Almería, 24 sep (EFE).- El delta del río Adra, que atraviesa el municipio almeriense homónimo, contiene una serie de lagunas conocidas localmente como las albuferas, un humedal de unas 42 hectáreas con presencia de unas 600 especies de flora y fauna identificadas, que se encuentra amenazado por la agricultura intensiva, aunque ya existen proyectos de regeneración. Almería, 24 sep (EFE).- El delta del río Adra, que atraviesa el municipio almeriense homónimo, contiene una serie de lagunas conocidas localmente como las albuferas, un humedal de unas 42 hectáreas con presencia de unas 600 especies de flora y fauna identificadas, que se encuentra amenazado por la agricultura intensiva, aunque ya existen proyectos de regeneración. La carta remitida por once científicos de las universidades de Almería, Granada y Málaga al Gobierno andaluz, supone un toque de atención por el deterioro de este espacio que cuenta con figuras de protección como la de Zona Especial de Conservación (ZEC), Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA) o Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Estos expertos advierten sobre la llegada de nutrientes de las explotaciones bajo plástico a través de dos vías, el acuífero de la zona y las ramblas cercanas, lo que se une a una excesiva salinización de las albuferas debido a la sequía y una posible explotación abusiva del citado acuífero. Algo que ha sido comparado en distintos ámbitos con la situación del mar Menor murciano. Según datos de la Junta de Andalucía, existen en las albuferas 172 especies de plantas y entre los animales dominan los invertebrados con 198 taxones. También cuenta con 232 especies de vertebrados, entre los que destaca el fartet, un pez en peligro de extinción, y la ranita meridional. Tambiénfigurann 183 especies de aves, como los patos de cabeza blanca (Oxyura leucocephala). La administración no es ajena a los peligros que representa la actividad humana para la biodiversidad de este espacio. De hecho, en 2001 se llevó a cabo el proyecto Life Albuferas de Adra. Una iniciativa que concluyó que "la principal amenaza se deriva del hecho de que las albuferas están completamente rodeadas por tierra, donde el cultivo intensivo de cultivos en invernaderos se lleva a cabo". "Este tipo de agricultura es altamente contaminante debido a la filtración de fertilizantes y plaguicidas en el medio acuático y a la acumulación de desechos orgánicos y otros residuos clasificados en las zonas terrestres. La proliferación de roedores es otra amenaza importante para la conservación de la fauna y flora del lugar", añadía. Un proyecto de regeneración La semana pasada, el consejero de Sostenibilidad, Ramón Fernández-Pacheco (PP), anunció que su departamento va a iniciar de manera inmediata la restauración ambiental de hasta dos hectáreas en el entorno de las albuferas de Adra (Almería). Con un presupuesto de un millón de euros, la Junta va a actuar sobre más de 20.000 metros cuadrados situados en el entorno de las albuferas que en su día tuvieron uso agrícola y ahora son de titularidad pública, y de los que se van a eliminar residuos, vegetación exótica y el sustrato de áridos aportado durante su explotación agraria. El consejero apuntó que la consejería tiene previsto impulsar medidas que mitiguen la incidencia que sobre el ecosistema de las albuferas ha tenido la intensa transformación que ha experimentado su cuenca hidrológica. La Junta sabe del problema El consejero aludió al informe de los universitarios, y su delegado territorial en Almería, Manuel de la Torre, coincide en que se trabaja de un trabajo sólido. "Efectivamente, hay un problema en la calidad del agua", señala. Con todo, el delegado advierte que la agricultura "ha mejorado mucho" en los últimos años en lo que se refiere al uso de plaguicidas, al utilizar ahora "productos menos dañinos" y debido a la importante apuesta almeriense por la "lucha biológica y la producción integrada". "Hay cultivos, como el pimiento, que cuentan con casi toda su superficie en producción integrada", asegura. De la Torre también alude al efecto en el humedal de la sequía, y considera que si se consigue el objetivo de incrementar las aguas desaladas y regeneradas, estas podrán utilizarse en el agro y compensar también el impacto que esta actividad haya podido suponer para la cuenca. Asimismo, manifiesta que la Junta es conocedora este problema y reitera que ya se trabaja con iniciativas como la presentada por Fernández-Pacheco, que servirá para "renaturalizar" el entorno, aunque no es el único que el Gobierno andaluz tiene previsto. Cree que es posible trabajar con el sector agrícola para "mejorar aún más", aunque incide en que en la actualidad no hay ningún sitio que ahorre más agua en esta actividad que esta provincia andaluza, gracias a una "agricultura puntera" que además apuesta por la sostenibilidad. EFE 1011266 mma/fs (foto)