La pandemia ha agravado aún más la brecha entre zonas urbanas y rurales de la Unión Europea. Pese a que el teletrabajo ha permitido a muchos instalarse en sus pueblos de origen y aprovechar así unos precios más reducidos, la falta de oportunidades en las regiones más empobrecidas de Europa son todavía mayores que en las grandes ciudades, con mejores conexiones de internet, mercados de trabajo más dinámicos y redes de transporte más desarrolladas. Esta semana, la comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo ha debatido con sus homólogos del Comité europeo de las Regiones (CdR) -la asamblea de los representantes locales y regionales de la UE- como parte de los encuentros para revitalizar las zonas rurales de cara a la recuperación europea. Para ello, se pide a la Comisión que integre la cuestión rural en todas las políticas clave de la UE, no solo como parte de la Política Agrícola Común (PAC). Los eurodiputados y los líderes locales acordaron que la futura política de desarrollo rural de la UE debe ser más ambiciosa y contener un marco político concreto que será supervisado y evaluado. «Creemos que la Comisión puede hacer más en este asunto y queremos dejar en claro la importancia del papel de las regiones en las zonas rurales», afirmó en el encuentro Paolo de Castro, eurodiputado de la delegación socialista italiana. Los presentes instaron a la Comisión Europea a que estableciera objetivos e indicadores específicos a fin de proporcionar objetivos tangibles. «Todo el mundo sabe que la propuesta inicial de reforma de la PAC disminuye el papel de las regiones al trasladar la gestión de los planes de desarrollo rural a los gobiernos centrales. Durante el Pleno de octubre, el Parlamento Europeo votó su posición destacando el papel fundamental de las regiones», añadió. Transición ecológica en las zonas rurales A la falta de empleos y escasez de recursos públicos, los ponentes también denunciaron la falta de infraestructuras y redes de banda ancha. «Las transiciones ecológicas y digitales se han descuidado en las zonas rurales. Lo que necesitamos es una política integral», pidió Henrike Muller, del CdR, del parlamento de la ciudad de Bremen. En esta línea se pronunció el secretario autonómico para la UE y Relaciones Externas de la Generalitat Valenciana, Joan Calabuig. A su juicio, «hay que meter a las regiones en el Pacto Verde, porque sin ellos el Green Deal no será posible ni justo. Pero no todo es la PAC, sino que tenemos que diversificar la economía, reforzando las distintas políticas europeas». «A pesar de los 7.500 millones de euros adicionales, ganados con esfuerzo, del Plan de Recuperación para el desarrollo rural, el presupuesto global se reducirá en casi un 8% en comparación con el período de programación 2014-2020. Por lo tanto, será necesario hacer más con menos. Tenemos que maximizar la eficiencia de estos recursos presupuestarios limitados involucrando estrechamente a las regiones», sostuvo la sueca Ulrika Landergren (Renew Europe), miembro del consejo municipal de Kungsbacka y presidenta de la Comisión de Recursos Naturales (NAT) del CdR. El Barómetro regional y local, elaborado por el Comité Europeo de las Regiones en octubre de 2020, destacaba que el 33% de los ciudadanos de la UE quieren una mayor influencia de las regiones en la política de agricultura y desarrollo rural de la UE. La creciente brecha entre el mundo rural y las ciudades también representa una clara amenaza para la cohesión de la UE. «Ya no es posible ganarse la vida con la actividad agrícola, da igual que sea en el Este de Europa o en el sur. Los alquileres son más elevados en las ciudades. Aunque esto ha llevado a la gente a mudarse a las zonas rurales, si el estado no ayuda es muy difícil que se proteja y mejore el empleo», expresó el eurodiputado checo Ivan David, del grupo Identidad y Democracia. Sin embargo esas diferencias no son uniformes en la Unión. Mientras que en países como Malta y Rumanía, los habitantes de las zonas rurales tienen al menos el doble de probabilidades de caer en el bajo del umbral de la pobreza, en Austria, Dinamarca y Holanda ocurre justo el fenómeno inverso, según datos de Eurostat. Que los europeos se instalen en el campo, subraya el eurodiputado italiano Herbert Dorfmann (Partido Popular Europeo, PPE), depende de que las personas vean atractivo mudarse allí. «Con ello no quiero decir que se tenga que homogeneizar Europa. En Europa hay zonas rurales en situación catastrófica. Que no impere el nacionalismo por encima del regionalismo. No podemos olvidarnos de las regiones para el Plan de Recuperación», concluye.