La producción de alfalfa cerrará en las próximas semanas su campaña en el campo con unos volúmenes un 15% superiores a la anterior, hasta sobrepasar el millón de toneladas, y un abaratamiento que rebasa el 36 %.
Una mejor climatología y un aumento de la superficie productiva (+9 % respecto a la pasada) han sido claves para ese aumento de los volúmenes que sobrepasan el millón de toneladas, según los datos sectoriales consultados por Efeagro .
Aragón, Castilla y León y Cataluña son las autonomías con mayor superficie productora, según los informes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Desde la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada ( AEFA ) su presidente, Luis Machín, ha apuntado a Efeago que este incremento se debería también a la seguridad que ofrecen los forrajes menos afectados por condiciones climáticas adversas y a las ventajas que aporta la nueva PAC si se opta por cultivos «mejorantes» como la alfalfa.
De la mano de esa mayor oferta, ha venido también un abaratamiento del cultivo; de hecho, la tonelada de una bala de alfalfa de primera categoría cuesta ahora 203,31 euros frente a los 318,38 euros de hace justo un año (-36,14 %), según los datos del MAPA.
Además, una tonelada de pellets estándar de alfalfa cotiza ahora a 178,33 euros de media por los 295,92 euros/tonelada de hace un año (-39,74 %).
Machín ha apuntado que alcanzar estas cifras supone volver a la «normalidad» tras una campaña, la pasada, «un poco más conflictiva».
Tras cerrar la campaña en campo, se abren «muchos meses» dedicados a la venta (hasta 31 de marzo) cuando finalice oficialmente la campaña 2024/2025, ha recordado.
LA DEMANDA DE LA ALFALFA DESHIDRATADA YA ALCANZA A LA MITA DE LA PRODUCCIÓN
Por otro lado, ha puesto en valor la fuerza que tiene en este sector la preparación de alfalfa deshidratada por ofrecer ventajas en la alimentación animal, su principal destino.
Ya supone la mitad de la producción de alfalfa porque la deshidratación da más «estabilidad y homogeneidad al producto» además de ofrecer ventajas en seguridad alimentaria y una «correcta nutrición» de animales al tener una «humedad muy baja y no fermentar».
Por eso, la industria del deshidratado en España agrupa a más de 57 empresas que dan empleo directo a 4.000 personas y que fabrican tanto balas como pellets para su consumo nacional y para la exportación.
Además, la alfalfa es la «reina» de los cultivos forrajeros por aportar proteína «de alto valor», fibra y es un «alimento muy completo para los animales, especialmente los de producción láctea».
Otra de las fortalezas es su buena adaptación al cambio climático porque la alfalfa se recoge hasta cinco veces al año y no depende por lo tanto de que llueva en una época determinada para tener cosecha.
Además, no requiere laboreo en «cuatro o cinco años, mejora la estructura del suelo y fija el nitrógeno atmosférico»; de ahí que su cultivo esté impulsado en la nueva PAC a través de líneas como los eco-regímenes de rotación de cultivos con especies «mejorantes» como ésta.
En materia de innovación, Machín ha informado de que hay abiertas líneas de trabajo para conseguir mejoras en las variedades de semillas.
El fin es conseguir que «se adapten bien» y que produzcan «mejor y de forma más eficiente».
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