Adaris Lantigua, 27 años, sale "flipando" de un mercado en el centro de Madrid. Arrastra el carro de la compra en una mano y a su hijo de cuatro años en la otra. "Es que hacía la compra de medio mes por 70 euros y hoy me he gastado 116 euros y no llevo prácticamente de nada. Meriendas para el niño... y poco más" . La mujer se lleva la mano al pecho, y, aunque reconoce que se iba dando cuenta de que los precios subían y subían, hoy lo ha constatado al comprar el jamón para el bocadillo de su hijo. "Lo compraba a 2 euros y cuesta 3,25. ¡ Es un subidón ! ¿Y los huevos? Para qué hablar. Es que no se puede ya ni comer bien. Estoy flipando", dice. El último dato del IPC, de julio, confirma lo que tanto espanta a Adaris Lantigua: una subida histórica en el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas que dispara la inflación un 10,8%, la más alta en 40 años. El suministro energético de las viviendas es la partida que más se ha encarecido, el 43% en un año, pero no es desdeñable el subidón de la cesta de la compra. Productos como el aceite son hoy un 28,6% más caros, los huevos, un 22,5% y el precio de la leche ha subido un 22%. No se libran los cereales, que han subido el 20,4% ni la carne de pollo, un 16,3% más cara. Tampoco frutas y verduras , con subidas del 15%. Sube el 94% de la cesta de la compra Según la OCU, el 94% de los más de 180 productos que componen la cesta de la compra se han incremento , algo que no había pasado nunca. De cara a la vuelta de vacaciones, precisamente, la OCU pide a los consumidores planificar las compras y sólo pagar por lo que se necesite para evitar tirar comida. También recomienda buscar las ofertas, pero advierten de las grandes compras, sobre todo de productos frescos con poca fecha de caducidad, porque al final pueden acabar en la basura. El IPC disparado afecta sobremanera a las familias vulnerables, pero también a las que están en "pobreza moderada", trabajan pero no llegan a fin de mes. Por eso varias ONG de infancia vuelven a exigir al Gobierno la aprobación de urgencia de una ayuda universal por hijo a cargo que permita capear el incremento desorbitado de los precios en alimentación. "Ante la nueva subida del IPC, Unicef España muestra su preocupación por el impacto de este aumento de los precios sobre las familias e infancia más vulnerable", dice la agencia de la ONU para la infancia, que destaca que la comida de bebés sea hoy un 17,5% más cara. Unicef recuerda que España es uno de los países de la UE con mayores tasas de pobreza infantil (1 de cada 3 niños y niñas están en riego de pobreza o exclusión) y, sin embargo, el nivel de gasto en políticas familiares constituye menos de la mitad que el que dedican los países con menores tasas de riesgo de pobreza infantil. Las ONG piden ayuda por hijo Por eso, de cara al otoño, reclaman que se apruebe definitivamente "una prestación por hijo a cargo y deducciones fiscales reembolsables, que apoyen a las familias en situación de pobreza moderada". Gabriel González-Bueno, especialista en políticas de infancia de Unicef que ha analizado las últimas encuestas de condiciones de vida en España, explica a 20minutos que las sucesivas crisis impactan cada vez más en los hogares de rentas medias o bajas. Señala aspectos llamativos como la privación material, " las familias no pueden tener una comida con carne o pescado o sus equivalentes vegetarianos cada dos días. Esto creció con la crisis del covid-19 y se ha mantenido en tasas muy altas, las más altas en diez años". La depauperización de las familias es una realidad desde antes de la guerra en Ucrania, pero ahora se ha disparado, dicen en Unicef. Por eso "España necesita una prestación directa y universal para todos los niños y niñas". Explican que la universalidad es justo lo que te garantiza que llega a los hogares que lo necesitan, los de pobreza moderada, no solo los vulnerables asistidos por servicios sociales ni los pudientes que reciben bonificaciones en el IRPF. Desde su organización auguran mayores colas en otoño en los bancos de alimentos , pero creen que el Gobierno debería apostar por las ayudas vía deducciones reembolsables, "para que las familias puedan comprar alimentos frescos, que en el fondo determinarán la salud de la infancia". González Bueno asegura que no es cierto el dicho de que donde comen dos comen tres. "Puede haber una cierta economía de escala, pero en la alimentación el coste mayor no se puede neutralizar. Nadie cobra en función de los hijos que tiene y los ingresos se devalúan todavía más respeto a los alimentos, la vivienda o la energía", denuncia. Sube el coste de la crianza El coste de la crianza lleva tiempo subiendo, entre 2018 y 2022 lo hecho un 14,5%, según un informe reciente de Save The Children. Su responsable de políticas de infancia, Carmela del Moral, recuerda que la alimentación supone un quinto del presupuesto familiar, "mas en el caso de familias con adolescentes, y recuerda que la alimentación "determina el desarrollo saludable de niños y niñas". Save The Children también constata que la subida de la cesta de la compra impacta directamente en familias de ingresos medios, que tienen que dedicar ya el 47% de su presupuesto a la crianza. "Y eso es un coste muy alto", dice Del Moral, cuya organización también reivindica, como Unicef, una prestación específica para la crianza. "Alemania, Dinamarca, tienen este tipo de ayudas. En España las ayudas o están focalizadas en situaciones de pobreza, que es esencial, y a través de devoluciones que solo llegan las familias de mayor ingreso, nuestra petición es una ayuda universal a la crianza de 100 euros al mes y a través de deducciones reembolsables universales. Esto es menos estigmatizante y serviría para que familias de ingresos menores hiciesen la renta". "De lo que hablamos de apoyo a la crianza, que el Estado ayude a criar a un hijo o hija ", reafirma Del Moral. Un otoño complicado En la Fundación Banco de Alimentos de la Comunidad de Madrid, su responsable de comunicación, Elena Doria , también prevé que la situación "se va a poner incluso más complicada en otoño", por la subida del coste de los alimentos más básico . En los últimos meses, las organizaciones a las que sirven productos han visto subir los peticionarios de ayuda de 185.000 a 187.000, y va a más. "El nuevo perfil es el de gente que tiene trabajo pero que le es imposible llegar a fin de mes". Como Adaris Lantigua, que opina que la solución es un control a la baja de los precios, pero mientras tanto ayudas a la crianza niños "no vendrían mal", dice, "he visto en las noticias que está bajando la natalidad, es que es normal. ¿Quién va a plantearse tener hijos? Yo que ya tengo uno y me dicen que tenga el segundo. Así no se puede".