Estrategias agronómicas para paliar los efectos del cambio climático en el cultivo de cítricos

En las principales zonas citrícolas, el cultivo de los cítricos es en regadío, fundamentalmente mediante riego por goteo, siendo un cultivo muy sensible al cambio climático; el incremento de las temperaturas aumentará las necesidades de riego hasta en un 10%. Un déficit hídrico en la fase II del crecimiento del fruto puede afectar a su calibre final, a la acumulación de zumo y a las fechas de recolección, provocando un retraso especialmente dañino para las variedades de recolección temprana. En este escenario, para mantener la competitividad y sostenibilidad del cultivo es preciso el uso de material vegetal adecuado, seleccionando los portainjertos que mejor se adapten a las nuevas condiciones, y el uso de diseños agronómicos que mejoren la distribución del agua, de estrategias eficientes de manejo del riego (riego por goteo subterráneo), y técnicas para mejorar la productividad del agua (como el riego deficitario controlado, o el riego parcial de raíces). También el acolchado del suelo es una técnica agronómica a tener en cuenta (evita la pérdida de agua por evaporación y malas hierbas que compitan por el agua) con ahorros que pueden llegar a un 30% (en naranjo) manteniendo la producción