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Además de matar a las abejas, los neonicotinoides están destruyendo la pesca

05/11/2019
En: lavanguardia.es
Digital
Las poblaciones de insectos están disminuyendo de forma drástica, entre ellas algunas fundamentales para el mantenimiento de los ecosistemas , como las abejas u otros polinizadores, de los que dependen tres cuartas partes de las plantas que cultivamos. Una de las causas de este descenso es el uso de neonicotinoides , un tipo de insecticida que se aplica de forma generalizada para controlar plagas y que afecta al sistema nervioso central de los insectos, a su manera de desplazarse, de comunicarse y también a su reproducción. No obstante, el uso de pesticidas agrícolas derivados de la nicotina no afecta solo a los insectos, sino que compromete también el devenir de otros grupos. Y es que, según se desprende de un artículo científico publicado este mes de noviembre en la revista Science , el uso intensivo de estos compuestos es el responsable del colapso repentino de las poblaciones locales de peces del lago Shinji, en Japón . Para la confección del trabajo, los autores, investigadores de la Geological Survey of Japan , analizaron datos recogidos sobre la calidad del agua del lago y la abundancia de zooplancton desde el año 1993, que es cuando los neonecotinoides empezaron a emplearse en los campos de arroz cercanos al Shinji. Gracias a ello advirtieron que justo un año después de que empezaran a usarse estos productos agrícolas se produjo un declive del 83% de las poblaciones de artrópodos, que forman parte del zooplancton del que dependen poblaciones de peces como la anguila o el eperlano, un pariente del salmón muy pescado en la zona. Según el estudio, las capturas de eperlanos se redujeron por culpa de los insecticidas derivados de la nicotina en más de un 90%, pues a los peces les faltaba comida. En otros contextos esto podría deberse al agotamiento de nutrientes en el agua, a las bajas concentraciones de oxígeno o a los cambios de salinidad. Sin embargo, en esta ocasión, el hecho de que precisamente los artrópodos sean extremadamente sensibles a los neonicotinoides los responsabiliza directamente del declive de las poblaciones de peces. Esto prueba que el impacto de los pesticidas no permanece siempre en el mismo eslabón de la cadena alimentaria, sino que se propaga a través de esta llegando incluso a revertir de forma negativa sobre la especie humana, pues lo que se gana con el uso de los neonicotinoides en el ámbito de la agricultura se pierde en otro igual o más importante: la pesca. En Europa existe algo de controversia en cuanto a la regulación de estos productos fitosanitarios se refiere. Y es que, mientras la Comisión Europea se opone a evaluar de nuevo -teniendo en cuenta los últimos avances técnicos y científicos- los riesgos de estos compuestos, los eurodiputados del Parlamento Europeo aprobaron a finales del pasado mes de octubre una resolución exigiendo que esto se haga lo antes posible. Por el momento, y desde principios de 2018, en Europa está prohibido usar un total de tres neonicotinoides: la clotianidina, el imidacloprid y el tiametoxam, que ya estaban sometidos a restricciones desde el año 2013 en aplicación del principio de precaución. Artículo científico de referencia: Masumi Yamamuro et al. Neonicotinoids disrupt aquatic food webs and decrease fishery yields, Science , November, 2019. DOI: 10.1126/science.aax3442
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