Organizaciones agrarias valencianas estiman que el precio de piensos como el maíz, con mucha procedencia de Ucrania, se habían disparado entre un 30% y un 50% por la guerra. Algo que está perjudicando mucho a las cuentas de la ganadería en intensivo. Esta dependencia no afecta -o al menos, no tanto- a quienes pasturan en extensivo. Igualmente, quienes elaboran y comercializan sus propios productos tampoco se han visto tan afectados por el parón de los transportistas. Los pocos que trabajan de esta manera en la Comunitat Valenciana ven que el contexto actual es ideal para potenciar una ganadería más sostenible. El pastor que dejó de vender el 70% de la leche de sus ovejas a la industria El pastor de ovejas Jordi Benages, de la quesería La Planeta ubicada en Xert (Baix Maestrat, Castelló), cuenta que, cuando empezó el negocio con su padre, vendían el 70% de la leche que producían a la industria; mejorar su rentabilidad significaba no necesitar tantas ovejas productoras para vivir, lo que, a su vez, equivale a menos trabajo y menos dependencia de intermediarios. Hagamos números: la leche de oveja actualmente se vende a la industria por 1 euros el litro, aproximadamente; para hacer un kilo de queso se necesitan unos 6 litros de leche y ese kilo se comercializa por unos 18 euros. Por tanto, el valor de la materia prima, la leche, se triplica. Jordi Benages, de la quesería La Planeta Raquel Andrés Durà Así que hace cuatro años decidieron dejar de vender la leche a otras empresas y utilizarla ellos en exclusiva, sobre todo para hacer quesos (aunque también hacen venta directa de leche fresca al consumidor): "Por una parte, están limitando la compra de leche y falta en los supermercados. Por otra parte, se están tirando por el desagüe miles de litros. Algo está fallando". Si el contexto actual le hubiera pillado vendiendo la mayor parte de la leche a intermediarios, admite que estaría "en ruina total": "Ahora hacemos la cantidad justa de leche, yo no tiro ni un litro por el desagüe. Si en las explotaciones venden a un mayorista y no te lo produces tú, en situaciones así estás atado". Ovejas de la quesería La Planeta, pasturando por Xert Raquel Andrés Durà Esta mejora de la rentabilidad de la leche les ha permitido reducir el número de ovejas en el rebaño, lo que significa, también, una menor carga de trabajo: "Hemos hecho una evolución. Al principio, los números no salían y trabajábamos como esclavos para nada. Ahora hemos bajado el número de animales y nos hemos quedado con los que podemos pastorear en bancales y montañas que están abandonadas". Por otro lado, sobre el encarecimiento de los piensos, algo sí le ha afectado a Benages porque supone la mitad de la alimentación diaria de las ovejas en producción de leche (la otra mitad es pastoreo); en temporada de no producción la dependencia de los piensos es mucho menor: a cada oveja le da unos 150 gramos al día. Lee también La carne de ganadería extensiva también llega a València Raquel Andrés Durà Barcelona recuperará los rebaños de ovejas Jesús Sancho "Pasturamos en una redonda de unos 2 kilómetros y ahora, con las lluvias, encaramos muy bien la primavera y el verano. Tendremos hierba en abundancia hasta después del verano", augura. Además, hace tres años instalaron placas solares en el mas, por lo que tampoco les afecta como a otras instalaciones el disparado precio de la luz. El mayor problema, el precio del gasoil, que ha encarecido también los mataderos Por su parte, el ganadero Fernando Robres, tiene 120 vacas que pasturan en Prat de Cabanes-Torreblanca y Vistabella, debajo del pico del Penyagolosa, y en Mosqueruela y Linares de Mora, en la sierra de Gúdar-Javalambre. En su caso, asegura que le ha afectado más la falta de lluvias en invierno que el aumento del precio de los piensos; tendencia que ha cambiado en las últimas semanas. "Como hacemos trashumancia, la idea es no darles de comer. Si el año es relativamente normal, no nos tiene que afectar, pero el invierno estaba siendo muy malo", cuenta. Por ello, se vieron obligados a aportarles algo de forraje a las vacas que, de todas formas, era de cercanía. El ganadero Fernando Robres Carnicería Robres Tampoco le ha supuesto una preocupación el parón de los transportistas, ya que lo venden prácticamente todo en las dos tiendas propias que tienen en Castelló y en Mosqueruela. "La semana pasada enviamos algo por agencia y no lo recogieron, así que no se envió. Pero es mínimo, porque nos lo hacemos todo nosotros", afirma Robres. El mayor problema, lamenta, "es subir a ver a las vacas": "El gasoil está costando una burrada". A los carburantes se suma la subida de la luz; ambos han repercutido en un incremento de los precios en matadero de entre un 10% y un 15%. Lee también Así es el primer y único ganadero en ecológico de la Comunidad Valenciana Raquel Andrés Durà A esto se suma la pérdida de valor de las pieles de los terneros: "Antes, costaban 70 euros y te daban 50 euros por la piel, por lo que acababas pagando 20 euros por animal; ahora cuestan 140 euros y solo te dan 10 euros, por lo que pagas 130 euros". Benages sugiere que en el mundo rural se "potencie una red de productoras y mercados con productoras de los pueblos de los alrededores" para visibilizar su trabajo y ayudar a los consumidores a comprar alimentos de proximidad. "¿Por qué ir al supermercado de Sant Mateu, si se lo puedes comprar a gente de tu alrededor?", se pregunta.