Después de 37 meses consecutivos de caída ya no llegan al 5% del total de afiliados El número de trabajadores en el campo español está cayendo de forma inexorable desde hace años en una tendencia que ya todos catalogan como estructural y que este agosto ha franqueado un simbólico Rubicón. Ya son solo 991.000 los afiliados agrícolas, es decir, quedan por debajo del millón por primera vez en toda la serie histórica. Sobre esta caída constante no hay dudas, las discrepancias aparecen al examinar las causas principales que la determinan. Mientras que desde el sector se responsabiliza básicamente al aumento de los costes, Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y contribuciones sociales incluidos, en el Ministerio de Agricultura insisten en la mecanización y la mejora de la productividad. Primero los datos. Quedar por debajo del millón de afiliados en este sector primario, que agrupa agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, supone también que representen menos del 5% del total de afiliados españoles. Son 37 meses consecutivos de caída interanual del empleo, y si se examina desde agosto del 2019, se han perdido 90.000 puestos de trabajo en el sector, lo que supone una caída de más del 8%. Retrocediendo más en el tiempo, en enero del 1996, el sector primario sumaba cerca de 1,3 millones de empleos que suponían el 10,5 % del total. "Muchas grandes explotaciones han abandonado porque no hay rentabilidad", dice Juan José Álvarez, de Asaja Volviendo a los datos más recientes, de agosto de este año, se reafirma la tendencia con una agricultura en mínimos, 4,7% del total, frente al dominio absoluto de los servicios, con el 77%, mientras que la industria se queda en el 11,4% y la construcción en el 6,6%. A partir de aquí, el peso de cada una de las razones de esta caída del empleo agrícola varía según los actores. Cepyme y Asaja responsabilizan a tres grandes elementos: las regulaciones europeas, que se han acentuado en los últimos cinco años; la falta de recambio generacional, un problema que no es de ahora, sino que viene de lejos; y muy especialmente el aumento de los costes. Aquí destacan la incidencia de la subida del SMI del 54% desde el 2018 y también de las cotizaciones sociales, con un impacto mayor en un sector con gran incidencia de los salarios en el coste total. "Es un tema de incremento de los costes laborales y de las cotizaciones, con repercusiones de la reforma laboral que ha hecho el Gobierno perjudicial para el campo español. Muchas grandes explotaciones han abandonado porque no hay rentabilidad", afirma a La Vanguardia Juan José Álvarez, secretario de organización de Asaja, que insiste también en el incremento de costes que sufren desde la pandemia. "Con las cosas de comer no se juega", remata Álvarez, acusando al Gobierno de no estar comprometido con el sector agrario. Desde la patronal Cepyme apuntan que "los márgenes que tiene el sector primario son estrechos y la competencia directa es muy fuerte". Agricultura sostiene que se pierden afiliados por la mejora de la productividad por unidad de trabajo El diagnóstico es distinto desde el Gobierno. Desde el Ministerio de Agricultura consideran que la causa fundamental de esta caída constante de la afiliación agraria es la mecanización implantada en muchas producciones agrarias y ganaderas, lo que ha llevado a reducir la necesidad de mano de obra, especialmente en cultivos como el viñedo y el olivar. Otra de las razones es el problema de las vacantes, que lleva a los agricultores a elegir cultivos en los que la mecanización sea máxima. "La pérdida de afiliados en nuestro sector tiene que ver principalmente con la mejora de la productividad por unidad de trabajo", argumenta el ministerio. Para sustentar esta tesis, alegan que la capacidad productiva aumenta, como demuestran las exportaciones agroalimentarias y pesqueras, que superaron los 70.000 millones de euros en el 2023 y han aumentado un 4,4% en el primer semestre del 2024 respecto al mismo periodo del 2023. Otro elemento que perjudica al sector primario es la falta de mano de obra. El secretario de organización de Asaja, califica de buena la opción de la migración circular, pero añade que "también hay aquí, en España, emigrantes en situación ilegal, y lo que tiene que hacer el Gobierno es agilizar los trámites para que puedan trabajar. La mano de obra migrante siempre ha sido bienvenida".