HUESCA, 30 (EUROPA PRESS) La Junta de Portavoces de la Diputación Provincial de Huesca (DPH) ha acordado por unanimidad conceder el XXV Galardón Félix de Azara, máxima distinción que otorga la institución en materia de sostenibilidad, a los pastores y pastoras de la provincia de Huesca. La ganadería extensiva contribuye a preservar el territorio y al mantenimiento de la biodiversidad en él. Además, genera una economía sostenible, produciendo alimentos de proximidad, ricos y saludables, que favorecen el asentamiento poblacional, según han indicado desde la Diputación de Huesca. Para la entrega de este galardón, desde la DPH han considerado que con su labor, esta ganadería y este colectivo "constituyen una barrera natural frente a la propagación de incendios forestales, modelando el paisaje y posibilitando entornos naturales ricos, forjando un patrimonio cultural, arquitectónico e inmaterial que es necesario mantener". Durante siglos, la ganadería extensiva ha sido una de las actividades económicas que más ha contribuido a mantener el medio rural y su aportación va más allá de lo económico, ya que tanto esta actividad como los profesionales que la lideran, los pastores y pastoras de la provincia, han forjado una cultura y un patrimonio, han modelado el paisaje y, sobre todo, han hecho posible el mantenimiento de la biodiversidad en el Alto Aragón, siendo un elemento fundamental en la prevención de incendios forestales, han añadido. Ganadería y pastoreo son también un eje básico en la generación de una producción alimentaria sana que unido a la iniciativa agroalimentaria de la provincia, contribuye a generar una economía circular y a fomentar los alimentos de proximidad impulsando el conocimiento del producto de la provincia de Huesca. Desde la DPH han destacado que los pastores "conocen mejor que nadie las leyes de la naturaleza, porque es lo que han aprendido de sus antepasados. Es una forma de vida heredada, parte del patrimonio inmaterial de la provincia de Huesca", y aunque se reconoce que "una parte importante se ha perdido en las últimas décadas. Esto se debe, entre otros factores, a la pérdida de población en el medio rural y a las dificultades asociadas al sector ganadero", ya que algunos de ellos todavía siguen realizando la trashumancia, con la que se establece una conexión y una vinculación entre todo el territorio, y recorriendo rutas y senderos que se mantienen limpios gracias al ganado, convirtiéndose en cortafuegos naturales", han apostillado. EL PASTOREO Gracias al pastoreo, la montaña, el llano, los somontanos y sus ecosistemas se han conservado en las mejores condiciones por la presencia de cabras, ovejas, ganado vacuno o caballar, que retiran material vegetal invasivo, reduciendo el riesgo de incendios y potenciando además el desarrollo de más variedades de especies vegetales así como el crecimiento de la flora de la zona. Es un círculo natural ya que esta misma presencia de vegetales y floras la aprovechan otros animales silvestres, además de una gran variedad de insectos. En la Junta de Portavoces han subrayado que el porvenir de esta actividad, ligada al asentamiento poblacional en la provincia de Huesca, pasa también por quienes llegan provenientes de otras tierras. Así, pastores y esquiladores continúan en el territorio con el trabajo al que se dedicaban en sus países de origen, otros encuentran en estas actividades un modo de vida y de estabilidad profesional, una forma de recuperar y reanudar sus proyectos en los pueblos. En muchos casos, los inmigrantes están manteniendo esta actividad tan tradicional, "que languidece por falta de relevo generacional", han lamentado. "En ocasiones, esta situación viene generada por los efectos que el proteccionismo ambiental supone para la ganadería, ya que se hace necesaria la conciliación con el mantenimiento de la actividad ganadera y de pastoreo, equilibrando su desarrollo y el de diferentes sectores económicos".