La luz apaga las granjas de Aragón
Heraldo del Campo
Avicultura
La luz apaga las granjas de Aragón
El sector avícola está viviendo uno de sus peores momentos. El encarecimiento de la luz y el gas, que ha marcado máximos históricos, pone en jaque la rentabilidad de las explotaciones y amenaza su supervivencia.
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Explotación avicola de carne en la localidad zaragozana de Almonacid de la Cuba.
Carlos Moncín / Heraldo
El sector avícola es un gran consumidor de energía. Para mantener el bienestar de unos animales muy vulnerables a la temperatura, la humedad y la luz, sus instalaciones tienen que mantener unas condiciones constantes y favorables durante todo el día , por lo que las explotaciones están dotadas de sistemas de calefacción y ventilación que exigen un elevado consumo de electricidad y gas. Unos gastos energéticos que se han disparado hasta un 150% y que han incrementado de forma "brutal" los costes de producción de estos ganaderos.
Lo advierte la organización agraria COAG, cuya responsable del sector avícola es el aragonés Eloy Ureña, miembro de UAGA , que alerta de la "crítica situación" que atraviesa el sector y augura cierres masivos de explotaciones porque las cerca de 5.000 granjas que hay repartidas por todo el país "se encuentran en estos momentos contra las cuerdas".
No ayuda a este escenario, que ha agravado el complicado escenario por el que han tenido que transitar estos ganaderos durante los dos años de pandemia, una de las prácticas comerciales que los productores llevan denunciando desde hace años. "La utilización de la carne de pollo como reclamo en los lineales de la gran distribución tensiona aún más la cadena de valor hundiendo la cotizaciones del pollo en origen", denuncia el representante de COAG.
Si el momento actual es complicado, mucho peor es el que augura esta organización agraria cuando llegue los meses de canícula . Porque asegura COAG que si no se consigue poner freno al desenfreno de los costes de producción y a la escalada de precios de la factura eléctrica, en verano la falta de rentabilidad de las explotaciones, tanto de carne como de puesta, puede llegar a provocar un desabastecimiento en el mercado de carne avícola y huevos de proximidad.
Existen en Aragón , según los últimos datos oficiales, un total de 429 explotaciones avícolas. De ellas se sacrificaron alrededor de 3,1 millones de aves, con lo que se alcanzó una producción de 2.589 toneladas, lo que supone un descenso del 12,5% respecto al año anterior.
Existen además otras 102 explotaciones de gallinas ponedoras, de las cuales 59 se dedican a la producción de huevos y 43 explotaciones son de aves de cría, cifras que suponen un incremento del 10% respecto al ejercicio anterior. Y si se habla de censo -los últimos datos oficiales son de 2019- en la Comunidad existen un total de 6,15 millones de gallinas ponedoras, lo que representa el 13% del nacional (47,7 millones de gallinas). Un porcentaje que sitúa a Aragón como la tercera comunidad productora de huevos a nivel nacional, por detrás de Castilla León (16%) y Castilla La Mancha (26%).
Todas ellas están viviendo, denuncia UAGA-COAG, una "crítica situación" que pone en peligro la rentabilidad de las explotaciones, "las pone contra las cuerdas" y amenaza con obligar al cierre a un gran número de ellas.
El motivo hay que buscarlo en el "brutal incremento" de los costes de producción, que se han disparado por el "vertiginoso aumento que han experimentado durante los últimos meses los precios de gasóleo (40-60% más que hace un año) , de la energía (luz y gas se han encarecido un 150%), los plásticos (50%), agua (30%), fertilizantes (100%), y piensos (25%) durante los últimos meses.
Las granjas de pollos tienen que mantener unas condiciones de luz y humedad constantes.
UAGA
"La producción avícola de carne requiere un consumo de energía muy elevado (luz, gas, gasóleo o biomasa) para mantener una atmósfera favorable de temperatura, humedad y luz las 24 horas, y garantizar el bienestar de unos animales muy vulnerables a estas condiciones", explica el responsable del sector avícola de COAG, el aragonés Eloy Ureña. Esa necesidad ha disparado las facturas energéticas hasta hacerlas casi impagables. Lo sabe bien el propio Ureña, productor de carne de pollo en Fayón que tiene sobre sus manos un recibo de luz (por ochos días de consumo) que se eleva a 900 euros, más del doble de lo que pagaba habitualmente. "Estas cifras son imposibles de asumir. No había pagado eso en mi vida y llego 30 años en el sector" , matiza.
Sucede también en la avicultura de puesta, un sector muy tecnificado en el que el precio de la electricidad y los envases (cartones y plásticos para los huevos) se han encarecido un 25% "afectando gravemente a la rentabilidad de las explotaciones" , advierte el representante de la organización agraria, que alerta de que si la situación no revierte, las complicaciones económicas se agravarán en verano, época en la que intensifica el uso de energía para el funcionamiento de aparatos de ventilación y humidificadores.
