La construcción de los parques, su mantenimiento y la instalación de placas solares han creado más de 40.000 empleos en la región, según los datos que maneja la Unión Española Fotovoltaica
Jueves, 23 de enero 2025, 07:24
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Extremadura es la región española con más potencia fotovoltaica instalada: más de 7,7 gigavatios (GW). En segundo lugar está Andalucía, con una extensión muy superior a la extremeña. «Y hay más de 5 GW en desarrollo», según ha destacado Rafael Benjumea , presidente ... de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).
Ese liderazgo tiene una importante repercusión en las arcas regionales. «Podemos cuantificar en más de 550 millones de euros el dinero que ha entrado en las diferentes administraciones, fundamentalmente en la administración local, con la importancia que tiene esto para los municipios», ha insistido Benjumea en relación a los impuestos que han generado las diferentes instalaciones. Además, ha situado entre 40.000 y 50.000 los empleos creados por la fotovoltaica. «Empleo muy distribuido por los municipios, que es importante para que la población pueda quedarse en la región», ha indicado el presidente de UNEF.
Benjumea ha hecho esta reflexión en defensa de la fotovoltaica en el marco de la inauguración de la jornada sobre agrovoltaica que se ha desarrollado en la mañana de este miércoles en Badajoz.
«La agrovoltaica es una de las mejores formas formas de compatibilizar la agricultura y la generación eléctrica renovable»
Rafael Benjumea
Presidente de la UNEF
«Existen posibilidades de mantener las ayudas de la PAC si el uso agrario es predominante, si es así sería una buena alternativa para el campo»
Juan Metidieri
Presidente de Apag
Pero, ¿qué es la agrovoltaica? «Una de las mejores formas formas de compatibilizar la agricultura y la generación eléctrica renovable», ha explicado Benjumea. En definitiva, se trata de hacer un uso compartido de la tierra entre las explotaciones agrarias y la producción de energía fotovoltaica. Ya hay ejemplos de ello, como el aprovechamiento ganadero de los terrenos en las que hay grandes parques solares. «Se utilizan ovejas para desbrozar el terreno», señala José Donoso, consejero delegado de la UNEF, que cree que hay grandes oportunidades de desarrollo en ese sentido.
Ayudas de la PAC
En este sentido, el sector agrario mira hacia los problemas que puede suponer ese uso compartido de la tierra a la hora de mantener las ayudas de la PAC (Política Agraria Comunitaria) que reciben las explotaciones. «Es un tema clave», ha remarcado Donoso.
En el momento actual, según ha transmitido en la jornada el director general de la PAC de la Junta de Extremadura, Juan Eloy Rodríguez, no se contempla la concesión de ayudas para superficies que tienen un uso compartido. «Una situación en la que están todas las comunidades autónomas», ha explicado Juan Metidieri, presidente de Apag Extremadura y también ponente en la jornada.
Ante esa situación, la propuesta que se hace desde el sector agrario es que se calcule lo que se pierde de superficie agraria útil por la instalación de placas solares. «Lo que ocupe cada pata de metal o el hormigón», ha especificado Metidieri, que considera que existen «posibilidades de mantener las ayudas si el uso agrario es predominante».
Así, si se pueden mantener las ayudas, el presidente de Apag entiende que es una buena alternativa para el campo extremeño la compatibilidad en el uso del suelo.
Vides y plantas aromáticas
Más allá de la producción de energía renovable, la agrovoltaica también tiene como objetivo incrementar la productividad de la parte agrícola. Por un lado, reduciendo los costes de electricidad que tienen en las explotaciones, aunque es evidente que es necesaria una inversión inicial potente, y por otro lado, aprovechando la propia infraestructura de los paneles solares. «Se puede utilizar la sombra para modular el sol que llega, por ejemplo, a cultivos como la vid y regular la mayor o menor graduación alcohólica de las uvas», expone Donoso.
En esa misma línea, ya hay proyectos para aplicar las posibilidades que ofrece la agrovoltaica en el cultivo de hierbas aromáticas en la provincia de Cáceres.
De esta forma, desde la UNEF consideran que este uso compartido del terreno tiene beneficios desde el punto de vista medioambiental, ya que la generación de energía renovable ayuda a la descarbonización, pero también facilita la explotación durante más años de zonas en las que determinados cultivos se ven amenazados por el cambio climático. «Ayuda a la seguridad alimentaria y mejora el tratamiento del campo», ha mencionado Benjumea en la apertura de la jornada.
Elevada asistencia
Unas sesiones, varias mesas redondas e intervenciones, que han congregado a numerosos empresarios y responsables del ámbito de las energías renovables. La jornada, que se organizó en conjunto con Apren (la asociación de energías renovables de Portugal), llenó el salón de actos del edificio Cajalmendralejo. Más de 170 asistentes, según los organizadores.
En la inauguración también ha intervenido Raquel Pastor, directora general de Energía de la Junta de Extremadura, que ha puesto el foco en la contribución de la agrovoltaica en la lucha contra el desafío demográfico, y Miguel Rodrigo, director general de IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), que ha recordado la posibilidad que tienen los promotores de recibir ayudas públicas y ha confiado en que por primera vez en 2025 la eólica y la fotovoltaica encabecen el mix de generación español.
Una posibilidad en la que Extremadura tiene mucho que decir debido a su liderazgo en el sector fotovoltaico. A esa situación ha ayudado, según Benjumea, el trabajo que se ha hecho desde la administración pública regional. «Es de las comunidades autónomas donde más rápido se tramita un proyecto, porque hay mucha experiencia desarrollada y a los promotores se les orienta desde el principio hacia dónde tienen que ir», ha afirmado el presidente de UNEF.
Eso ha permitido que grandes proyectos industriales hayan fijado sus ojos en Extremadura. Como la gigafactoría de Navalmoral de la Mata o la fábrica de diamantes de Trujillo, a la que Benjumea está especialmente vinculado. «Ya es una realidad -ha dicho- y vino a Trujillo porque había energía limpia y competitiva, porque había potencia eléctrica disponible y suelo industrial».
Igualmente, considera que esas fortalezas que tiene la región deben servir para dar una «oportunidad a los centros de datos y al hidrógeno renovable para que haya posibilidades de empleo para la gente y de empleo de calidad», ha concluido Benjumea su intervención.
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