Ya es posible cuantificar la influencia del ambiente sobre la incidencia de enfermedad

Los ganaderos ya saben que ciertas enfermedades se pueden acentuar con temperaturas muy altas o muy bajas dentro del alojamiento, o que la baja calidad del agua disponible, así como la humedad pueden predisponer a los animales a la enfermedad. Pero hasta ahora no se disponía de datos tangibles sobre la relación entre el ambiente de la granja, la sanidad y la productividad. El proyecto PROHEALTH para el control sostenible de las enfermedades en producción porcina y avícola intensiva, comenzó en diciembre de 2013 y finalizó en noviembre de 2018, y ha sido el mayor proyecto financiado hasta el momento por la Unión Europea sobre salud y bienestar animal. Se instaló una red de sensores que recogía parámetros medioambientales como temperatura, humedad, CO2 y consumo de agua, en una amplia variedad de sistemas de producción y empresas productoras en cinco países europeos durante 16 meses. Se combinaron los datos de salud de los animales con los datos de los sensores y con los datos de la productividad en un único conjunto de datos. El estudio proporcionó una visión sólida sobre cómo los factores medioambientales influyen en la salud animal. Las implicaciones son muy relevantes ya que el impacto puede ser minimizado o evitado en términos de salud, crecimiento, eficiencia alimentaria, número de animales tratados o mortalidad de los mismos. Esto afecta a la salud y al rendimiento y, por lo tanto, a los costes de producción y, al mismo tiempo, promueve un uso menor o mínimo de antibióticos