El acuerdo de libre comercio entre el país del sol naciente y la UE abre muchas oportunidades a Aragón. Sus ventas al país nipón suman hoy 188,5 millones
Montse Llorente
CEOE Aragón, Cámara de Comercio de Zaragoza e ICEX organizaron recientemente una jornada con empresarios para hablarles de las nuevas oportunidades que representa el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Japón S. E.
J amón, vino, aceite de oliva , pero también coches, zapatos o tecnología son productos que Aragón está ya exportando a Japón -84 empresas lo hacen regularmente- pero que pueden tener un crecimiento exponencial en los próximos años si se sabe aprovechar la oportunidad que supone el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el país asiático, en vigor desde febrero y que representará un ahorro en aranceles de 1.000 millones de euros , según Jochen Müller, director adjunto de la representación de la UE en España, que estuvo en Zaragoza recientemente para explicar en una jornada organizada por CEOE Aragón, Cámara de Comercio de Zaragoza e Icex, las ventajas que este tratado, alcanzado tras siete años de negociaciones, conlleva para los Estados miembros.
« Hay 11 Denominaciones de Origen Protegidas en Aragón que pueden beneficiarse e incrementar el flujo comercial hacia Japón. Aragón ha multiplicado por 19 sus exportaciones en solo diez años . Si en 2009 exportaba por valor de 10 millones, ahora está cerca de los 190». Pero queda recorrido. Según Ricardo Mur, presidente de CEOE Aragón, «debemos aumentar los vínculos entre ambos países en el sector alimentario químico, textil, calzado, automoción » y recuerda que la balanza comercial es positiva para Aragón, ya que las importaciones, por 93 millones, son la mitad que las exportaciones.
Japón es una gran economía, con 126,6 millones de habitantes y el cuarto PIB más grande del mundo, recuerda Pilar Ortún, directora de la Dirección Territorial de Comercio e Icex en Aragón: « Las barreras arancelarias, que hasta 2018 eran muy altas para determinados productos, se han eliminado en un 91% desde el 1 de febrero de este año y en un plazo de 15 años llegarán a desmantelarse el 97%, lo que es muy beneficioso para las 42 Indicaciones Geográficas Protegidas que tiene España y productos como el Jamón de Teruel , el porcino en general, el vino y otros productos del sector automoción o farmacéutico ».
En que hay un largo camino por delante coincide Toru Shimizu, ministro de la Embajada del Japón en España : «El intercambio no alcanza el nivel deseable. Esperamos muchísimo la llegada de mayor número de empresas aragonesas a nuestro mercado». Japón es el segundo importador de carne del mundo. España, a su vez, ocupa la segunda posición como exportador a este país en vinos espumosos y cuarto en vinos tranquilos. « Ya en nuestro mercado podemos disfrutar de los sabores del Somontano, Cariñena y Campo de Borja », añade, confesándose enamorado de los vinos y paisajes aragoneses desde que asistió hace años a un curso de verano de Jaca. «Nuestro deseo es estrechar vínculos. Hay en Zaragoza un centro de estudios japoneses con profesores que vienen haciendo de puente y me complace que comience el próximo curso el nuevo máster en Estudios Japoneses en la Universidad de Zaragoza».
Unos vínculos culturales que anima a afianzar Manuel Teruel, presidente de la Cámara de Zaragoza, al recordar que el Príncipe Naruhito vino a la Expo 2008. «Japón es un mercado complicado por el desconocimiento y la distancia. Ser potencia tecnológica les hace ser autosuficientes», dice, pero ofrece oportunidades.
Japón representa hoy el 1,6% del total de exportaciones aragonesas , pero el objetivo es ir a más. Para Libelium, las ventas en 2018 a Japón -donde tiene un distribuidor, Ryoyo,- apenas sumaron un 2%. « Para operar en el país es fundamental contar con socios locales », indican desde Libelium, que desarrolla en la actualidad varios proyectos piloto para Kurita y Organo, dos empresas de tratamiento de aguas. «La mayor dificultad en el internet de las cosas en Japón es que tienes que usar protocolos de comunicación del país y toda la tecnología ha de estar certificada . Si no, no puedes participar en concursos públicos. Es un mercado muy proteccionista», señala Javier Gabás, director comercial de Libelium en Japón.
