Mejora genética, biotecnología y cambio climático

En la actualidad, para alimentar alrededor de nueve mil millones de personas a mediados del siglo XXI, la producción de alimentos de alta calidad debe incrementarse con inputs reducidos. La mejora genética de los cultivos debe por esta razón enfocarse en aquellas características que mejoren su calidad nutricional, que proporcionen mayores cantidades de nutrientes, para conseguir incrementar la eficiencia en el uso del agua y aquellas otras características que mejoren la adaptación a los estreses abióticos y bióticos con el objetivo de incrementar el rendimiento de las plantas. Por un lado hay que tener en cuenta que la mejora genética es un proceso largo, por lo que la preparación para adaptarse al cambio climático requiere planificación, y por otro, la evidencia de los datos sugiere que la mejora de la plasticidad fenotípica, en otras características diferentes al rendimiento, permitirá aumentar potencialmente la capacidad de adaptación a un ambiente cada vez más imprevisible. Para finalizar, se describen los factores relacionados con la mejora genética para adaptar a los cinco efectos principales abióticos del cambio climático, que son el calor, la sequía, el encharcamiento, la salinidad y el elevado CO2, aunque son difíciles de analizar y varían con las especies y el área de producción con impactos tanto en rendimiento como en la calidad del producto