El mercado laboral quiere que los estudiantes estén preparados para un entorno cambiante influenciado por la tecnología, mientras la universidad ya trabaja para ser más flexible, escuchar a las empresas y aumentar así la empleabilidad Un mercado laboral exigente, con alcance global, caracterizado por la incertidumbre y la tecnología : esa es la realidad que encuentran los universitarios cuando terminan la carrera y desean ejercer la profesión para la que se han formado. Del otro lado, las universidades han de preparar a los estudiantes para los nuevos puestos de trabajo nacidos al amparo de la cuarta revolución industrial, haciéndolo, en muchas ocasiones, de la mano de los esquemas clásicos. En medio de este escenario, las empresas están elevando la voz para reclamar más flexibilidad y adaptación por parte de educadores y educandos con el objetivo de mantener su competitividad, mientras las nuevas generaciones ya no buscan solo salario y proyección. Sin duda, se trata de un cambio de paradigma, razón por la que cabe preguntarse ¿qué están haciendo las compañías, los centros de formación y los estudiantes para reinventarse? Con el objetivo de responder a esta cuestión, y conocer de primera mano cuál es la situación en nuestro país, El Confidencial organizó una mesa redonda titulada Formando futuro: el compromiso de las universidades y las empresas , en la que participaron Rosa Visiedo , rectora de la Universidad CEU San Pablo; Raquel Larena , Regional HR Leader South Europe UK & LATAM and global Client de Randstad; Antonio Lasaga , director de Recursos Humanos de Airbus en España; y Patricia Jaén de la Vega , Global Talent Branding & Acquisition Director de Meliá Hotels International. Centrando la mirada en los futuros profesionales, Rosa Visiedo concretó que "los dos retos a los que se enfrentan son la elevada competitividad y el rápido ritmo de cambio ". Respecto al primero, aseguró que "dado que tenemos a la generación de jóvenes mejor preparada de la historia , con un nivel de cualificación técnica similar y homologable, es necesario aportar un valor añadido que marque la diferencia en los procesos de selección". Esta distinción puede venir, según la rectora de la Universidad CEU San Pablo, "de la mano de los frenéticos cambios sociales, económicos y tecnológicos porque hacen que las competencias transversales y las habilidades personales [las soft skills ] sean más valiosas para las empresas". Al mismo tiempo, "se antoja imprescindible continuar formándose durante toda la vida para permanecer actualizado y que el conocimiento no caduque", recomendó. Raquel Larena coincidió con su compañera de tertulia y corroboró que "en los sistemas educativos españoles, generalmente, no se atiende a la formación que los anglosajones llaman el storytelling ". La representante de Randstad destacó que este concepto "ayuda a construir un mensaje, argumentar, convencer, influenciar y liderar equipos". Precisamente, este tipo de competencias "van a seguir siendo necesarias, al margen del conocimiento o la capacidad técnica de cada estudiante". Entonces, ¿qué tipo de profesional necesitan las empresas? "Personas con interés, curiosidad y espíritu autocrítico, capaces de evaluar lo que pueden ofrecer al entorno laboral. Con estos parámetros, tendremos profesionales a los que no será necesario reciclar y actualizar constantemente", apuntó. Y, antes de concluir su primera intervención, advirtió que "hace algún tiempo, los cambios afectaban mayoritariamente a la base de la pirámide en materia de cualificación, pero ahora están impactando en su vértice ". "Apostando por las competencias transversales, tendremos profesionales a los que no será necesario reciclar", Raquel Larena (Ranstad) Por su parte, Antonio Lasaga expuso que "lo habitual es siempre preguntar qué carrera cursará una persona y no cuál será su profesión . El enfoque es distinto: si el mayoritario fuera el finalista, se evitarían los desequilibrios que existen entre formación y empleabilidad porque se fomentaría más la flexibilidad ". Bajo este análisis, el director de Recursos Humanos de Airbus en España incidió en que "la globalización, la volatilidad y la incertidumbre están obligando a los profesionales a adaptarse como personas , más allá de su especialidad y de la propia tecnología". En su opinión, "ser capaz de evolucionar en este entorno cambiante es lo que convierte a un profesional en un verdadero líder . Y esto es tan válido para las generaciones actuales, como para las futuras, más allá del conocimiento puramente técnico [las hard skills ]", remarcó. Pero ¿cómo adquirir estas habilidades ? Desde el punto de vista de Patricia Jaén de la Vega, "hay que salir de la zona de confort". Si bien es cierto que existen distintas formas de lograrlo, la representante de Meliá Hotels International recomendó "estudiar en el extranjero durante un tiempo". En su opinión, "muchos de los puestos de trabajo a los que aspiran los estudiantes que empiezan ahora la carrera no existirán cuando