La cabaña en la región es la segunda mayor de España, con 8.000 ejemplares. El colectivo elige la localidad por la implicación que tienen sus ganaderos
Inauguración de la jornada en el CID Tentudía. - RAFA MOLINA
Por ser uno de los territorios con mayor número de cabezas censadas, por la implicación de sus ganaderos y por el trabajo desarrollado en la mejora genética de la raza, Monesterio, ha sido elegida para acoger la sede territorial de la Asociación Nacional de Criadores de Cabra Florida, Acriflor, en Extremadura. La otra sede se ubica en Córdoba.
En este colectivo, con un censo superior a las 25.000 cabezas, se integran más de 80 ganaderías, repartidas por Andalucía, Extremadura, Castilla la Mancha, Castilla y León, La Rioja, Cataluña y Aragón. La extremeña, con más de 8.000 ejemplares censados, es la segunda región en importancia por número de animales inscritos en el libro genealógico.
La sede se ha establecido en el edificio del Centro Integral de Desarrollo, CID-Tentudía, en cuyo salón de actos se celebró la inauguración oficial, con una jornada técnica, a la que asistieron medio centenar de ganaderos, y en la que abordó la situación y la evolución del programa de mejora genética de esta raza, basada en el libro genealógico y en la selección de reproductores.
Tras la inauguración, a la que asistieron el alcalde de Monesterio, Antonio Garrote, y el presidente de Acriflor, José García, hubo dos ponencias a cargo del catedrático del Departamento de Genética de la Universidad de Córdoba y director técnico del programa de mejora de la raza florida, Antonio Molina Alcalá, y Eva Muñoz, gerente de Gescan, Los veterinarios de la asociación Juan Carlos Mena, Rafael Márquez y Marta Rodríguez, dieron a conocer conceptos relacionados con la metodología del programa de mejora genética.
Por su parte, María Dolores López, secretaria ejecutiva de Acriflor, destacó «el importante crecimiento de esta raza en Extremadura», así como que la cabra florida es la «única del continente europeo» que ha pasado de estar en peligro de extinción a convertirse en raza de fomento debido al trabajo «intenso y constante» de los criadores.