La denominación aragonesa que más tarde inicia la recolección preve una cosecha cercana a los 12 millones de kilos de uva.
Chus García
Un momento de la vendimia en los viñedos de la D. O. Calatayud, la pasada campaña. D. O. Calatayud Los vendimiadores comienzan a llegar estos días a los viñedos de la Denominación de Origen Calatayud. Lo hacen este año unos días antes que en una campaña habitual, ya que las altas temperaturas de los últimos días y la ausencia de precipitaciones han acelerado la maduración y las uvas comienzan a estar en el momento óptimo de recolección. A pesar de este adelanto, por sus condiciones geográficas, esta denominación, la más joven de Aragón, es también la que realiza la vendimia más tardía de la Comunidad y una de las últimas del conjunto de las zonas productoras del país.
Como es lo habitual, la campaña se inicia hoy, según detallaron desde el consejo regulador, con la recogida de las primeras variedades de uva blanca: macabeo y garnacha blanca.
Llegará después, a partir de mediados de octubre, la vendimia de la garnacha selección , "que es la uva destinada a los mejores vinos tintos de las bodegas de la denominación", señala la denominación de origen, que mantendrá los trabajos de recolección hasta los primeros días de noviembre, una fecha, destacaron, que dependerá también del comportamiento del tiempo durante la recolección.
Las previsiones son favorables. Las bodegas integradas en la denominación de origen esperan recoger cerca de 12 millones de kilos de uva de las que el 95% son variedades tintas, lo que supone un incremento del 20% respecto a la campaña anterior. unas expectativas que ya se intuían cuando comenzó la floración. Los viñedos presentaban entonces "un aspecto increíble con gran número de racimos y un buen cuajado", explicó entonces su presidente, Miguel Arenas.
Y es que, tras años de inclemencias climáticas, el tiempo ha sido un aliado en esta campaña. Las condiciones meteorológicas han sido favorables, aunque es cierto que las últimas semanas han resultado muy secas, puntualiza la D. O. Sin embargo, apenas se han registrado heladas primaverales y las precipitaciones primaverales permitieron "una buena brotación de la uva y un buen proceso de maduración posterior, que ha desembocado en una vendimia equilibrada", matiza.
A una buena producción se suma también la previsión de unas muy buenas cualidades del fruto. De hecho, los enólogos de las bodegas de la denominación destacan la "excelente calidad de la uva, que viene con gran cantidad de aromas, lo que hace prever que será una buena añada" . A ello ha contribuido las favorables condiciones sanitarias que ha mantenido el viñedo a lo largo de todo el proceso de maduración, en el que no se han producido afecciones por plagas, "lo que contribuye a vendimiar unas vides sanas y vigorosas", insisten los enólogos.
A mano No solo son las tardías fechas en las que la D. O. Calatayud comienza la vendimia lo que la distingue del resto de denominaciones aragonesas. También el proceso de recolección, ya que las características geográficas (zonas altas y escarpadas) de las tierras en las que está ubicado gran parte de su viñedo más tradicional, obliga a los viticultores a realizar más del 60% de la vendimia de forma manual. Este sistema, señala la denominación, permite una manipulación más cuidadosa de la uva, pero exige también un mayor número de mano de obra. Por eso y para evitar los riesgos de contagio en estos momentos de pandemia, la denominación han intensificado las medidas sanitarias para garantizar la seguridad de sus temporeros.