En el corazón de la Denominación de Origen, se yergue sobre una colina una bodega mimetizada con su entorno. A sus pies, la población de Rueda que da nombre a la denominación. Finca Montepedroso, la ejemplar apuesta de Familia Martínez Bujanda por la elaboración de grandes vinos blancos de guarda, muestra su compromiso con los vinos de finca y, además, con el auténtico verdejo. Sus viñedos, a 750 metros de altitud, y con parcelas que superan los 30 años de edad, eran el lugar idóneo en el que desarrollar la pasión de Familia Martínez Bujanda, cuya relación con la viticultura abarca 135 años de historia. Allí se construyó la bodega en un momento, el año 2008, en el que la Denominación de Origen Rueda comenzaba a despegar. Conscientes de que, para desarrollar unos vinos extraordinarios, eran necesarios tanto un buen suelo como unas condiciones climáticas especiales, este enclave proporciona las características ideales para el cultivo de la única variedad que emplean, la uva verdejo. Las 25 hectáreas de Finca Montepedroso están dedicadas al completo a esta variedad autóctona que, por sus condiciones únicas, forma parte de la asociación Grandes Pagos de España. La combinación entre el terruño y la excelente aclimatación al mismo de la variedad verdejo, tiene como resultado la obtención de una uva de calidad excepcional. Con el fin de que todo resulte perfecto, la vendimia se realiza de noche, para mantener la frescura de la uva, y a máquina, para reducir al máximo su tiempo de oxidación. Durante su vinificación, el vino pasará por un período en contacto con sus lías, lo que compensa la acidez propia de esta variedad de uva, y les dota de una consistencia y una personalidad características. El resultado de este proceso cuidadoso son dos vinos, Finca Montepedroso y Montepedroso Enoteca, ambos guiados por la autenticidad del sabor de la verdejo. El primero es un blanco limpio y aromático, de sabor largo y elegante, en el que resaltan notas de hinojo y anís. El segundo es una edición limitada que solamente sale al mercado en añadas excelentes, con una crianza de cinco meses sobre lías en depósito con removido semanal y nueve meses sobre lías en huevo de hormigón, finalizando con un año en botella para redondearse. Un vino afrutado y mineral con notas de humo, caliza e incienso. Dos muestras distintas del fruto de la dedicación y el amor a una tierra y su uva.