Las exportaciones y las ventas bajan, pero muchas bodegas han hecho su agosto en los supermercados
De sobra es sabido ya que Castilla-La Mancha es el mayor viñedo del mundo, con más de 473.000 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid, lo que representa prácticamente el 50% de la superficie de España. Estos datos dejan bien a las claras que el sector vitivinícola de la región es el principal pilar de la economía castellanomanchega, llegando las exportaciones de vino en 2019 a facturar los 650,8 millones de euros, según los datos facilitados por el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), lo que nos sitúa una vez más a la cabeza a nivel nacional, como ha sucedido en años anteriores.
Sin embargo, esa buena tendencia se puede ver truncada debido a la pandemia del coronavirus, ya que, a pesar de seguir liderando las cifras de exportaciones en Castilla-La Mancha con un descenso de más de un 5% según el último informe del ICEX del primer trimestre de 2020, la incertidumbre que genera un menor movimiento de productos, de personas y, como consecuencia, del turismo, están haciendo que el sector vitivinícola se retraiga.
Prueba de ello, es que las ventas de vino en general han descendido durante los meses del confinamiento debido al cierre de los locales de hostelería, unos de los principales clientes del vino castellanomanchego. Sin embargo, muchas bodegas no han salido mal paradas de esta situación, que han visto en la crisis del coronavirus una oportunidad para vender sus caldos a través del canal de la alimentación y de los supermercados, que es lo que ha salvado a muchos de esos productores, con un repunte en sus ventas que llega incluso al 30 o el 40%.
Atendiendo a las peticiones del sector para paliar los efectos del Covid-19, el Consejo de Ministros del 9 de junio, aún durante el estado de alarma, aprobó un paquete de medidas extraordinarias por valor de 90,5 millones de euros, que recogía una destilación de crisis, ayudas al almacenamiento privado y una cosecha en verde. Unas soluciones que no han dejado del todo satisfechos a los principales actores del vino en Castilla-La Mancha.
Medidas «cortas» «Las medidas adoptadas por el Gobierno de España se han quedado cortas y el mercado sigue sin reaccionar y las perspectivas no son muy halagüeñas», asegura a ABC Fernando Villena , presidente regional de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja). Aun así, cree que «si no hubiera sido por destilación, habríamos tenido muchos problemas en la recogida de la uva de esta campaña de la vendimia, aunque quizá se produzcan, pese a ello».
Villena denuncia también, como en años anteriores, «aunque este año con más motivo», la decisión de algunas grandes empresas bodegueras de renegociar los contratos a la baja, por lo que los precios de la uva han bajado aún más que en otras campañas. Además, según comenta, esos compradores se han visto, a su vez, obligados a revisar sus contratos para vender sus vinos debido a los problemas que ha provocado la pandemia del Covid-19, arrastrando a los pequeños productores. «Lo grave de esto es que, a falta de un mes y poco, vamos a llegar a la vendimia con unos precios de la uva por los suelos, ello con una cosecha abundante y, si no se activan medidas, prevemos que las ventas de vino se van a resentir mucho», vaticina.
El portavoz del vino de Cooperativas Agroalimentarias en Castilla-La Mancha y gerente de la Bodega Zagarrón de Mota del Cuervo (Cuenca), Juan Fuente Rus , aun siendo realista, no es del todo pesimista ante la coyuntura que ha dejado el coronavirus. Según explica, «la distribución en el mercado de nuevas remesas de vino castellanomanchego está arrancando muy lentamente y se va incorporando el personal poco a poco a medida que van abriendo los bares y restaurantes. Los pedidos van saliendo con cuentagotas debido a que había acumulado mucho excedente en toda la cadena que vive del sector, que están dándole salida ahora».
Una «pequeña oportunidad» Además, Fuente Rus afirma que esta situación está suponiendo una «pequeña oportunidad» para parte del sector vitivinícola castellanomanchego porque, según señala, aunque se ha reducido el consumo en los canales Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) de productos de alta gama, los vinos destinados a tiendas de alimentación y supermercados, que son muchos en Castilla-La Mancha, no se han visto tan afectados y están sacando partido de esta extraña coyuntura, con un repunte en las ventas del 30%.
De la misma opinión es Carlos David Bonilla , responsable de Bodegas Campos Reales en El Provencio (Cuenca) y presidente de la Denominación de Origen La Mancha, la más grande de Castilla-La Mancha. Según él, «aunque el consumo y las ventas han bajado debido al coronavirus en torno a un 20-23%, en nuestra zona los datos no han descendido tanto si los comparamos con los de otras denominaciones de origen y otras regiones».
La incertidumbre que está generando esta situación y el hecho de tener cerrado el canal Horeca durante tanto tiempo ha producido que parte de los vinos de gama media-alta hayan dejado de salir al mercado. Sin embargo, el presidente de la DO La Mancha reconoce que sí que es cierto que en las tiendas de alimentación y en los supermercados ha aumentado el volumen de ventas con vino de gama media-baja, que han gozado de repuntes históricos desde el mes de abril, ya que aumentaron hasta en un 40% con respecto a otros años.
«Hay que reinventarse» «Aunque se deben tomar muchas medidas y precauciones, una parte importante de vino va a seguir saliendo al mercado, aunque no tanto como hubiéramos deseado, ya que nos hemos comido la mitad del verano, época en la que entre los cruceros y los hoteles la DO La Mancha hace el agosto, como se suele decir», indica Bonilla, quien cree que todas las medidas adoptadas por el Gobierno dependerán de cómo vaya evolucionando el canal Horeca en función de la pandemia. «Esperemos que el sector se reactive porque, si no, los problemas serán aún mayores de cara al próximo año, aunque estamos acostumbrados a reinventarnos», dice con resignación.
«Como veníamos de una cosecha mala en 2019, vemos ahora que las cantidades de vino de este año están siendo un poco inferiores con respecto a las de la campaña anterior, pero están siendo buenas», subraya el portavoz de Cooperativas Agroalimentarias . En cualquier caso, a su juicio, más allá del coronavirus, hay que esperar a lo que pueda pasar con el Brexit, la guerra comercial entre China y Estados Unidos o la imposición de aranceles por parte del Gobierno de Donald Trump a determinados productos como el vino, «lo cual afectaría aún más al sector vitivinícola de Castilla-La Mancha».
«La conclusión, en definitiva, es que las exportaciones son las que están salvando al vino de la DO La Mancha, que ya se han comenzado a retomar con bastante fuerza y sacaremos mucho vino de nuestras reservas», manifiesta el presidente de la DO La Mancha. En este sentido, aunque se paralizaron las catas presenciales, esta región tan importante ha seguido con su estrategia de promoción de sus productos a través de ferias internacionales y el próximo invierno recuperaran la normalidad, si el coronavirus no lo impide.