"El alza del 30% de los costes lapida los estrechos márgenes de rentabilidad"
Ni la instalación de placas solares ha conseguido dar un respiro a tan elevados costes. Explica Ureña que hace unos años muchos de los granjeros optaron por este sistema para intentar rebajar costes especialmente durante la época de verano, pero lo hicieron solo para consumo directo, por lo que por la noche se ven obligados a utilizar la energía que llega por la red. "No sale a cuenta instalar acumuladores porque el gasto es excesivo, hasta cinco veces mayor y no contamos con ninguna ayuda por granja", detalla Ureña, que como ejemplo añade que instalar placas para 24 kilovatios cuesta unos 20.000 euros, pero si se quiere acompañar de baterías el coste se eleva a más de 80.000 euros. "Y no podemos asumir esos gastos", señala.
"Se ha sufrido mucho"
Este ganadero y representante agrario reconoce que no todos los males del sector han llegado con el alza de los costes de producción. Ureña explica que los productores de carne de pollo llevan años luchando contra la utilización de este alimento como producto reclamo en los lineales de la distribución. " Es demencial que la cadena de valor del sector avícola se fundamente en una producción a pérdidas para los ganaderos", critica.
A ello se ha sumado el mazazo de la covid . Las restricciones, especialmente en la movilidad que tanto han afectado al turismo y el cierre del canal horeca, sobre todo en restauración, han reducido las ventas y con ello la producción. Y eso significa que han entrado menos pollitos a las granjas -el 98% produce en el sistema integrado- y además el plazo de llenado ha sido más largo . "Si antes se llenaba la granja cada 21 días, ahora se hace cada 30 días, lo que significa que las instalaciones están paradas más tiempo, con lo que el rendimiento de la granja es mucho menor", insiste el representante de COAG y miembro de la organización aragonesa UAGA, que reconoce que las integradoras también están soportando el descenso del consumo y un incremento de los costes energéticos.
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"En estos dos años de pandemia hemos sufrido mucho y si muchas granjas no han cerrado todavía es porque se han renegociado créditos" , explica Ureña, que destaca que la puesta en marcha de una granja con capacidad para 35.000 animales supone una inversión de más de 500.000 euros.
"Es vital que se cumpla la ley de la cadena y medidas que eviten el cierre de granjas"
Con estas dificultades a sus espaldas, el encarecimiento de los costes de producción ha supuesto la puntilla, que podría conducir al cierre de explotaciones.
"Un aumento del 30% de los costes de piensos y energía ha dilapidado los estrechos márgenes de rentabilidad en el que se mueven normalmente las pequeñas y medianas explotaciones", afirma Ureña, que augura "cierres masivos de granjas" si en las próximas semanas los precios no reflejan la escalada de costes . De hecho el representante de la organización agraria asegura que en los últimos días algunos granjeros aragoneses ya le han transmitido su decisión de poner a la venta sus instalaciones (el ganado es propiedad de la empresa integradora) porque no son capaces de atender los pagos que suponen los créditos que tuvieron que solicitar para poner en marcha la explotación.
En este escenario, el responsable del sector avícola de COAG lamenta que el pollo se siga utilizando como productor reclamo por parte de las cadenas de distribución . "Este tipo de prácticas comerciales tensionan aún más la cadena de valor, hundiendo las cotizaciones del pollo en origen", advierte. Y alerta de que la situación puede ir a peor, porque si no se corrigen estos desequilibrios, en verano -cuando los costes energéticos se disparan- la falta de rentabilidad de las explotaciones puede llegar incluso a provocar un desabastecimiento en el mercado de carne avícola y huevos de proximidad. "También saldrá perdiendo el consumidor porque si estos sucede se fomentarán las importaciones de países terceros, que no cumplen con las exigentes normativas y altos estándares en materia de sanidad, calidad y bienestar animal de la Unión Europea ", insiste.
Paquete de medidas
La preocupación e incertidumbre que vive el sector ha llevado a COAG a solicitar al Ministerio de Agricultura "una reunión urgente" para abordar la delicada situación y reclamar un paquete de medidas de apoyo que eviten el cierre de granjas. Quiere la organización agraria que los precios que reciben los ganaderos reflejen el aumento de los costes y quieren que así sea tanto en los contratos de los productores que trabajan con integradoras como en los de aquellos que operan de forma independiente.
Ureña insiste en que se trata de cumplir la Ley de la Cadena Alimentaria, que establece que cada eslabón debe pagar al inmediatamente posterior un precio que supere los costes de producción. El problema, reconoce, es que en la producción avícola de carne "primero tendría que establecerse cuál es ese coste de producción", una cifra que no ha establecido la interprofesional Avianza, en la que, recuerda el sindicalista, no tiene voz los granjeros porque no están presentes las organizaciones que los representan.
"Cerca de 5.000 explotaciones repartidas por toda España están contra la cuerdas"
Ureña habla también de la necesidad de establecer "algún sistema" con el que conceder ayudas directas a esto negocios. "Sabemos que otros sectores están igual, pero también es cierto que hay muchos empresarios que han podido acceder a las ayudas covid y nosotros no", puntualiza.
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