Rosa de la Torre, una líder en investigación agroalimentaria

Rosa de la Torre, una líder en investigación agroalimentaria Rosa de la Torre en una de las salas del Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario Extremadura. :: hoy Extremadura en femenino La pacense es responsable del área de ciencia y seguridad de los alimentos de Ctaex El campo y la ciencia son dos mundos en los que tradicionalmente se han movido más hombres que mujeres. Hoy sigue pasando. Sin embargo, hay algunas extremeñas que desde hace mucho tiempo forman parte de esos dos sectores al más alto nivel. Rosa de la Torre Carreras (Badajoz, 1959) es un ejemplo de ello. Desde los inicios de su trayectoria laboral su nombre está ligado a la investigación agroalimentaria y se le conoce por liderar proyectos de innovación y desarrollo que han hecho que Extremadura suene más allá de nuestras fronteras. Actualmente es la responsable del área de ciencia y seguridad de los alimentos del Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario Extremadura (Ctaex), una asociación empresarial sin ánimo de lucro que abrió sus puertas en enero de 2001 para contribuir al desarrollo de las empresas del sector agroalimentario y a la seguridad de los consumidores. ALGUNOS DATOS Biografía Nació el 3 de mayo de 1959 en Badajoz, donde vive actualmente. Está casada y tiene dos hijas. Formación Se licenció en Ciencias Químicas en 1982. Empezó a trabajar en Nestlé y fue una de las personas que contribuyó a poner en marcha el Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario Extremadura (Ctaex), donde trabaja desde hace casi dos décadas. Aficiones Es una apasionada de su trabajo, de la lectura y del cuidado de las plantas. Sin embargo, la relación de Rosa con los números, las fórmulas y los laboratorios empezó mucho antes. Se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad de Extremadura en 1982. «Por aquel entonces ya había bastantes jóvenes que estudiaban. También había mujeres en carreras de ciencia, pero está claro que cada vez vamos siendo más», matiza De la Torre. De hecho, a esa afirmación le pone datos. Apunta a que en Ctaex el 45% de la plantilla tiene nombre femenino y hay departamentos que únicamente están integrados por ellas. «Cada vez hay más empresas cuya gestión depende de mujeres. Lo que realmente necesitan las empresas son gente eficiente, sea hombre o mujer, y siempre sin diferencias salariales», aclara Rosa. «Los primeros años de trabajo, cuando era joven, sí noté esa distinción económica de manera negativa, pero eso fue hace tiempo y es cosa del pasado». Se refiere a sus inicios. Su trayectoria laboral empezó en el centro de investigación que tenía la empresa Nestlé en Badajoz. «Tuve la fortuna de formar parte de una multinacional que me dio la oportunidad de formarme a nivel analítico en el laboratorio y en tecnología alimentaria. Además, visité empresas del grupo tanto en España como en el extranjero, pero en el año 2000 Nestlé decidió deshacerse de su centro en Badajoz», recuerda. Sin embargo, solo estuvo dos meses desempleada y empezó a montar junto a otros compañeros lo que hoy se conoce como Ctaex. Desde entonces no ha parado de liderar proyectos de investigación en el sector agroalimentario. «Abrimos aquella puerta y ocho compañeros aceptamos el reto. Éramos tres mujeres. Fueron tiempos difíciles porque había que poner en marcha todas las áreas y teníamos 20 años menos y mucha ilusión. Eso fue lo que nos dio fuerzas para buscar empresas que apoyaran los proyectos de I+D; y así fuimos convenciendo a la gente de que esta iniciativa era beneficiosa para la región». Dice que ha sido una lucha diaria y han creado escuela intentando transmitir una filosofía de trabajo basada en la eficacia y la responsabilidad. Con esas palabras se refiere al camino recorrido y los logros alcanzados en este tiempo. «Mis primeros años profesionales sí note la brecha salarial; ahora ya no, eso es cosa del pasado» «Hay que apostar por nuevos cultivos; el sector necesita transformación y llegar a más mercados» Lo dice antes de centrarse en la capacidad que tiene el sector agroalimentario de la región. «Somos líderes en la producción de tomate, cereza e higos por ejemplo. El problema es que se necesitan más exportaciones y más transformación en la fruta. Hay que empezar a innovar. Estamos estancados en cultivos de hace muchos años y hay que apostar por nuevos, así como encontrar nuevos mercados e inversiones». Ellos lo intentan con proyectos europeos en los que han sido invitados a participar. Entre los más beneficiosos destaca el denominado Biocopac, un estudio que se basó en desarrollar envases metálicos a partir de desechos de tomate; o el relacionado con cáñamo industrial, cuyo objetivo fue producir diferentes cosméticos y aceites con propiedades terapéuticas y hasta materiales de construcción. También están participando en proyectos con regiones de la frontera con Portugal centrados en el sector de las plantas aromáticas y medicinales. Su objetivo es dar a conocer el potencial que tienen esos cultivos en Extremadura y el país luso. «En mi caso, cuando doy ponencias, además de explicar el trabajo técnico, también intento que conozcan la región extremeña», comenta Rosa. Se refiere a los actos a los que asiste en países europeos. Por su trabajo ha conocido muchos rincones como Holanda, Francia, Italia, Grecia, Portugal, Inglaterra, Dinamarca, Alemania y Chile, entre otros. «Eso te permite ver lo que se está haciendo en otros lugares del mundo y hace que te des cuenta de que aquí no se hace tan mal, pero tenemos que creérnoslo», confiesa. Sin embargo, es consciente de que la empresa agroalimentaria de esta comunidad autónoma tiene que prosperar, innovar e invertir en formación de técnicos de I+D que puedan dar a las empresas tradicionales la visión y las herramientas que necesitan para nuevos desarrollos. «Hay carencia de departamentos especializados en áreas como la investigación de mercados, el control de gestión, o la I+D», especifica De la Torre. Cree que sin buenas infraestructuras de comunicaciones como el tren ese tipo de avances tardarán más en llegar.