El castaño recupera terreno y se presenta como un cultivo rentable

Agro El castaño recupera terreno y se presenta como un cultivo rentable El castaño recupera terreno y se presenta como un cultivo rentable Recogida de castaña en Navezuelas, en Las Villuercas / J. M. ROMERO C. J VINAGRE Mérida. Viernes, 6 noviembre 2020, 08:23 Unas 4.000 hectáreas de áreas montañosas de Extremadura tienen castaños cuyo fruto se comercializa. A esas hectáreas hay que sumarles otras tantas en las que el aprovechamiento de ese árbol frondoso es básicamente forestal. La castaña es otro de los señeros frutos de otoño que goza de una favorable realidad: tiene un buen mercado porque actualmente la demanda supera a la oferta y presenta una más que aceptable rentabilidad toda vez que los gastos de producción suelen ser bajos y el precio del fruto siempre es más elevado. «Es un cultivo con capacidad de crecimiento aunque queda limitado a áreas de sierra. Solo con que se culmine el proceso de reconversión del castaño tradicional, azotado por plagas que lo están dañando severamente, al castaño nuevo tendremos mucho ganado. Es un cultivo interesante y rentable. Se pueden obtener los 10.000 euros por hectárea. Desde luego, es el cultivo de montaña más rentable que hay, por delante de la cereza», resume Efrén Martín, técnico de la Asociación de Productores de Castañas de Villuercas. Los ingresos por la venta superan de largo los costes de producción del fruto La comarca de Guadalupe es la segunda gran productora de castañas de la región, detrás de la del Jerte. Cada año suelen generarse en torno a 4,5 millones de kilos en territorio extremeño, casi todas de la variedad Verata o la De Pablo. Son algo más -entre 2,5 millones y 3 de media- las que salen del noreste cacereño, comercializadas en su gran parte por la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, mientras que en Las Villuercas suelen cosecharse entre un millón y millón y medio de kilos cada campaña. También hay castaños en el Valle del Ambroz, Las Hurdes y, en el sur pacense, en las comarcas de Tentudía y, de forma más residual, en la Sierra Suroeste. Unas 2.500 toneladas suele recoger por campaña la Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte, una de las grandes entidades cooperativas de Extremadura. Una cosecha que arranca en octubre -noviembre casi siempre en Las Villuercas- y puede llegar hasta diciembre. «Nuestro mercado es tanto nacional como internacional. Aprovechamos nuestros canales de comercialización abiertos para la cereza para vender también castañas, que en los últimos tiempos está demostrando ser un producto atractivo. Hay demanda y buen precio, aunque en un sector como el agrario es preferible mejor no hablar de precios», indica Mónica Tierno, directora general de la Agrupación de Cooperativas.