El campo avisa de una menor producción de la esperada en Andalucía y Catalunya La industria aceitera y el ministerio de Agricultura intentaban tranquilizar a los consumidores este septiembre afirmando que, probablemente, el precio del aceite de oliva había tocado techo tras alcanzar máximos históricos en verano. Pero estas previsiones, al menos de momento, no se han cumplido. El encarecimiento del aceite continúa imparable por ahora y el precio en origen ha vuelto a batir récords en diciembre, con una cotización nunca vista: 8,4 euros el kilo de virgen extra el pasado viernes, indican los datos de Infaoliva. Los precintos de seguridad que llevan algunas botellas en los supermercados y el aumento de robos de aceitunas en el campo son la muestra de que la espiral de precios sigue revolucionada. Los datos del INE de esta semana referentes a noviembre así lo confirman. El aceite de oliva no solo está más caro que un año antes (un 66,7%), algo esperable porque el encarecimiento comenzó a principios de este 2023, sino que cada mes la botella de aceite cuesta un poco más en el súper. Y aunque la inflación en los precios al consumidor se ha relajado algo en octubre y noviembre -ver gráfico-, la última fuerte subida de la cotización en origen hace difícil pensar en un abaratamiento. Detrás de este nuevo impulso de los precios en origen está una cosecha que no está dando los resultados esperados en algunas zonas clave para la producción de aceite. Juan Luis Ávila, responsable del olivar en la organización agraria COAG, explica que el aceite que se obtiene de las aceitunas -el rendimiento- es menor de lo previsto en parte de las explotaciones de Jaén, la primera zona productora de España seguida de Córdoba. "El rendimiento está siendo anormalmente bajo, en torno a un 20% menor; la sequía nos tienen contra las cuerdas", comenta al teléfono en medio de una parcela con 400 olivos cerca de Jaén capital. De fondo se oyen las máquinas que recolectan la aceituna. Si en una campaña normal sus árboles deberían dar unos 20.000 kilos de aceituna, este año aportarán unos mil kilos y con un rendimiento de aceite también por debajo de lo habitual. "Y eso que son de riego; pero también aquí hemos tenido restricciones porque no hay agua suficiente para todo; de un derecho a 1.500 metros cúbicos he pasado a 400 metros cúbicos, y esto sólo da para mantener el árbol, no para una buena producción", resume. La cotización en origen alcanza un nuevo récord en diciembre: 8,4 euros el kilo de virgen extra Esta situación está provocando que algunos agricultores estén frenando la recogida de aceituna porque el poco aceite obtenido no da para cubrir costes. También en Catalunya observan este problema. "El rendimiento de la aceituna tiene que estar en un mínimo del 10% para que coger las olivas te salga a cuenta", subraya Jordi Pascual, coordinador del sector del aceite en Unió de Pagesos y propietario de una explotación en la zona del Penedès. "Este año hemos perdido el 80% de la producción", lamenta. Catalunya es la comunidad autónoma donde más ha caído la producción de aceite, con un descenso del 20% frente a la campaña pasada y de un 60% respecto a la media de los últimos cinco años. La falta de producto está haciendo que se multipliquen los robos también en Catalunya, asegura Pascual. Mientras los precios no amainan, el consumo de aceite de oliva en España sigue a la baja. Los consumidores se adaptan comprando menos, un 18,3% entre noviembre de 2022 y octubre de 2023 respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el gasto creció el 26,2%, según los últimos datos de la consultora Circana. El aceite se acerca así a la categoría de alimento de lujo.