Los niveles de adopción de nuevas tecnologías en el sector agrario siguen siendo bajos Tractores con conducción automática a través de GPS, sistemas de riego automáticos y equipados con sensores que permiten conocer el estado de los cultivos, drones para aplicar productos fitosanitarios o robots capaces de recolectar la fruta cuando está en su punto óptimo de maduración. Todos estos avances tecnológicos no son ciencia ficción, si bien es cierto que aún no son una realidad extendida en el campo catalán. "Se ha avanzado mucho tecnológicamente, pero el nivel de adopción de todas estas innovaciones es aún bajo", afirma Víctor Falguera, coordinador general del Centre d'Innovació Digital Agroalimentari i Forestal de Catalunya (Cidafcat). La misión de este nuevo centro que ha sido dado a conocer recientemente es "conectar la oferta con la demanda para facilitar la adopción de las herramientas digitales existentes", en palabras de su coordinador general. En este sentido, los primeros pasos de la organización se han encaminado a mapear las empresas que trabajan en Catalunya para la creación del primer catálogo de potenciales prestadores de servicios. Dato El sector agroalimentario ocupa a 177.000 personas, según datos de Acció del año 2022 El Cidafcat se dirige a cuatro grandes subsectores: la producción vegetal, la producción animal, la industria alimentaria y la explotación e industria forestal. El subsector más tecnificado de todos es la industria alimentaria, aunque también tiene margen de mejora. Los principales retos son mejorar la gestión de los datos y la integración de los procesos en una única plataforma. El segundo subsector más tecnificado es el de la producción animal, seguido de la producción vegetal. "Se han hecho avances, pero todavía falta mucho para una agricultura y ganadería de precisión", reconoce el responsable de Cidafcat. La adopción de herramientas digitales en estos sectores supone una mayor eficiencia en el uso de recursos como agua, energía o productos fitosanitarios. Como consecuencia, se reducen los impactos ambientales de las actividades. Finalmente, el grado de digitalización es muy bajo en el conjunto del mundo forestal, especialmente en los trabajos al bosque. En este ámbito, los mayores avances en digitalización van de la mano de la nueva industria para la utilización de la madera como elemento estructural en construcciones de edificios. Uno de los proyectos piloto en los que ha empezado a trabajar el Cidafcat persigue monitorizar el proceso de crianza de los vinos. "Después de fermentar, el vino es depositado durante meses en barricas, siendo un proceso en el cual este se puede llegar a echar a perder", señala Fran García, coordinador técnico del Cidafcat. En colaboración con el Clúster Vitivinícola de Catalunya (Innovi), Cidafcat ha iniciado un proyecto piloto en la bodega La Vinyeta (DO Empordà) que consiste en sustituir los tapones por unos cierres con sensores. "Al estar en contacto con el vino, estos sensores proporcionan información sobre parámetros como la temperatura y pueden evitar que se llegue a estropear", explica García. En la presentación del nuevo centro, Ramón Boixadera, director de promoción económica de la Diputación de Lleida, advirtió que la digitalización ya no es una opción sino una necesidad para innovar y ser más eficiente ante los retos de un mercado cada vez más complejo. La Diputación de Lleida es una de las organizaciones fundadoras del Cidafcat, junto a la Generalitat de Catalunya, el Ajuntamiento de Lleida y el Parc Agrobiotech Lleida. Esta última entidad alberga además la sede del nuevo centro. También en el acto de presentación, Jaume Sió, responsable del departamento técnico del Departament d'Agricultura de la Generalitat, subrayó que el gran reto es que el sector primario no pierda el tren de la digitalización. Sió añadió que es importante que el territorio tenga protagonismo en este proceso, y por esto es primordial abrir ventanas como esta fuera de Barcelona.