Soluciones tecnológicas para reducir el desperdicio de alimentos
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Soluciones tecnológicas para reducir el desperdicio de alimentos
El instituto tecnológico AINIA, perteneciente a REDIT, tiene en marcha diferentes proyectos financiados por IVACE que buscan dar un segundo uso a frutas y hortalizas y crear productos lácteos a través de fuentes vegetales locales como la chufa
Imagen de archivo del robot móvil para recolectar fruta del instituto AINIA AINIA
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En la actualidad, cada persona genera un promedio de media tonelada de residuos sólidos urbanos por año. En torno a un 40-50% de esa cantidad, tienen procedencia orgánica, es decir, contienen carbohidratos, proteínas y lípidos que pueden utilizarse como materias primas para el desarrollo de bioproductos. Además, cerca de 80 millones de toneladas de vegetales son desperdiciadas anualmente en Europa, de las que 30 no se consumen por daños causados por plagas o, simplemente, porque caen al suelo y no son recolectadas. No obstante, sí se podrían utilizar para dar de comer a los animales, así como para crear toda clase de productos como zumos, extractos, aromas, azúcares o biomasa.
Para evitar el desperdicio alimentario, sobre todo en fechas navideñas donde el consumo crece exponencialmente por las tradicionales reuniones familiares, el centro Ainia , perteneciente a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana ( REDIT ), ofrece múltiples soluciones basadas en proyectos innovadores, algunos de ellos financiados por IVACE , para conseguir un impacto positivo y sostenible en el entorno, alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Soluciones tecnológicas al servicio del tejido empresarial para lograr la eficiencia mediante la valorización y el aprovechamiento de recursos y subproductos, evitar el desperdicio de frutas y hortalizas , así como el empleo de nuevas fuentes de proteínas vegetales para dar forma a nuevos alimentos. Desde un robot recolector hasta bolsas de basura obtenidas de residuos orgánicos y el uso de chufa, almendras, altramuces y lino para desarrollar productos lácteos como leche, yogur y queso. En definitiva, crear la alimentación del futuro.
Un robot recolector
Entre los proyectos más importantes de AINIA, se encuentra una ingeniosa y efectiva plataforma robótica móvil capaz de recolectar fruta del suelo para darle un segundo uso, reduciendo así el desperdicio alimentario y mejorando el rendimiento e inversión de los cultivos agrícolas al mismo tiempo que apuesta por la sostenibilidad del medio.
El proyecto FOODCOLLECT , impulsado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial, se basa en tres principales innovaciones: navegación autónoma, gracias a una plataforma robótica móvil; un brazo para la recolección, y un sistema avanzado de visión para la detección y localización de la fruta. Se ha probado y dirigido, principalmente, para la recolección de naranjas y caquis de la Comunidad Valenciana.
En cuanto a la navegación autónoma, esta tiene diversos planificadores de trayectorias y algoritmos globales de toma de decisión para que la plataforma sea capaz de recorrer el campo en búsqueda de frutos en el suelo. También incorpora un GPS para poder geolocalizarlo en cualquier momento y saber su posición exacta en la plantación. Asimismo, gracias a sus cámaras 2D y 3D, permite identificar la fruta, analizar su color, textura y estado, además de analizar su forma, tamaño y ubicación en el suelo.
Nuevos productos lácteos
Según los datos ofrecidos, por la Asociación Española de Productores de Alimentos y Bebidas «Vegetales», el 47% de la población española consume de forma habitual productos y bebidas de base vegetal. En esta línea, AINIA investiga cómo mejorar las propiedades tecnológicas, sensoriales y nutricionales de productos lácteos desarrollados a partir de materias primas vegetales locales como almendras, altramuces, chufa y lino .
Imagen de dos técnicas especialistas del instituto tecnológico AINIA AINIA
Según detalla Natalia Aparicio, técnico de tecnologías de producto y procesos de AINIA, «estamos investigando mediante procesos fermentativos de precisión , el desarrollo de la caseína. De este modo, obtendremos las proteínas mayoritarias presentes en la leche de origen animal, sin necesidad de utilizar animales».
Asimismo, el instituto tecnológico lleva a cabo la generación de nuevas grasas a partir de aceites vegetales ricos en ácidos grasos insaturados, con el fin de conseguir la misma estructura que aportan en la leche mejorando, además, su perfil nutricional.
Jornadas de desperdicio cero
En 2023 está prevista la aprobación de la nueva ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario. Esta futura normativa, la primera en nuestro país sobre esta materia, exigirá a todas las empresas de la cadena alimentaria el desarrollo de un Plan de Prevención de desperdicio alimentario o la colaboración con organizaciones sin ánimo de lucro o bancos de alimentos, entre otras medidas para la minimización y el aprovechamiento de los recursos.
Estos requerimientos también supondrán una oportunidad para el upcycling y la reintroducción de subproductos en la cadena alimentaria. Ante este cambio legislativo, AINIA organiza el próximo 2 de febrero la « Jornada Desperdicio cero : obligaciones y oportunidades de la nueva ley de desperdicio alimentario», con el objetivo de facilitar a las organizaciones afectadas la adaptación a los requerimientos de esta nueva ley.
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