Andrés Septien lo ha dejado casi todo para dedicarse al mundo del vino, impulsando uno de los ilusionantes últimos proyectos de la DO Arlanza. Este tinto es muy largo, fluido, fresco y joven 7 vinos que siguen el curso de sus ríos "Castilla mía, tíñeme de tu púrpura, cólmame de manos recias, Abrázame entre tus montes, hazme orar en tus templos y, Con tu palabra seca, tú que eres historia dime que soy grande". Este poema lo escribió Andrés Septien Alonso junto con su hermano Álvaro, y es el prólogo del libro de la novela negra presentada bajo el título Lo que llevamos dentro . El poema preside la etiqueta del burgalés Boticario de Silos, un tinto de Andrés Septien con el que espera que "la persona que lo beba se sienta especial, percibiendo que está bebiendo algo especial". Bodega Septien es una de las últimas incorporaciones de la emergente DO Arlanza, un proyecto rebosante de ilusión. Empezó como una afición, y en muy poco tiempo se ha convertido en toda una pasión. Este vitivinicultor e ingeniero agrónomo que ha sido profesor de Secundaria (de física, química y matemáticas), lo ha dejado casi todo por el vino tras realizar prácticas en la DO Bierzo (en la leonesa Bodegas y Viñedos Merayo, de San Andrés de Montejos). Aún le invaden las dudas a sus 38 años recién cumplidos, pero ve que "va gustando el proyecto", y ello le anima y le va dando impulso. Cruza los dedos y dice que espera que todo "salga bien". Sus primeros vinos ya muestran un interesante nivel. Arrancó en 2020, en plena pandemia, con solo 2.000 botellas elaboradas artesanalmente en un garaje de Santo Domingo de Silos. Ahora Andrés Septien ya elabora en torno a 15.000 botellas tras trasladarse a dos garajes de Puentedura que ya se le han quedado pequeños (uno de 15 y el otro de 28 m²). Es un hombre orquesta. Todos los trabajos los realiza personalmente. Suma una hectárea de viñedo en propiedad del total de 7 hectáreas de viñas de las que se abastece este pequeño proyecto vitivinícola. Su voluntad es recuperar viejos viñedos, pero reconoce la dificultad de adquirirlos. En un futuro se plantea labrar sus viñas con tracción animal. A su primer borrico lo ha bautizado con el de nombre de Boticario. Los viticultores a los que les compra las uvas también tienen asnos. Exporta un 10% de su producción. Estados Unidos y Noruega son sus principales mercados internacionales. En España distribuye sus vinos Alma Vinos Únicos, y en Catalunya Clos Terroir. Andrés Septien explica que "la principal palabra con la que podríamos describir nuestra bodega y nuestros vinos es ilusión, ilusión por ver cumplido este proyecto al que tantas horas dedicamos para que la gente disfrute de nuestros vinos, tanto como nosotros elaborándolos". Y añade que "otra palabra que nos identifica es cariño, cariño por el entorno, por la comarca y por nuestro apreciado pueblo que intentamos trasmitir a través de estos vinos que nos hablan de lo que es Arlanza y Santo Domingo de Silos". Tiene muy claro cuál es su principal meta: que su proyecto "trascienda más allá". En Santo Domingo de Silos Andrés Septien Arrancó en 2020, en plena pandemia, con solo 2.000 botellas elaboradas artesanalmente en un garaje Los vinos Boticario de Silos (también existe una versión blanca) toman el nombre de la antigua botica del monasterio de Santo Domingo de Silos. La farmacia es de principios del siglo XVIII (1705). Se componía del jardín botánico especializado, del laboratorio bioquímico, de la biblioteca y del botamen. Como se afirma desde el monasterio de la orden benedictina, "el visitante puede admirar también la conservación de los anaqueles, con sus maravillosos tarros para las pócimas y remedios; así como los hornos, retortas, alambiques y demás instrumentos de cocimiento y alquitaramiento de sustancias, con su aire entre