Oscar Landeta, socio director de Certest Biotech , comparte que en exportación «todo es difícil, pero vender tecnología a Japón aún es más ». No obstante, «es hoy nuestro mayor mercado de exportación y vendemos en 15 países». Recuerda que cuando empezaron desde Zaragoza les explicaron a sus clientes japoneses que podían fallar en uno de cada 100.000 productos de diagnóstico. «Nos hicieron un primer pedido de 275.000 euros y nos respondieron que habían detectado ese fallo entre 100.000. Tienes que tener garantizada la calidad. Son muy perfeccionistas», advierte.
El director comercial de Prodesa, José Ricardo Castro, reconoce que hacer negocios con Japón es «lento, pero una vez se consigue se generan dinámicas de mucha confianza» . En su caso, al ser el país asiático importador en 2018 de 3 millones de toneladas de biomasa para generación eléctrica y ser la ingeniería aragonesa suministradora 'llaves en mano' de fábricas de pellets a clientes que exportan a Japón, son muchas las oportunidades que representa este país. «I mportantes compañías japonesas como Sumitomo, Marubeni o Mitsui están buscando nuevos contratos para el suministro de pellets ». Por ejemplo, apunta Castro, «Sumitomo, previamente a su decisión de invertir en plantas existentes de pellets en Canadá y Sudamérica, ha contratado nuestros servicios para llevar a cabo 'due diligence' sobre ellas». De hecho, añade, acaban de ponerle en servicio a su cliente Skeena Sawmills, en British Columbia (Canadá), una planta de 96.000 toneladas/año. «Skeena tiene contratos para exportar el 95% de su producción a Japón».
« Con el acuerdo de libre comercio llegamos un poco tarde, porque los vinos chilenos van siete años por delante y también los australianos», explica José Antonio Briz , director general de Grandes Vinos de la D. O. Cariñena . Así que, añade, «hay que recuperar el tiempo perdido: aumentar volumen y mejorar el rendimiento de nuestro producto». Y eso que fue de los pioneros y hace 22 años se lanzó a la aventura de exportar a Japón: «Fuimos con Jetro y Arex cinco cooperativas cuando el 80% de nuestra venta era a granel. Tenías que ir con pictogramas». Aunque les costó ganarse su confianza, «después no la pierdes», admite. « Los japoneses son de la cultura de 'fallo cero '. Les enviamos una partida de 18.000 botellas una vez y nos dijeron que 2 tenían la etiqueta despegada». Para hacer negocios en Japón, aconseja «ir sin prisas, llevarlo todo muy preparado y que lo que se diga sea lo más cierto posible, porque son muy serios».
« Japón se ha situado en 2018 en el ranking como el séptimo país por volumen de facturación de Grandes Vinos, con más de 500.000 botellas vendidas de las marcas de mayor valor de la bodega, siendo de hecho el país donde más se exporta la marca prémium, Anayón, destinada a restaurantes de alto nivel», destaca Manuel García , responsable de Marketing de la bodega. «El resto de marcas de valor se distribuyen no solamente en la hostelería, sino también en las grandes superficies y en el canal de aerolíneas, donde la marca Beso de Vino forma parte de los vinos de la compañía japonesa Ana Airlines . El crecimiento en los últimos años es constante en Japón, que sirve de caso de éxito para abrir y consolidar otros mercados del gigante asiático».
« Primero de todo hay que estudiar y conocer bien el mercado, sus hábitos de consumo», afirma Paula Yago Aznar, gerente de Bodegas Tempore, que exporta un 15% de su producción a este país. «No fue fácil, pero es cuestión de tiempo y constancia : todos los vinos de Bodegas Tempore están certificados como ecológicos por lo que Japón sin duda era un mercado clave y no desistimos», afirma. Empezaron a trabajar en Japón en 2011 y hoy cuentan con tres importadores con los que trabajan «con regularidad y buenos resultados». Si bien, reconoce Yago Aznar, les gustaría alcanzar un 20% o 25% en un mercado como el japonés, que «es muy exigente, profesional, educado, leal y de nosotros exige lo mismo».
