La ganadería ovina del pastor Jesús Melero ha obtenido, en Femoga, el galardón al mejor resultado en inseminación artificial.
Ana Esteban
Jesús Melero al frente de su rebaño de Rasa Aragonesa, en un campo de su localidad natal, Alcalá de Moncayo. J. M. Jesús Melero al frente de su rebaño de Rasa Aragonesa, en un campo de su localidad natal, Alcalá de Moncayo. J. M.
Innovar y mejorar. Estos son los argumentos que rigen el trabajo de Jesús Melero, vecino de Alcalá de Moncayo, desde que se levanta y hasta que deja a su ganado, más de seiscientas cabezas de Rasa Aragonesa, en la paridera a última hora de la tarde. A sus 47 años, Jesús tiene muy claro que si algo le motiva en la vida es conseguir que sus ovejas y corderos sean cada día mejores, más productivos y más competitivos.
Fruto de este esfuerzo diario es el galardón que acaba de recibir en la última edición de la Feria Industrial, Agrícola y Ganadera de los Monegros (Femoga ), en Sariñena, donde se ha premiado el trabajo que llevan a cabo en esta explotación ganadera en materia de inseminación artificial dentro del programa de mejora genética puesto en marcha por UPRA-Grupo Pastores y la cooperativa Oviaragón hace siete años, y que cuenta con el patrocinio del laboratorio CEVA-Salud. Un proyecto en el que su ganadería ha obtenido los mejores resultados en los últimos tres años.
« Estoy muy orgulloso del premio recibido porque es la recompensa al trabajo bien hecho, tanto por mi parte como de Ana Galeote, la veterinaria que desde hace casi cinco años se encarga del ganado», indica Melero y asegura que « sin un buen trabajo en equipo este galardón hubiera sido impensable».
Todos los años, alrededor del mes de junio, un centenar de ovejas de Rasa Aragonesa de su ganadería se someten a un tratamiento de inseminación para « lograr una mejora genética de la raza », afirma.
De los corderos que nacen de esos tratamientos, en su ganadería se quedan con todas las hembras y la mayoría de los machos, y del resto se hace cargo UPRA-Grupo Pastores . «Con estos avances lo que estamos intentando es conseguir que la raza sea todavía mejor. Hasta hace unos años, yo contaba en mi ganado con ovejas cruzadas, pero últimamente solo pastoreo animales de esta raza porque se adaptan muy bien a las condiciones de este terreno y al clima extremo », apunta.
Una tierra dura, donde los inviernos son más extremos que en otros lugares del globo terráqueo, pero eso no es obstáculo para que Jesús salga todos los días, sin excepción, al campo.
A veces, cuando el cierzo sopla más de la cuenta se le pasa por la cabeza la idea de abandonar su trabajo y buscar una alternativa «más cómoda, para llevar una vida más tranquila». Pero el viento se lleva esos pensamientos y él continúa al frente de un negocio familiar que le sigue produciendo alegrías, a pesar de los obstáculos, en forma de precios bajos, pocas ayudas o disminución del consumo con los que tiene que lidiar.