terminen sus estudios. Para afrontar un cambio de paradigma de tal magnitud, se antoja imprescindible tener una actitud proactiva y esta se puede adquirir residiendo fuera de España". La experta matizó que "en las experiencias internacionales se incorporan nuevos roles porque se deja de tener protección, se aprende a ser humilde y se comienzan a valorar la diversidad de opiniones. Todo hace madurar al futuro profesional y le ayuda a ser más empático , mientras desarrolla el pensamiento crítico". Los participantes compartieron sus visiones sobre cómo se está construyendo la educación superior del futuro en nuestro país y adaptandándose el mercado laboral. Por ejemplo, Rosa Visiedo precisó que "una de las misiones que se está fijando la universidad es conseguir que los estudiantes sean empleables". "Al igual que la docencia, la investigación o la transferencia de conocimientos -continuó-, debemos articular programas para formar de cara a la empleabilidad ". Y aclaró que "no se trata estrictamente de educar para trabajar, no somos una oficina de empleo, pero sí de que los jóvenes, cuando salgan de nuestras aulas, sean capaces de aportar valor a las empresas ". Al mismo tiempo, "la universidad quiere evolucionar y estar menos sujeta a reglas y normativa , sin tirar por tierra el sistema universitario español que tiene elementos muy buenos". ¿Cómo se puede conseguir? "Con escucha activa hacia las empresas. Esto nos permitirá actualizar los currículos académicos y adaptarlos a las necesidades, con nuevos títulos oficiales y propios". "La universidad quiere estar menos sujeta a normativas y realizar una escucha activa hacia las empresas", Rosa Visiedo (CEU San Pablo) De igual forma, la empresa también debe escuchar a los futuros empleados . En este sentido, Antonio Lasaga reveló que "en los ámbitos más tecnológicos, por ejemplo, el de la ciberseguridad, es la empresa la que busca al candidato y este el que selecciona a la compañía que mejor se ajusta a sus gustos". Es la famosa brecha de talento y para el experto de Airbus "tiene lugar cuando un grupo de empresas amplio coincide en una misma necesidad y existen pocos perfiles a su disposición". Entre las exigencias de los profesionales que se encuentran en esta situación, indicó que "buscan bienestar, más allá del salario . Se preocupan por su desarrollo personal, la cultura y los valores de empresa, quiénes serán sus compañeros o cuál es la proyección del proyecto en el que participarán". Sin embargo, recordó a los futuros profesionales que "en otros ámbitos y especialidades, la búsqueda de personal continúa llevándose a cabo de la forma tradicional ". Raquel Larena corroboró que las nuevas generaciones de empleados tienen nuevas prioridades : "Demandan de las empresas aspectos como un buen ambiente de trabajo. Este es un elemento que no es nada técnico. De hecho, es el factor más importante a la hora de buscar una compañía en la que trabajar. Después valoran la posibilidad de conciliar y, a continuación, el desarrollo laboral. En cuarto lugar, aparece el salario ". La experta de Ranstad subrayó que "los parámetros están cambiando de una generación a otra. Los profesionales que se incorporan ahora tienen una muy buena base formativa y por eso sus exigencias son grandes, ya que se sienten muy preparados". "La clave está -según sus palabras- en que las compañías, la universidad y los estudiantes se encuentren bien informados de lo que está sucediendo en cada momento para dar una respuesta adecuada". Finalmente, Patricia Jaén de la Vega recogió las reflexiones de sus compañeros para concluir que "el verdadero pegamento de las compañías es el lado humano y las conexiones que se establecen entre los trabajadores". Concretamente, la psicóloga aclaró que "los vínculos personales crean compromiso y alimentan las mencionadas habilidades transversales, lo que aporta estabilidad a la empresa". Respecto a la educación superior y cómo debe afrontar esta cuestión, defendió que "ya existen muchas universidades volcadas en transformar los perfiles , impartiendo a los profesionales técnicos una formación relacionada con el marketing, la creación de marca personal, la dirección de equipos diversos o la planificación de estrategias de ventas, entre otras competencias complementarias". Un mercado laboral exigente, con alcance global, caracterizado por la incertidumbre y la tecnología : esa es la realidad que encuentran los universitarios cuando terminan la carrera y desean ejercer la profesión para la que se han formado. Del otro lado, las universidades han de preparar a los estudiantes para los nuevos puestos de trabajo nacidos al amparo de la cuarta revolución industrial, haciéndolo, en muchas ocasiones, de la mano de los esquemas clásicos. En medio de este escenario, las empresas están elevando la voz para reclamar más flexibilidad y adaptación por parte de educadores y educandos con el objetivo de mantener su competitividad, mientras las nuevas generaciones ya no buscan solo salario y proyección.