Roma, 14 may (EFE).- La peste porcina africana podría causar una caída de cerca del 20 % en el número de cerdos de China, lo que aumentará la importación de otros productos cárnicos y disminuirá la demanda de cereales y soja a nivel mundial.
Así figura en las últimas perspectivas difundidas por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que considera que la rápida expansión de esa enfermedad animal por China, con la mitad de los cerdos del mundo, tendrá un notable impacto en los mercados mundiales de carne y de piensos para animales.
El experto de esa agencia Josef Schmidhuber declaró hoy a Efe que el efecto global dependerá en parte de la capacidad de sustituir el consumo de cerdo por otras carnes, como la del pollo.
En China eso está sucediendo, pero no tan rápido como se esperaba, porque el cerdo es su carne favorita, afirmó el especialista, quien advirtió de que, sin sustitución, los precios de ese producto continuarán subiendo.
Desde que se registró el primer brote de peste porcina africana en China en agosto de 2018, esta enfermedad, altamente infecciosa para el animal pero inofensiva para las personas, se ha expandido a las principales regiones del país y vecinos como Vietnam, Mongolia y Camboya.
Más de un millón de cerdos han sido sacrificados en el gigante asiático para evitar el contagio puesto que no existe una vacuna efectiva.
Datos indirectos muestran que la producción de cerdo podría reducirse en cerca del 20 % y algunas estimaciones elevan ese porcentaje hasta el 35 %, equivalente a toda la producción porcina de Europa.
Se estima que las importaciones de carne de cerdo crecerán hasta un 26 %, lo que ofrece considerables oportunidades a aquellos países libres de peste porcina africana con capacidad de exportar, como España, Francia, Alemania o Dinamarca, dijo Schmidhuber.
Importantes productores de aves de corral, como Brasil o Tailandia, también pueden beneficiarse de los cambios en el consumo, así como de los precios más bajos de la soja ante la menor demanda de China, que es responsable de casi dos tercios de las importaciones mundiales y destina casi la mitad de esa cantidad a alimentar a sus cerdos.
Las compras de soja también se han ralentizado por las tensiones comerciales entre el gigante asiático y Estados Unidos, que han provocado cambios en la composición de las exportaciones a China dando preferencia a Brasil y Argentina.
Además, cada vez la eficiencia de los piensos es más alta, el consumo chino de carne crece a menor ritmo que en el pasado y el país almacena más de 180 millones de toneladas de maíz, rebajándose así la necesidad de comprar cebada, sorgo y otros granos del extranjero.