El aceite de oliva ofrece dos poderosas armas en la lucha contra la resistencia bacteriana

El aceite de oliva cuenta con un sabor, textura y con una presencia indiscutible en la gastronomía mediterránea, donde es conocido como el "oro líquido". Todo esto lo convierte en un producto único, pero además, sus propiedades antiinflamatorias, sus beneficios para el sistema cardiovascular, pasando por sus efectos antitumorales recientemente descubiertos, hacen de él un gran aliado de la salud. El ácido oleanólico (OA) y el ácido maslínico (MA) son dos compuestos naturales presentes en las olivas y en el aceite de oliva que se han relacionado con cualidades anticancerígenas, antiinflamatorias y antioxidantes. Además es un buen preventivo contra la diabetes del adulto y tienen propiedades antimicrobianas que protegen al olivo de padecer infecciones. A pesar de todas estas propiedades, hasta ahora la efectividad de estas dos moléculas sólo había sido probada en el laboratorio, y no se habían encontrado derivados químicos que mejorasen su actividad. Para ello se hizo un estudio para encontrar derivados de estos compuestos que presentasen una mayor actividad antimicrobiana, investigación que se ha hecho en colaboración con el grupo de Materiales Orgánicos Funcionales de la Universidad de Granada y el Grupo de Terapias antimicrobianas e infecciones bacterianas del Instituto de Bioingeniería de Cataluña, cuyos trabajos se describen en el presente artículo y se muestran como una alternativa a los antibióticos comunes, con nuevos mecanismos de acción y sin generar resistencia de las bacterias