Harina de larvas de insectos: una nueva fuente dietética en la alimentación de rumiantes

El aumento en la demanda mundial de productos de origen animal no puede contribuir al agotamiento de los recursos mediambientales, ni basarse en fuentes de proteínas que compitan con la alimentación humana, cada vez más caras. El uso de proteínas derivadas de insectos ya se utiliza en acuicultura, estando en estudio su autorización para avicultura. Su uso en alimentación de rumiantes es sólo cuestión de tiempo. Ya se está experimentando, y los resultados revelan que las harinas de insectos contienen una elevada proteína bruta, ácidos grasos poliinsaturados y constituyen un buen aporte de fibra; tienen efectos inmunoestimulantes y antimicrobianos y las emisiones de metano son menores que las producidas en la digestión de cereales. Su punto débil es la baja digestibilidad, que deberá ser tenida en cuenta en el diseño de las raciones. Las granjas de insectos son uno de los negocios con más potencial, ofreciendo una alternativa nutricional sostenible y una buena rentabilidad, es un modelo de negocio ya instalado en algunos países europeos o Canada, y en España están empezando a instalarse. La ciencia ficción es cada vez más ciencia y menos ficción