Primero fue la modernización de las cooperativas y ahora toca contar con trabajadores cualificados

José Gilabert, presidente de la Cooperativa San Vicente de Mogón (Jaén) nos habla de la modernización de las instalaciones que llevó a cabo su cooperativa para adaptarse al siglo XXI, y de la producción integrada y ecológica de sus olivares por parte de los socios. Tienen, por ejemplo, una estrategia de diferenciación de sus aceites de oliva virgen extra de alta gama que permite rentabilizar el olivar de montaña. Hay que continuar en la senda de la diferenciación y de la calidad de los productos. Hay que apostar por la innovación, con proyectos como la nueva planta de compostaje para elaborar su propio abono natural con el alperujo y la hoja procedentes del proceso de extracción, devolviendo al campo, en forma de materia orgánica, lo que se ha sacado de él. Pero también hay que esperar mucho más de las administraciones, que deben ayudar a regular el mercado del aceite de oliva, ya que no es comprensible que el coste de producción en el olivar tradicional esté en los 2,79 euros por kilo, y los precios en origen apenas superan los 2 euros. También hay que concentrar la oferta, como se hizo en el caso del Grupo Interóleo, al que pertenece la cooperativa, pero también, como se hace en el mundo del vino, trabajar con estrategias basadas en la calidad, la diferenciación y la marca. Por otra parte, hay que incidir más en los ingresos que en los costes de producción. Hay un segmento del mercado que está dispuesto a pagar un precio razonable por ese conjunto de bienes que el agricultor aporta a la sociedad, y que al final ve que es más viable pagar un poco más por este tipo de producción ecológica, que sufrir las consecuencias de un agricultura intensiva y destructiva