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Una legión de moscas está convirtiendo desechos orgánicos en comida para perros y gatos

24/04/2025
En: elconfidencial.com
Digital
Dapibus es una empresa biotecnológica que transforma residuos orgánicos en harina de insectos, aceites y fertilizantes usando larvas de mosca soldado negra. Su proceso apoya la economía circular E n el municipio catalán de Abrera, en la comarca de Baix Llobregat, una legión de moscas soldado están transformando residuos orgánicos en proteínas para alimentación animal, aceites y fertilizantes. "Lo que hacemos es coger restos inservibles de la industria alimentaria que podrían acabar en vertederos, como pueden ser las pieles de las patatas o la pulpa de las naranjas , para después alimentar a estas larvas y convertirlas en estos productos". Quien nos cuenta esto es Alex Segura , uno de los tres fundadores de la startup biotecnológica Dapibus. La compañía nació hace apenas cinco años y, hoy, vende a fabricantes de piensos y otras industrias en distintos puntos de Europa con un modelo B2B (empresa a empresa). Cuenta, además, con un centro de producción a escala industrial en Barcelona diseñado para producir anualmente 1.000 toneladas de harina proteica, 180 toneladas de grasa y 2.000 toneladas de fertilizante. "Nos hemos enfocado en el segmento pet food , sobre todo en perros y gatos. Es un mercado al alza y vimos que había una gran oportunidad". Según las estimaciones de Mordor Intelligence, el mercado global de alimentación para mascotas alcanzó los 92.510 millones de dólares en 2024 (85.387 millones de euros) con previsión de que llegue a los 290.010 millones de dólares (267.679 millones de euros) en 2029. En España, la tendencia sigue el mismo rumbo: el sector creció un 12,5% en 2023, superando los 1.500 millones de euros, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (Anfaac). "La idea surgió de una inquietud personal por emprender", relata. Alex había trabajado durante varios años en la industria textil, donde "pude ver muy de cerca los procesos productivos y su impacto medioambiental". Un día, de manera fortuita, leyó una revista americana que hablaba de proteínas alternativas . Ahí comenzó todo: "Llegó la pandemia y decidí empezar de cero. Encontré a mi socio Carlos, ingeniero industrial, y de su mano, junto a dos socios estratégicos, comenzamos a validar el modelo a todos los niveles: sostenibilidad y de negocio". Su objetivo era reducir el impacto ambiental de los residuos y promover un modelo de producción circular . Y es que, al consumirlos, las larvas evitan que estos se descompongan en vertederos, reduciendo emisiones de metano. Así, tras dos años de investigación y confirmar que el modelo tenía sentido, llegó la hora de conseguir capital: "Levantamos un par de rondas de financiación y también contamos con fondos públicos. De hecho, la Unión Europea nos concedió una subvención importante llamada Life Program relacionada con la economía circular". A nivel bancario, "hemos contado con la ayuda de Banco Santander . Desde el principio hizo una apuesta doble: la primera, por la innovación en esta industria. La segunda, por nuestro equipo. Ha sido un socio estratégico importante y, gracias a él, pudimos poner el negocio en marcha". La compañía facturó en 2024 cuatro millones de euros con 20 empleados. De los residuos a la harina Pero, ¿ qué proceso se sigue exactamente hasta que se obtiene la harina? Y, lo más importante, ¿cómo consiguen estas larvas transformar los residuos orgánicos? Dapibus ha firmado acuerdos con diferentes industrias alimentarias en Barcelona. "Intentamos que nuestros proveedores estén lo más cerca posible". Estos residuos, que pueden ser desde restos de frutas o verduras hasta alperujo (subproducto del aceite de oliva) suelen ser ricos en nutrientes , pero no aptos para consumo directo o de difícil gestión. Así, tras recogerlos, los clasifican para asegurar que no contienen materiales dañinos como plásticos o metales. Después, los trituran para su consumo por parte de las larvas. La startup cría estos insectos en sistemas modulares o bioreactores , que controlan la temperatura, la humedad y la ventilación para asegurar su crecimiento y evitar enfermedades. Este ejército transforma los residuos orgánicos en proteínas dentro de su sistema digestivo y metabólico. En 10-14 días, las larvas reducen el volumen de los desechos hasta un 80%, mientras acumulan nutrientes en sus cuerpos. "A través de la IA tratamos de entender muy bien qué ocurre en esos días de engorde: la temperatura, la humedad, cómo responden..." Una vez terminada esta fase, los invertebrados se separan, se lavan y se secan. Por último, se muelen para producir la harina, con un contenido de hasta 60% de proteína . El residuo restante ( frass ) se usa como fertilizante que se comercializa para agricultura orgánica, mejorando la salud del suelo y reduciendo la necesidad de químicos. "Hemos innovado mucho aplicando nuevas tecnologías y automatizando todo el proceso, desde que damos la dieta hasta que comenzamos con el engorde", Alex relata que llevan a cabo una gran recolección de datos. "A través de la inteligencia artificial , lo que tratamos de hacer es entender muy bien qué ocurre en esos días de engorde: la temperatura, la humedad, cómo responden... Estos datos nos están ayudando mucho a realizar predicciones y guiarnos para otros productos futuros". Y es que, más allá de la harina de insectos, están realizando pruebas para el sector porcino, para gallinas ponedoras y para la acuicultura . "Estamos poniendo muchos esfuerzos en las piscifactorías porque creemos que tienen mucho potencial. Además de ser un proceso sostenible y que fomenta la economía circular, es algo natural que los peces coman insectos. Seguiremos creciendo en esta dirección". Artículos relacionados EC BRANDS studio PARA
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