiliza en la Ribera Alta 20 entidades en activo, lo que la convierte en la tercera comarca valenciana en número de cooperativas agrícolas solo por detrás de la Plana Baixa, que cuanta con 29, y la Plana de Utiel-Requena, que cuenta con 26. En el caso de computar la Ribera como una comarca única, se contabilizarían 27 cooperativas agrarias en total, ya que la federación contabiliza siete firmas en la Ribera Baixa, y se convertiría en la segunda comarca con mayor número de mercantiles de estas características.
Adaptarse al cambio climático
El presidente de la Federació aprovecha el informe socioeconómico para repasar cómo el sector agrario vivió con gran preocupación la proliferación de fenómenos meteorológicos extremos: «heladas, pedrisco, viento, lluvias persistentes y, por encima de todo, la sequía».
Cirilo Arnandis señala que «la concatenación de estos fenómenos pone de manifiesto la necesidad que tenemos de adaptar nuestros cultivos prácticas a los efectos del cambio climático para seguir manteniendo nuestras explotaciones. Sin embargo, es una necesidad de primer orden que se traduce directamente en un importante incremento de los costes de producción, en el aumento de la incidencia de las plagas y enfermedades o en la necesidad de abordar la adaptación de nuestro sistema de seguros agrarios para cubrir adecuadamente nuevas contingencias».n
TEMAS