De una selección de uvas de syrah y garnacha de Garbet, nace este gran vino del Empordà creado por el enólogo Delfí Sanahuja para rendir homenaje al centenario de la bodega y a su presidente 7 vinos ligeros, frescos y elegantes que deberías probar este mes El gran enólogo Delfí Sanahuja ha creado un nuevo vino de la más alta gama, a partir de ahora el principal icono de Perelada, con el que hacer un doble homenaje. Por un lado, se quiere rendir tributo al centenario de Perelada como elaboradora de vinos y cavas y, por el otro, se reconoce la labor de Javier Suqué, el presidente de la bodega. Asegura Delfí Sanahuja que "Javier Suqué tiene conocimientos de enólogo y lleva más de 30 años liderando el proyecto, catando y participando en la definición de los cupajes de nuestros vinos ". Sanahuja ha llegado a elaborar dos tintos para acabar seleccionándose, finalmente, el que más gustó para celebrar la efeméride. A la vez, se ha elaborado un cava de Guarda Superior para festejar el centenario. Desde la bodega de la DO Empordà anuncian el Centenari Perelada como "uno de los vinos de gama más alta", y como un tinto "único". De esta primera añada solo se han elaborado 1.074 botellas de tres cuartos de litro. También se añade que "esta edición limitada quiere ser un tributo al sueño visionario de una familia, ahora hace 100 años, por recuperar siglos de tradición vitivinícola en el Empordà". Esta primera añada tendrá continuidad solo con vinos de grandes cosechas, siempre que se dé la calidad exigida por la bodega. Delfí Sanahuja opina, como Oscar Wilde, que no hay nada tan peligroso como ser demasiado moderno, ya que uno corre el riesgo de quedarse súbitamente anticuado. Por ello ha optado por crear un vino que transita entre lo moderno y lo clásico, con una variedad de uva histórica que representa el territorio del Empordà y que está muy bien adaptada a su terruño (la garnacha, conocida localmente como lledoner) y una variedad internacional que representa la innovación y la experimentación en Perelada (la syrah). Ha diseñado un vino "para la reflexión", como los que le gustan a Javier Suqué. O sea, que sea "muy franco y limpio, con expresión de fruta y con pureza". Dice que el presidente de Perelada es muy perfeccionista, y que le gusta mucho reflexionar: "cuando se le propone algo siempre contesta que se lo piensa, y que te dice algo". Centenari Perelada 1923-2023 se elabora con una selección de selecciones, grano a grano, de uvas propias de garnacha tinta (33%) y syrah (67%) de una de las más bonitas viñas de Catalunya, la de Garbet, situada entre Llançà y Colera, en la bahía de Cap Ras. Desde Perelada aseguran que es su "joya de la corona". Son 12 hectáreas a orillas del Mediterráneo en el Alt Empordà, al norte del Cap de Creus, peinadas por la tramontana y plantadas a partir de 1997 en un terreno montañoso de composición pizarrosa, que obliga al cultivo en terrazas. El mar refuerza su insolación al reflejar la luz solar, actuando además como regulador térmico. La vendimia es manual, en cajas. Dadas las dificultades de la añada, a causa de una gran afectación por el hongo mildiu, hubo que prestar más esmero a la selección. Las bayas se escogieron tanto en el viñedo como en la entrada de la bodega, en una mesa de selección. La elaboración de este vino conmemorativo estrenó la espectacular nueva bodega de Perelada, con diseño del prestigioso despacho RCR Arquitectes. Cuentan con hasta 188 depósitos para poder hacer elaboraciones meticulosas. Fermentó con levaduras autóctonas a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable de 600 y 1.000 litros de capacidad. Se utilizó un 10% de raspón bien lignificado, y se practicó una maceración prefermentativa de tres días a 10?°C. Se inyectó algo de carbónico en los depósitos para evitar oxidaciones. La crianza se prolongó por espacio de 12 meses en barricas de roble francés de grano fino y tostado medio, de 300 litros de capacidad. Se ha elaborado con bajas dosis de sulfuroso (50 gramos por litro de SO2 total) pensando en que tenga capacidad de envejecimiento. Se embotelló en marzo de 2022, en botellas de diseño "moderno y atractivo". Dos años, 1923 y 2023, presiden su etiqueta. Ha permanecido un año en botella antes de su comercialización. De capa media-alta y de bonito color cereza picota, con tonalidades púrpuras. Se expresa con notas florales (pétalo de rosa), balsámicas y de frutas rojas y negras frescas. También muestra toques de pimienta, chocolatosos y mediterraneidad a través de hierbas aromáticas de garriga. Todo ello en un vino con sensación táctil aterciopelada, con taninos redondos y maduros. Sus 14º de alcohol y su crianza en madera están muy bien integrados en el vino. Este vino luce un bonito color cereza picota, con tonalidades púrpuras Es un tinto elegante y sedoso que transita por el equilibrio con juventud. Es amplio y llena la boca. Es un refinado y estilizado tinto con el que se quiere reflejar el paisaje en el que nace. Delfí Sanahuja ha buscado y encontrado el equilibrio y la excelencia en un vino que mejorará con más paso por botella. Mejor disfrutarlo en una copa del tipo borgoña. Se recomienda servirlo a una temperatura de 16º C. Ideal para acompañar platos de mar y montaña, como un pollo asado con cigalas o un arroz con costillas de cerdo y gambas de Palamós, un magret de pato con salsa de fresas, un rabo de toro, unos canelones de setas o incluso un recuit de trapo de la Fonteta. A Delfí Sanahuja le gusta armonizarlo, especialmente, con unas albóndigas con sepia. Y al presidente de la compañía, Javier Suqué, le encanta acompañarlo con el fricandó de ternera que cocinan en su casa o en el restaurante del Hotel Perelada Wine Spa & Golf, y también con una liebre à la royale. Desde Perelada se afirma que ahora celebran 100 años de vinos y cavas "que reflejan la más pura esencia del Empordà, con carácter, presencia y reconocimiento internacional". Añaden que suman 100 años de tradición y de espíritu anfitrión. Ya exportan un 32% de sus vinos y cavas. Se han propuesto llegar a unas exportaciones que sumen el 60% de su producción en solo 3 años. Para ello confían en fortalecer su presencia en mercados internacionales como los de los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Bélgica, Suecia, Suiza, Japón y China. Un 55% de las ventas de Perelada se concentran en Catalunya y un 13% en el resto del mercado nacional. Un 51% de su producción (en torno a los cinco millones de botellas anuales) se corresponde a cavas, y el resto a vinos tranquilos. Referente en sostenibilidad Perelada ha anunciado que su objetivo estratégico principal es situarse como líder en sostenibilidad. La nueva etapa, como ha explicado Javier Suqué, la centrarán en trabajar para "ser referentes en sostenibilidad y seguir creciendo en calidad". En los próximos años avanzarán en la extensión de las prácticas de la agricultura regenerativa, y en 2025 todos sus viñedos ya tendrán la certificación de agricultura ecológica. También trabajan para ampliar el riego con aguas recuperadas de depuradora o el riego semisubterráneo. Además, se ha anunciado que buscan fincas situadas a mayor altitud, zonas más húmedas o variedades resistentes a la sequía y a las altas temperaturas para luchar contra los efectos del cambio climático. A la vez, utilizarán botellas con un peso 100 gramos más ligero al habitual, de textura rugosa y 100% reciclables. En los próximos 5 años tienen previsto poner en marcha más de 200 iniciativas sostenibles.