Por Nathalie Chavrier. Responsable del sector Agroalimentario en Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA)
El consumo excesivo de agua y la contaminación por nitratos plantean un reto importante a la agricultura andaluza y, en concreto, al Valle del Guadalquivir, donde más del 80% de los recursos hídricos demandados corresponden al uso agrario y, por otra parte, los excedentes de riego en zonas agrícolas aportan nitratos, fosfatos -procedentes de fertilizantes- y pesticidas a las aguas superficiales y subterráneas. El grupo operativo Smart AG Services desarrolla, con financiación de la Asociación Europea de Innovación (AEI) a través de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, un servicio avanzado de agricultura de precisión que permitirá ahorrar alrededor de un 15% en agua de riego y fertilizantes, reducirá el impacto ambiental y disminuirá hasta un 20% los costes para los agricultores. La agricultura de precisión consiste en aplicar nuevas tecnologías al campo para hacer su gestión más fácil, eficiente, productiva y sostenible. El proyecto Smart AG Services, que acaba de iniciarse y tiene un plazo de dos años, integrará diferentes tecnologías, como sensores inalámbricos e imágenes multiespectrales, imágenes térmicas captadas desde micro-UAV - drones-, big data y algoritmos de inteligencia artificial. Su objetivo es desarrollar un Sistema de Ayuda a la Decisión o sistema experto que comunicará al agricultor, a través de su ordenador, móvil o tableta, cuál es la planificación idónea de riego y fertilización, así como alarmas de situaciones críticas o posibles averías. Al menos cada dos días, el agricultor recibirá en su móvil o tableta recomendaciones sobre riego y abonado en función de los datos obtenidos por los sensores instalados en las fincas, los mapas de rendimiento de campañas anteriores y estado nutricional de los cultivos. El grupo operativo que desarrolla este proyecto implica a asociaciones de carácter agroalimentario, sector privado y sector investigador y tecnológico, lo que facilita la transferencia real al campo. En concreto, el consorcio está integrado por los grupos de desarrollo rural Campiña-Los Alcores y Gran Vega de Sevilla, Asaja-Sevilla y las universidades de Sevilla y Córdoba, además de contar con la colaboración de Corporación Tecnológica de Andalucía en las labores de transferencia. Cooperativas agrarias de Écija (maíz), Lora del Río (cítricos) y Carmona (trigo) implantarán el sistema, con el objetivo de que luego pueda transferirse el servicio a otras explotaciones. Proyectos como éste ayudarán al campo andaluz a ser más eficiente y competitivo. La digitalización de las explotaciones es una realidad imparable, pero aún son necesarias iniciativas como las que están desarrollando los grupos operativos impulsados por la Consejería de Agricultura para probar la madurez de las tecnologías, comprobar su utilidad y fiabilidad en el terreno y vencer así las barreras de confianza de los agricultores.
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