Los empresarios advierten del impacto de la inflación en los hábitos de consumo y del pacto PSOE-Sumar "Durante el primer semestre se produjo la bajada de márgenes más importante que he visto en mi vida profesional para no repercutir toda la subida de costes a los clientes, y eso supone sacrificar la rentabilidad". Con estas contundentes palabras, el CEO de Makro España, David Martínez Fontano, trata de contextualizar el duro golpe que la inflación ha provocado en las cuentas de resultados de las empresas de distribución y cómo el sector ha actuado como dique de contención para evitar un desastre mayor en la economía y en los bolsillos de los españoles. Ahora, con el cierre del ejercicio a la vuelta de la esquina, las compañías empiezan a atisbar un escenario de recuperación en 2024. Eso sí, no despejado de amenazas, en un contexto de espiral inflacionista persistente, pérdida de poder adquisitivo de los consumidores e incertidumbres sobre la política económic a que despliegue un eventual nuevo Gobierno. El Observatorio de Márgenes Empresariales -el fiscalizador de beneficios que puso en marcha el Ministerio de Asuntos Económicos junto con la Agencia Tributaria y el Banco de España para detectar ganancias extraordinarias- pone de manifiesto el repunte de los márgenes en la cadena alimentaria, que llegó a sufrir un desplome del 25% por no trasladar el incremento de los costes energéticos a los precios finales entre el segundo trimestre de 2021 y el cuarto de 2022. A partir de ese momento, el abaratamiento de la energía y de las materias primas ha ido permitiendo una cierta recuperación en el sector. En concreto, el último informe trimestral apunta a que en el subsector agrícola los márgenes se sitúan ya por encima de los niveles prepandemia, "con una elevada volatilidad ligada a la naturaleza del sector". Por su parte, el margen sobre ventas de la industria agroalimentaria , que retrocedió intensamente durante la crisis energética, presenta un mayor repunte, si bien se encuentra todavía por debajo de los niveles anteriores a la pandemia. Mientras, el comercio ha sido el subsector con mayor estabilidad de márgenes dentro de la cadena alimentaria y ya ha conseguido revertir la caída, aunque sigue rezagado respecto al punto álgido de principios de 2021. Con estos datos sobre la mesa, en el marco del 38 Congreso Aecoc de Gran Consumo , el CEO de Makro dibujó un escenario todavía complejo para 2024. Aunque se mostró optimista de cara a la Navidad en el ámbito de la hostelería y en cuanto a la evolución de la distribución en el conjunto del año, advirtió de que "la rentabilidad todavía va a sufrir en 2024" . "El que quiera recuperar, se arriesga mucho", incidió. A su juicio, las empresas tienen "pulmón para seguir aguantando con rentabilidades ajustadas". "Hay que ser paciente", recomendó. Cambios en los hábitos de consumo Por su parte, el presidente de Aecoc, Javier Campo, recordó durante su intervención en la jornada de inauguración del congreso que el margen de beneficio medio de los grandes distribuidores en España fue del 2,8% en 2022 y que se ha reducido en el actual periodo de inflación. Ante esta situación, abogó por recuperar los márgenes, aunque recalcó que el sector va a tener que seguir "luchando contra la inflación y los hábitos del consumidor que han cambiado por la pérdida del poder adquisitivo". En este sentido, Campo destacó que los consumidores han pasado de la proteína más cara como la carne o el pescado a otra más barata como el pollo, y han cambiado la marca de fabricante por la de la distribución. De hecho, destacó que se trata de la primera vez en la historia que España se coloca como el país de Europa donde más peso ha llegado a tener la marca blanca , por encima de Alemania e Inglaterra. "Entiendo que ese cambio, que ha sido muy brusco, va a seguir creciendo, pero no a ese ritmo", vaticinó. Con todo, el máximo representante de la patronal del gran consumo advirtió de que, en el actual contexto de precios altos, la principal preocupación de las empresas es la caída de la compra en volumen. " La tasa de ahorro llegó a máximos durante la pandemia y, hoy, vuelve a estar en niveles precovid, sobre el 7%. Esto, sumado a la precaución de los consumidores por la inflación, genera incertidumbre sobre el consumo", aseguró. Clamor contra el pacto PSOE-Sumar Como telón de fondo, el acuerdo programático alcanzado entre el PSOE y Sumar para una eventual nueva legislatura de Gobierno de coalición, que incluye medidas que endurecen la fiscalidad y restan flexibilidad laboral. Un paquete antiempresa que cayó como una bomba entre los directivos del sector reunidos esta semana en Zaragoza. Si empresarios de sectores como la banca o el energético cargaron contra el apartado de impuestos, en el ámbito de la distribución preocupa, especialmente, el programa en materia laboral, sobre todo e l recorte que plantea para la jornada de trabajo hasta las 37,5 horas. El clamor contra el polvorín laboral sobre el que pivota el documento firmado por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz era palpable. El sentir general en los corrillos -y en declaraciones públicas- fue que las reformas que avanza el texto dispararán los costes para las empresas (hasta un 10% por la reducción de jornada, según calculan las patronales) y " destrozarán la competitividad de la economía española", según alertó Campó, que también advirtió sobre el "previsible ajuste fiscal" que vendrá a partir del próximo año y criticó la mayor presión impositiva que soportan las empresas españolas frente a otros países del entorno europeo.