La cooperativa vallisoletana vive un año histórico tras triplicar beneficios hasta los 25 millones de euros y sumar socios del País Vasco, lo que permitirá a la compañía azucarera acceder en el futuro a las jugosas ayudas de las entidades asociativas prioritarias a nivel nacional. Acor saborea uno de sus momentos más dulces. No solo por los espectaculares resultados económicos logrados durante su último ejercicio, en los que ha multiplicado por tres el beneficio, sino porque amplía su ámbito de actuación al País Vasco. Alrededor de 40 cultivadores de Álava han solicitado integrarse en Acor, que hasta ahora operaba fundamentalmente en Castilla y León. Pese a que cuantitativamente la incorporación en una cooperativa con más de 4.000 socios no es significativa, esconde un doble valor para la compañía con sede en la localidad vallisoletana de Olmedo. En primer lugar porque Álava es uno de los feudos tradicionales de su principal competidora, Azucarera, perteneciente al grupo AB Foods, a la que "araña" casi 500 hectáreas en un contexto en el que en el incremento de la superficie de cultivo es uno de los principales caballos de batalla de los dos grandes operadores de azúcar de nuestro país. Desde Acor se insiste en que esa incorporación de socios que antes contrataban con Azucarera no ha sido promovido desde la cooperativa vallisoletana "sino que han sido ellos los que han llamado a nuestra puerta. Somos una cooperativa abierta que debemos admitir a quien lo solicita y cumple normas mínimas para ser cooperativista". La otra consecuencia que tiene la entrada de Acor en un territorio hasta ahora vedado es que se abre la puerta a que la cooperativa puede solicitar su reconocimiento como entidad asociativa prioritaria de carácter suprautonómico y, por tanto, acceder a las ayudas que comporta este reconocimiento. El Real Decreto 526/2023, de 20 de junio establece que para que una cooperativa obtenga la calificación de entidad asociativa prioritaria en un producto agrario o alimentario en el que la producción nacional se localice en más de un 60 por ciento en una única comunidad, el número de socios o el volumen de facturación en esa región no debe de exceder del 95% del total. Ésta última opción es la que puede utilizar Acor ya que solo hace falta el cumplimiento de una de ellas para que se abra la puerta al reconocimiento. Castilla y León acapara 24.827 hectáreas de las 35.303 hectáreas dedicadas a la remolacha en España, seguida de Andalucía con 7.864. En Álava se cultivan habitualmente algo más de 2.000 hectáreas , aunque en esta campaña se ha reducido a la mitad. En la última convocatoria, el pasado 5 de abril, el Fondo de Garantía Agraria (Fega) licitó ayudas por valor de 33,5 millones de euros para proyectos de inversión que mejoren los procesos de transformación y comercialización desarrollados por las Entidades Asociativas Prioritarias (EAP), así como incrementar el valor añadido de sus productos y su posicionamiento en los mercados. Las subvenciones pueden alcanzar hasta el 60 % de los gastos subvencionables. La ampliación del ámbito de actuación de Acor se produce en un momento en el que la cooperativa vallisoletana ha alcanzado resultados históricos. En concreto, la compañía cerró su último ejercicio fiscal 2022-2023 con un beneficio antes de impuestos de 24.956.977 euros, lo que supone triplicar y multiplicar por diez, respectivamente, los resultados positivos de los dos anteriores. La cifra de negocio del grupo ha sido de 392 millones de euros, un 23% más que el último ejercicio. Además, la cooperativa ha alcanzado un resultado de explotación de 25,38 millones de euros y un EBITDA de 32,40 millones de euros, lo que supone un incremento del 266% y el 143% superiores respectivamente, respecto a los de 2021/22. Los socios de Acor cobrarán 75 euros por tonelada de remolacha, un 50% más El alto precio del azúcar, cuyo incremento respecto al ejercicio anterior para el conjunto de la UE se ha cuantificado en más de un 70%, ha contribuido a estos excelentes resultados. A todo ello hay que sumar importantes decisiones estratégicas y una eficiente gestión de un ejercicio marcado, también, por el aumento de hasta un 80% de los costes de producción e importantes dificultades meteorológicas. El nuevo sistema de recepción de remolacha, el Punto 0, y el proyecto de secado de la pulpa al sol, han sido determinantes en el ahorro de energía. El Consejo Rector ha propuesto un retorno cooperativo total de 10 euros/tonelada de remolacha acogida a participaciones. De este modo, al ingreso mínimo garantizado de 65 euros (12,74 euros de ayudas estatales y autonómicas), se suman, por un lado, el retorno de 4 euros abonados, ya a cuenta, a finales de marzo, y por otro, otros 6 euros propuestos por el Consejo Rector. E stos ingresos de 75 euros/tonelada remolacha tipo suponen un incremento de un 50% respecto al año anterior.