Para David Romeral, gerente del CAAR en Aragón, es fundamental que la planta zaragozana de PSA haya recuperado la exportación a Japón, al que no enviaba coches desde hace 15 años y al que tiene previsto vender hasta finales de año 1.200 unidades del C3 Aircross que fabrica Figueruelas.
El embajador de España en Japón, Jorge Toledo, considera que en automoción, al igual que en alimentación, se abren posibilidades tremendas. «Gestamp es la primera española que ha instalado una fábrica allí. Ha crecido el interés de las empresas japonesas en España y viceversa», dice.
Tatsuya Kato, director general de la consultora Jetro, anima a las empresas a aprovechar este tratado para encontrar «socios japoneses en los que confiar; los franceses ya lo están haciendo», advierte. «En Japón lo que se demanda es un producto de calidad con alto valor añadido y un precio adecuado. Sobre todo, lo que se valora es conseguir una relación basada en la confianza».
Toru Shimizu Ministro de la embajada del japón en España
« El 92% de empresas que exportan son pymes»
¿Qué beneficios tiene el nuevo Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y Japón?
Beneficia a las empresas europeas al eliminar el 99% de los aranceles que deben pagar en las aduanas japonesas. La mayoría, el 91%, se eliminaron a la entrada en vigor del acuerdo, entre ellos químicos, textiles, metales, cerámica, vidrio, plásticos y vinos. El resto desaparecerá gradualmente. Según fuentes oficiales españolas la eliminación de estos aranceles podría suponer para las empresas de la UE un ahorro de 1.000 millones al año, con un aumento anual previsto de las exportaciones de más del 13%, unos 13.000 millones al año.
¿Para qué sectores en Aragón cree será más ventajoso?
Los más favorecidos son los de bienes de consumo, infraestructuras, energía, moda, alimentación, biotecnología, tecnologías de la información y productos farmacéuticos. En concreto, las exportaciones aragonesas a Japón ya destacan en los sectores textil y agroalimentario, que se verán muy beneficiados. Además, el acuerdo da protección a las Indicaciones Geográficas protegidas, como el conocido Jamón de Teruel o vino de Cariñena, entre otras que tendrán cada vez más aceptación.
¿Piensa que ha tardado demasiado en llegar este acuerdo?
Ha sido una negociación muy compleja. No se limita a reducir o eliminar las tarifas sobre la exportación de bienes, sino que atañe a las inversiones y a cuestiones de carácter normativo como la propiedad intelectual. Asienta de forma muy sólida nuestras relaciones para el futuro.
En el sector de la automoción, ¿qué ventajas supondrá?
Recientemente, la empresa Gestamp ha abierto una fábrica en Matsusaka (provincia de Mie). También el Grupo Antolin cosecha una larga experiencia comercial con mi país. Son dos buenos ejemplos para las empresas españolas de cómo triunfar en Japón. Y Aragón sabrá aprovechar el nuevo acuerdo, ya que anula el arancel sobre la exportación de componentes del automóvil.
¿Qué necesita la pyme para hacer negocios en su país?
El acuerdo las beneficia especialmente a través de un mayor y mejor acceso a la información. Más de 6.000 empresas españolas exportan a Japón y el 92% de ellas son pymes. Tanto la UE como Japón han creado un sitio web específico para facilitar información a estas empresas .
¿Hasta qué punto pueden ayudar el turismo a que haya un mayor flujo comercial?
Aragón todavía no está en la ruta turística clásica que realizan los japoneses cuando vienen a España, más centrada en Madrid, Barcelona y Sevilla. No obstante, desde Madrid o Barcelona, con el AVE, hay apenas algo más de una hora para disfrutar de la maravillosa Plaza del Pilar. Creo que hace falta mejorar la promoción para que los japoneses incorporen Aragón en sus viajes y descubran los encantos de esta tierra. También animo a los aragoneses a visitar Japón, ahora que hay vuelo directo. Evidentemente, un mayor conocimiento mutuo siempre beneficia al comercio y las inversiones.
Destacado Aragón exporta a Japón el doble de lo que importa, casi 190 millones frente a 93