La preocupación de los ganaderos del Pirineo occidental por los ataques de oso va en aumento. En primavera dieron la voz de alarma cuando se confirmaron cinco incidentes en el valle de Ansó, pero es que ahora la cifra se ha duplicado, según las cifras oficiales, mientras ellos hablan incluso de más. El malestar es tan patente que está prevista una reunión en los próximos días para exigir soluciones al Gobierno de Aragón .
Según los datos del departamento de Medio Ambiente y Turismo, hasta finales de junio se habían producido cinco ataques en Ansó, y ahora son ya 10 incidentes "comprobados", todos ellos en ese municipio, en los que han muerto 12 ovejas.
Estos números se les quedan cortos a los ganaderos. Samuel Gastón, presidente de la Asociación de Defensa Sanitaria (ADS) de ovino del valle y el más afectado por las acometidas del animal salvaje, asegura que su rebaño y el de su hermano, con 1.500 ovejas pastando en el puerto de Alano, han sufrido 13 incidentes, con 25 animales muertos en primavera y otros 10 en verano, el último entre el 10 y el 11 de agosto.
"El oso no es una cosa nueva para nosotros, desgraciadamente. Yo tengo 40 años y me acuerdo de toda la vida de los ataques, pero de otra forma, porque ha aumentado muchísimo el número, y son muy seguidos . Antes no los había en esta época del año. Se ha producido un cambio sustancial", asegura Gastón, que vive "un verano especialmente problemático".
Él tiene contabilizados 13 en la explotación familiar desde la primavera. Y no son los únicos afectados en el valle. Al menos hay constancia de otros dos ganaderos. La diferencia con las cifras oficiales la explica por que algún incidente no es reconocido por la administración o porque el expediente sigue abierto. " A veces los desestiman, o ni los denunciamos porque no encontramos a los animales", justifica. "Son muchas bajas, y estar expuestos a eso continuamente es un grave problema. Llevamos en la genética estar sometidos a la amenaza del oso, pero lo de ahora es un salto cuantitativo y cualitativo", añade.
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Respecto a la autoría, el presidente de la ADS no quiere entrar a valorar si el ataque es atribuible a Claverina, una osa reintroducida en Francia y que enseguida se pasó a Aragón, o a los oseznos que tuvo hace un par de años Sorita, la otra hembra liberada en los valles franceses. "A mí me da igual que se llame de una forma o de otra, nos ataca un oso reintroducido, que tiene unos comportamientos diferentes al de hace 30 o 40 años , más agresivos. Antes soportábamos mal al oso autóctono, como aguantabas las tormentas, pero esto no se puede soportar, nos afecta psicológicamente y lo consideramos una injusticia, porque es una imposición". Es más, cree que lo de ponerle nombre a los ejemplares es "una falta de respeto con el único objetivo de humanizar al animal, porque eso cala en la gente".
Ganado de Samuel Gastón en los puertos de Ansó.
Heraldo
El Consejo Comarcal de la Jacetania aprobó hace unos días una resolución respaldando a los ganaderos de los Valles occidentales e instando al Gobierno aragonés a tomar medidas preventivas que mitiguen los ataques.
Por su parte, el sector tiene previsto convocar en los próximos días una reunión para ver qué acciones se van a emprender. "Es una situación casi insostenible. Así no se puede seguir", indican fuentes del mismo. Entre las reivindicaciones estarían la construcción de accesos a los puertos para permitir a los pastores llegar con más facilidad a los lugares donde pastan las ovejas en verano o la construcción de casetas.
A este respecto, Samuel Gascón asegura, a título particular, en cuanto a su explotación familiar, que no va a pedir nada. "Le hemos dado muchas vueltas a este tema y lo único que vamos a pedir es que el oso desaparezca".
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