Muy singular clarete elaborado por uno de los proyectos más jóvenes de la DO Arlanza. Es muy floral, muestra frutillas rojas y, a la vez, exhibe notas de hierbas aromáticas La pequeña Bodegas Decorus está situada en el municipio burgalés de Santa Inés, a solo 4 kilómetros del bonito pueblo de Lerma, aunque elaboran en régimen de alquiler en la bodega Palacio de Lerma. Es uno de los proyectos vitivinícolas más jóvenes de la DO Arlanza. Empezaron en 2020, recuperando majuelos de viñas viejas (de más de 70 años, y algunas incluso centenarias). Trabajan sus viñedos de forma sostenible, siguiendo la agricultura ecológica. Este proyecto desbordante de ilusión ha sido impulsado por dos amigos de la infancia: el maestro Luis Rodríguez Amayuelas y el ingeniero Fernando Santamaria del Hoyo. Luis, que lamenta que los jóvenes ya no quieran trabajar los olvidados majuelos de la zona, ha dejado la docencia para centrarse en una bodega que hoy por hoy solo elabora unas 3.000 botellas anuales, y aún no exportan. También buscan quien les distribuya en Catalunya. La mejor forma de conseguir sus vinos sigue siendo a través del contacto que facilitan en su página web . Un trabajo laborioso Desde Decorus se recuerda que en Santa Inés y Villalmanzo había muchos viñedos que no se parcelaron. Ello, por un lado, hizo que se conservara "la tradición de los paisanos de hacerse el vinito en la bodega del abuelo". Pero ahora esto "se ha convertido en su sentencia". Luis Rodríguez Amayuelas apunta que "hay cientos de parcelitas de 100 a 600 metros cuadrados de viñedo, imposibles de mecanizar o de trabajar con cuadrillas (por logística), por lo que desde los años 70 han empezado a abandonarse todos esos viñedos". Añade que "es sorprendente andar por el bosque de Santa Inés y encontrarte encinas y sabinas a las que trepan y enredan diferentes variedades de vid que todavía, y sin viñadores, resisten al paso del tiempo". Desde 2018 se propusieron recuperar algunas de esas parcelas "que todavía tenían remedio". El trabajo ha sido y continúa siendo muy laborioso. De hecho, no pueden arar más que con la azada. De esta forma, las viñas conviven con romeros, lavandas, espliegos y tomillos, y están rodeadas de encinas y sabinares, donde conviven con los voraces corzos. Decorus 2022 es la última novedad de la bodega. Se estrenó en el mercado el pasado mes de julio. De esta primera añada solo se ha elaborado una edición limitada de 700 botellas. El significado de Decorus bonito en latín es bonito y, además, es un genotipo de corzo. En sus etiquetas honran a este cérvido "porque amamos y respetamos la naturaleza", aunque no olvidan que "empieza a ser un problema para algunos en la zona". Recuerdan que, en el caso del viñedo, los corzos se comen los brotes tiernos en primavera y los racimos antes de vendimias. Y añaden que "nosotros, en vez de vallar las parcelas, que es por lo que está optando la gente, lo aceptamos y calculamos los rendimientos con las perdidas naturales". Incluso Luis Rodríguez Amayuelas rinde homenaje al corzo en su WhatsApp personal, con un emoticono de este animal. De Decorus 2022 solo se ha elaborado una edición limitada de 700 botellas La del 2022 fue una añada con abundantes lluvias en primavera, y con un verano muy seco y soleado. De hecho, fue el verano más caluroso registrado hasta la fecha en la zona. La vendimia se realizó muy tempranamente, a mediados del mes de septiembre. Para elaborar este rosado se seleccionaron a mano las uvas de dos majuelos multivarietales, con vides plantadas hace más de 80 años, situados en los términos municipales de Villalmanzo (Valdetabladillo) y Santa Inés (La Piñuela). Son dos majuelos ubicados a muy poca distancia entre ellos, y ambos trabajados con el máximo respeto por la naturaleza y rodeados de monte alto formado por sabinas, quejigos y encinas. El de Valdetabladillo alcanza los 910 metros sobre el nivel del mar, y su suelo es aluvial y arenoso. El de La Piñuela tiene una altitud de 880 metros, y suelo aluvial arcillo-limoso. Decorus 2022 es un clarete elaborado con un 40% de variedades de uvas blancas (principalmente albillo mayor y viura, y un 5% de otras variedades como tempranillo blanco, palomino o rojal) y un 30% de garnacha, un 25% de tempranillo y un 5% de otras variedades tintas como la mencía y la bobal, entre otras. En su etiqueta se explica que es fruto de viñas recuperadas, principalmente de la variedad tempranillo. La selección de las bayas se realiza en las mismas viñas. Se realiza un prensado ligero y la fermentación alcohólica con temperatura controlada a 18ºC, en depósito de acero inoxidable. Fue criado durante 5 meses con sus propias lías y sin bazuqueo. Es un rosado de bonito color salmón, con tonalidades cobrizas. Nítido y brillante. Es muy floral, y también muestra frutillas rojas. A la vez, exhibe notas de hierbas aromáticas (romero, manzanilla y espliego). Es redondo, fresco, ligero y presenta una buena acidez y una punta algo licorosa, aunque solo tiene 13º de alcohol. Es un clarete muy singular. En su etiqueta se explica que es fruto de viñas recuperadas, principalmente de la variedad tempranillo A Luis Rodríguez Amayuelas le gusta armonizarlo con sushi. También es ideal para acompañar unos fetuccini con gambas rojas, unos espaguetis con langostinos y mejillones, unos jabuguitos al infierno (chorizo ibérico cocido con vino fino) e incluso con otra propuesta muy típica de la zona: una olla podrida (con alubia roja, chorizo, costilla adobada, morcilla de Covarrubias y tocino).