Conselleria da el visto bueno a una explotación para más de 60.000 cerdos al año cerca del parque natural. Gecen alerta del riesgo de desecar y contaminar el humedal además de emitir anualmente 15.258,53 kg de amoníaco, 4.320 kg de metano y olores Más de 60.000 cerdos al año , entre madres reproductoras y lechones, es la capacidad que puede alcanzar una macrogranja porcina proyectada en Cabanes, una instalación que recibió el pasado viernes la declaración de impacto ambiental por parte de la Conselleria de Transición Ecológica. El Servicio de Prevención y Control Integrado de la Contaminación -dependiente del gobierno autonómico- da así luz verde al proyecto que se ubicará en el polígono 5 de la localidad de la Plana Alta. Se trata, concretamente, de una explotación porcina de granja de madres con gestación y maternidad para albergar 2.880 cerdas productoras y sus lechones hasta los 6 kg. Teniendo en cuenta la media de 10 lechones por camada para este especie, y la posibilidad de que las madres den a luz dos veces por año, el número de animales que podrá acoger la explotación de forma anual se eleva a más de 60.000. Una cifra que excede con creces el límite estipulado por el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes del Ministerio para la Transición Ecológica a la hora de distinguir entre granja y macrogranja, considerándose una macroinstalación aquella con capacidad para albergar más de 750 cerdas reproductoras o más de 2.000 cerdos de cebo. Es por ello que esta macrogranja no ha sido bien recibida por colectivos ecológicos de la provincia como Gecen , que apuntan a la p osible contaminación del agua subterránea y al excesivo consumo hídrico que generará la macrogranja como principal foco de conflicto. No en vano, la explotación, de 65.855 metros cuadrados y situada un kilómetros y medio del humedal protegido del Prat de Cabanes-Torreblanca, prevé un consumo de agua de 21.263,79 metros cúbicos al año. En este sentido, portavoces de Gecen subrayan que, a pesar de todas las medidas preventivas, «en este tipo de proyectos la afección en los acuíferos es inevitable», ya que, tal y como señalan, «todo ese volumen de agua se va a extraer de los mismos acuíferos que alimentan el parque natural del Prat de Cabanes-Torreblanca, interrumpiendo la calidad y la calidad del agua del humedal». La asociación ecologista advierte que «ya hemos visto antes cómo, por proyectos ganaderos y agrícolas intensivos como este, se han secado zonas protegidas como el parque de Doñana. Es un claro ejemplo de cómo terminan eliminándose las zonas húmedas», lamentan. El grupo ecologista, referente en la provincia de Castellón, critica por todo ello la gestión de la Conselleria de Transición Ecológica por avalar «la ganadería intensiva cuando de transición ecológica no tiene nada. Se está siguiendo el modelo de siempre a pesar del discurso verde. Es indignante». Otro factor a tener en consideración son los contaminantes emitidos a la atmósfera. La propia declaración de impacto ambiental publicada por la Conselleria advierte que la macrogranja emitirá anualmente 15.258,53 kg de amoníaco, 4.320 kg de metano, olores y emisiones de polvo, por lo que la actividad se reconoce como «potencialmente contaminadora de la atmósfera». Y es que Gecen recuerda que «el metano es uno de los mayores productores del cambio climático». «Las deyecciones de los animales -apuntan los técnicos autonómicos- serán fuente de emisión de amoníaco y metano a la atmósfera. Al objeto de disminuir las emisiones, se intervendrá sobre la alimentación de los animales, sobre la ventilación de las naves y en la retirada periódica de purines de los fosos. El impacto se valora como significativo». Cabanes no es la única de la provincia de Castellón que alberga granjas porcinas. En las comarcas castellonenses, según el INE y a fecha del mes de octubre de 2022, se cuentan más de 210.000 unidades ganaderas de este tipo repartidas en 448 explotaciones .