En la denominación de origen zaragozana Aceites del Moncayo prevén una merma de producción por la sequía mientras que en la futura D. O. Somontano confían en recuperar las cifras la producción habitual.
Ch. García/J. L. Pano
NOTICIA
La recolección de la oliva ya ha comenzado en las plantaciones de la D. O. Aceite del Bajo Aragón.
Javier Navarro
Los productores de la Denominación de Origen Aceite del Bajo Aragón han comenzado a recoger los primeros frutos de una campaña que nada tiene que ver con la vivida hace tan solo un año, cuando la producción superó en un 149% la de la campaña precedente que, eso sí, había sido muy corta y escasa.
Las previsiones actuales no pueden ser más catastróficas y se espera una de las peores cosechas de los últimos años. "Solo tenemos un 10% de cosecha, es una producción muy baja, prácticamente nula". asegura el presidente de la denominación de origen, Alfredo Caldú. Y eso contando que las explotaciones de arbequina de alta densidad están bien, porque en el secano "no hay nada" , añade.
Caldú insiste en que se ha perdido el 90% de los 50 millones de kilos de oliva que se cosecharon el pasado año. O lo que es lo mismo, apenas se recogerán unos cinco millones de kilos. "Y eso si los hay porque ni siquiera sé si se alcanzará esa cifra", reconoce.
La explicación hay que buscarla en la vecería, un fenómeno que se produce en el olivar por el que a un buena cosecha le sigue otra de menor producción (y viceversa). Pero también en la extrema sequía que, de nuevo, a vuelto a golpear a la provincia turolense y en especial al Bajo Aragón Histórico. "Nos ha llovido muy poco" , destaca Caldú. De hecho según los registros pluviométricos en algunas localidades apenas ha llovido un 40% de lo que debería de haber caído. Y cuando las lluvias cayeron lo hicieron en el momento en el que olivo ya había florecido así que no sirvieron para remediar el daño.
Con tan escasa producción, el presidente de la esta denominación de origen, que se extiende por una superficie de 37.000 hectáreas repartida por 77 municipios de las provincias de Zaragoza y Teruel, reconoce que "va a ir muy justo para calificar esos dos millones de litros que estamos vendiendo ahora". Y reconoce que actualmente no están muy pendientes del devenir de los precios "porque cuando en una multiplicación uno de los factores es nada el resultado es cero" .
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Previsiones halagüeñas en la futura D. O. oscense
Muy diferente es la situación en el sector oleícola del Somontano , que confía en recuperar los números habituales en la presente cosecha de aceitunas y terminar a final de año con alrededor de 6 millones de kilos. Las estimaciones que realiza Carlos Domínguez, presidente de la asociación oleícola que aglutina a cinco almazaras y que está tramitando la creación de una denominación de origen, son muy halagüeñas y mejorarán considerablemente los malos datos de las dos pasadas campañas: 3.552.000 kilos en 2023 y 1.900.000 kilos en 2022, la cifra más baja desde 2010 por la sequía.
"Llevamos dos años con malas cosechas y este año si sigue todo así estaríamos ante una cosecha media que rondaría entre los 5 y 6 millones de kilos de olivas", afirma Domínguez, copropietario de Almazara Ecostean, la única ecológica en la provincia de Huesca .
La campaña ya ha comenzado debido al calor que ha hecho ennegrecer algunas aceitunas, si bien las últimas lluvias están condicionando la recogida. Pero el agua de las últimas tormentas se notará en la cosecha de 2025, con olivos sazonados en invierno . "Este año ha llovido mucho y el olivar está más húmedo. La aceituna se ha hinchado mucho más y los rendimientos serán menores que los habituales, pero la calidad es muy buena porque el árbol y la aceituna están muy sanas", apunta Domínguez.
Somontano cuenta con más de 3.000 hectáreas de olivar, donde se cultivan 18 variedades autóctonas. A ellas se unen nuevas plantaciones en intensivo. La futura D. O. Somontano incluirá 42 municipios, los 29 de la Comarca de Somontano, más Abizanda, Aínsa, Boltaña y Bárcabo por Sobrarbe, Graus, La Puebla de Castro y Secastilla, por Ribagorza, Angües, Casbas de Huesca y Loporzano, por Hoya de Huesca, Fonz por el Cinca Medio y Castelflorite y Lastanosa en Monegros.
El expediente para constituir la futura denominación de origen se encuentra en la Unión Europea, último eslabón, tras haber recibido la aprobación del Gobierno de Aragón y del Ministerio de Agricultura . La asociación se encuentra completando la información requerida por Bruselas para otorgar este sello de calidad. Domínguez confía en que "pronto podamos dar buenas noticias".
En ese sentido, contar con una segunda denominación de origen en la provincia -tras la del vino- "es fundamental para valorar el trabajo con un muy buen producto que llevamos haciendo desde años y para que la gente que no nos conoce sepa con la calidad con la que estamos procediendo. Contamos con una marca de calidad que nos permitirá promocionar las 18 variedades autóctonas, que el consumidor las disfrute con aceites monovarietales y en definitiva conservar el olivar en el Somontano".
En cuanto al precio del aceite, la recuperación de la producción lleva a pensar en un descenso de los precios "interesantes tanto para el consumidor como para el productor" .
Afectados por la sequía a los pies del Moncayo
os olivareros integrados en la Denominación de Origen Aceite del Moncayo arrastran dos complicadas campañas marcadas por la falta de precipitaciones . Comenzarán la recolección a finales de octubre, pero ya saben que será menor la cantidad de fruto que llegará a sus almazaras. La previsión es que la producción ronde los 2,5 millones de kilos de oliva, un 30% menos que la media de la denominación que se sitúa en torno a los 3,5 millones de kilos.
"En las zonas de regadío habrá buena cosecha, pero donde solo se riega con el agua del cielo será regular e incluso mala", explica Miguel Ángel Lacámara, presidente de la denominación zaragozana situada a los pies del Moncayo , que asegura que todavía es pronto para concretar cuánto aceite podrá lucir el sello de la D. O. porque aún no se conoce el rendimiento de las olivas.
Las últimas lluvias han dado un cierto respiro al cultivo, pero solo a aquel en el que había algo de oliva. "Ha sido un agua beneficiosa que ha contribuido a que ese fruto engordara un poco" , destaca Lacámara, que explica que la extrema sequía del pasado año dejo a muchos olivares sin flor. Y por lo tanto, sin cosecha.
Formada por unos 2.500 agricultores de 54 municipios de las comarcas Campo de Borja y Tarazona y el Moncayo, la denominación integra a cuatro cooperativas (las de Magallón, Borja, Tarazona y Novallas) y la empresa Oliambel. "Somos una denominación pequeña que, más que por la cantidad, hemos apostado por la calidad", matiza Lacámara.
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