fáustico o alquímico y de inicios científicos, que guarda este viejo recinto de oración y trabajo, de memoria histórica y cultura de siglos". La botica funcionó hasta la Desamortización de Mendizábal, en 1835. Se recuperó gracias a Juan de Aguirre y Achútegui, quien la compró a Octavio Castrillo en 1927 y la regaló a la abadía cuando todo estaba ultimado ya para ser vendida y trasladada al extranjero. Entre los años 1957 y 1967, el monasterio recuperó tres lotes de anaqueles, tarros y cajonería, hasta integrar la totalidad del conjunto que se aprecia en la actualidad. La abadía cuenta con una biblioteca con cerca de 400 volúmenes y un botamen con cerca de 400 jarros, todos ellos de loza, hechos expresamente para la botica de Silos, con el escudo del monasterio. La sala donde se expone al público es de la época, pero no el emplazamiento original de la botica. Boticario de Silos tinto 2021 es fruto de un viñedo viejo de altitud, plantado hace 85 años a 980 metros sobre el nivel del mar, con orientación este-oeste. Está elaborado con las variedades tempranillo, garnacha tinta y mencía, y con un toque del 5% de variedades blancas. Sus uvas son hijas de la finca El Caballo, situada en los altos de Covarrubias (en la comarca burgalesa de Arlanza). Se vendimiaron el día 30 de setiembre. A Andrés Septien le gusta criar sus vinos sobre lías hasta el mes de enero, también los tintos. Busca una mínima extracción. Solo moja el sombrero hundiéndolo con las manos en las barricas con tapa abierta. El mosto de las uvas de cada majuelo lo fermenta y cría separadamente. Sus microvinificaciones las separa por suelos y orientaciones. Boticario de Silos 2021 Es un vino muy pulido y redondo, con buen balance y que refleja la personalidad de su meticuloso elaborador Catada la muestra número 1.130 de un total de 2005 botellas de esta añada (todas ellas numeradas a mano). De capa media-alta, y del color de las cerezas picotas. Muestra mucha fruta, en un fondo láctico: yogur de frutas rojas y negras. Es un vino muy pulido y redondo, con buen balance y que refleja la personalidad de su meticuloso elaborador. La crianza en madera durante 12 meses, en barricas de roble francés de 400 litros de capacidad, y sus 13, 5º de alcohol están muy bien integrados en el vino . Destaca por su muy buena acidez. Es muy largo, fluido y fresco. Joven pero sobradamente preparado. Desde la bodega recomiendan decantarlo, y servirlo a una temperatura de 18º C. Este vino acompaña con excelencia preparaciones locales como la morcilla de Burgos (ideal la de Covarrubias), un pincho o unas chuletillas de lechazo al sarmiento o unas mollejas o unos riñones de cordero a la plancha. Y también es ideal para armonizar con un queso fresco de Burgos elaborado con leche de oveja y vaca. A Andrés Septien le gusta, especialmente, armonizarlo con el lomo de corzo con setas de cardo acompañado de salsa perigourdine de caza, escaramujo y aire de tomillo del restaurante La Lobita de Navaleno (Soria). Afirma que "no hay mejor manera para acompañar este vino que con productos del monte que le rodea: el corzo, animal que vive entre nuestras viñas (y que a veces estas lo padecen); la seta de cardo (la de excelencia de los pastores de Castilla, personas tan abundantes en esos parajes por antaño y que hoy son una especie en extinción); la salsa de los propios jugos de guisar el corzo con hierbas, trufa y el mismo vino; el escaramujo (que es una baya del rosal silvestre, cantidad infinita de vitamina C y que te transporta a la infancia); y por último un aire de tomillo de monte (para transportarte al paraje donde crecen dichas uvas). Todo ello supone la sensación de comer entre viñas". Aunque a Andrés también le gusta maridar su Boticario de Silos tinto con una simple tortilla de patata con cebolla poco hecha.