La riojana Bodegas Roda quiere ir más allá, hasta donde nunca nadie ha llegado. Por ello ha empezado a explorar los límites de la Rioja con una ilusionante nueva plantación en Cellorigo, en la falda de los montes Obarenes. Es una bella atalaya situada en la zona más al noroeste de la Rioja. Se la conoce como "el púlpito de la Rioja". Se trata de un nuevo viñedo donde se cree que nunca antes había habido vides. Son diez hectáreas de un serpenteante viñedo de tempranillo. No hay nada igual en España. No es una plantación al uso. De hecho, es una Arca de Noé en la que se ensayan algunos de los 550 biotipos de tempranillos que ha salvaguardado Roda en el último cuarto de siglo a partir de una selección vegetal sin igual en la región. Se han plantado en vaso 26 biotipos de tempranillo procedentes del banco de germoplasma de la bodega. Se busca seleccionar plantas resistentes al cambio climático que ofrezcan bayas con pH más bajos, acideces más altas y un menor contenido alcohólico en terrenos arcilloso-calcáreos mecidos por un clima continental. El objetivo de este modelo de plantación es obtener cada año tres cosechas: de uva, de agua y de suelo El gran objetivo de este nuevo proyecto, además de salvaguardar el patrimonio vitícola riojano, es recuperar la vida en los suelos, regenerar ecosistemas y contribuir con ello a frenar el cambio climático, la erosión del suelo y la erosión genética. Todo ello en un bello altiplano sin contaminación visual situado a 650 metros sobre el nivel del mar (Haro lo está a 450). El director técnico de Roda, Agustín Santolaya, afirma que han querido librar una batalla "contra el mundo clonal", al que califica como "aburrido y simple". Ahora esta bodega riojana que huye de la uniformización y que preside Mario Rotllant ya cuenta con 80 hectáreas de viñedos. El de Cellorigo recoge en una sola finca las diversas líneas hacia la sostenibilidad vitícola en las que Bodegas Roda se ha involucrado desde su fundación. El objetivo de este modelo de plantación es obtener cada año tres cosechas: de uva, de agua y de suelo. Agustín Santolaya e Isidro Palacios (director de viticultura) en el nuevo viñedo de Cellorigo CLV La plantación de la firma del barrio de la Estación de Haro se complementa con el estudio del comportamiento de cinco portainjertos en relación con la acidez de los vinos de tempranillo, en un proyecto que aprovecha los recursos naturales, especialmente los hídricos, y que sigue los dictados de la agricultura ecológica y regenerativa, así como el sistema agrícola del 'keyline', que maximiza el uso beneficioso de los recursos hídricos de un área de tierra. Con el sistema 'keyline' se persigue optimizar los recursos hídricos y minimizar los efectos de la pérdida de suelo, ayudando a su regeneración. En definitiva, se quiere evitar la erosión y pérdida de fertilidad de los suelos, repartir de forma natural el agua de lluvia a través de las calles curvas del viñedo para su mayor aprovechamiento e intentar evitar el efecto erosivo de las escorrentías. Las nuevas instalaciones están equipadas para ser más sostenibles y utilizan energías renovables para su funcionamiento El ondulado viñedo suma 32.000 vides. La plantación, que es tradicional en vaso y con tutor, se realizó el pasado mes de abril con la ayuda de un tractor y una máquina equipados con geolocalizadores. No fue fácil. Agustín Santolaya afirma que la plantación de Cellorigo, que coincide con el año del 25 aniversario desde la salida al mercado de los primeros vinos de la bodega propiedad de la familia Rotllant Daurella, supone "una apuesta de futuro" en la que han volcado 25 años de experiencia. El proyecto lo han lideran tres ingenieras y enólogas de Bodegas Roda: la directora de I+D+i, ingeniera química y enóloga Esperanza Tomás; la responsable de viticultura, ingeniera agrónoma y enóloga Lidia Martínez; y la ingeniera agrónoma y enóloga María Santolaya. Viñedo de Cellorigo CLV Por otra parte, Bodegas Roda se ha ampliado con una nave de elaboración subterránea, con tinas de madera más pequeñas que las habituales, con el objetivo de "aproximar el microscopio a cada viñedo y aumentar la precisión en la elaboración". Las nuevas instalaciones están equipadas para ser más sostenibles y utilizan energías renovables para su funcionamiento, optimizando la eficiencia energética del conjunto de la bodega con energías renovables. También se han renovado los espacios exteriores creando una nueva terraza y experiencias enoturísticas para las visitas. Lee también 7 vinos para saborear con una buena lectura Maria José Huertas Llevas toda la vida tomando la cerveza a la temperatura equivocada Aurora Segura Celma