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El arranque de la vendimia marca el pulso económico del campo español

19/09/2025
En: esdiario.com
Digital
El campo español vuelve a latir con el inicio de la vendimia, una campaña que combina tradición y modernidad y que este año llega marcada por la incertidumbre climática, la presión de los costes y la competencia internacional. Más allá del valor cultural, la recolección de la uva se convierte en un motor económico que moviliza a miles de trabajadores, sostiene a las zonas rurales y define buena parte del pulso exportador de España. La vendimia ha comenzado en buena parte de las zonas vitivinícolas de España y, con ella, arranca no sólo un rito agrícola que hunde sus raíces en siglos de tradición, sino también un engranaje económico que da empleo a miles de personas, mueve millones de euros y condiciona la balanza exportadora del país. La campaña de 2025 se enfrenta a un escenario complejo, marcado por la incertidumbre meteorológica, la presión de los mercados internacionales y los costes que siguen tensionando al sector. Un calendario adelantado por el clima Las altas temperaturas registradas en verano y las escasas lluvias han provocado que en regiones como Castilla-La Mancha, La Rioja o Cataluña las cuadrillas entren en el viñedo antes de lo habitual. Este adelanto, que en algunas comarcas supera las dos semanas, es ya un síntoma del impacto del cambio climático en la agricultura española. Los viticultores reconocen que la calidad de la uva se presenta buena, con grados de maduración elevados y racimos sanos, pero advierten de que la merma de producción será notable en determinadas denominaciones de origen. La estimación inicial de cooperativas y consejos reguladores sitúa la caída entre un 10 y un 15% respecto al año anterior, aunque con diferencias notables según zonas. Un motor económico y laboral La vendimia no es solo vino: es también empleo y actividad económica. Durante los próximos dos meses se calcula que más de 200.000 personas trabajarán directamente en la recolección de la uva, a lo que se suma el empleo indirecto en transporte, logística, hostelería y distribución. En comunidades como Castilla-La Mancha, donde se concentra casi la mitad de la superficie de viñedo nacional, la campaña supone un auténtico salvavidas para miles de familias rurales. A ello se une la importancia del vino como producto exportador: España es el primer país del mundo en superficie de viñedo y uno de los mayores exportadores, con ventas al exterior que superan los 3.000 millones de euros anuales. Presión de costes y competencia internacional No obstante, el sector encara la vendimia con preocupación. El encarecimiento de la energía, el transporte y los insumos agrícolas sigue recortando márgenes, mientras que países competidores como Italia o Francia presionan en los mercados internacionales con producciones más estables y mejor posicionamiento de marca. A ello se suma la incertidumbre en mercados clave como Alemania, Reino Unido o Estados Unidos, donde el consumo de vino ha mostrado signos de estancamiento. Los productores españoles, tradicionalmente fuertes en volumen y más débiles en valor añadido, tratan de dar el salto hacia vinos de mayor calidad y precio, un camino que requiere inversión y tiempo. EStendencia El reto de la sostenibilidad Otro factor cada vez más relevante es la sostenibilidad. La Unión Europea exige a las bodegas y viticultores un esfuerzo adicional en materia medioambiental, desde la reducción de fitosanitarios hasta el ahorro de agua o la huella de carbono. Estas exigencias implican costes que no siempre se compensan con el precio de venta del vino, pero que son inevitables para garantizar el futuro del sector y mantener el acceso a los mercados europeos. En paralelo a estos desafíos, la vendimia mantiene intacto su valor simbólico. Las fiestas de la uva, los pisados tradicionales y las celebraciones populares atraen cada año a turistas nacionales e internacionales, reforzando el vínculo entre el vino y la identidad cultural española. Bodegas grandes y pequeñas buscan además nuevas fórmulas de diversificación, con el enoturismo como punta de lanza. El visitante no solo degusta un vino, sino que participa en la recolección, recorre los viñedos y conoce de primera mano un proceso que conecta campo, industria y cultura. [embedded content] La Ruta del Vino Rioja Alta ha lanzado la campaña promocional "Es por esto", protagonizada por el actor riojano Pepe Viyuela que nos invita a descubrir su magnetismo único. El gerente, Alfonso Maestro, ha subrayado la importancia de esta acción, pues es una herramienta clave para dar a conocer la diversidad de experiencias que ofrece. Otazu abre sus puertas para ofrecer una experiencia única a sus visitantes: vendimiar la uva a mano, elaborar y catar su propio mosto, y descubrir el terroir único de su viñedo marcado por una influencia atlántica, y certificado bajo la D.O.P. Pago de Otazu. El recorrido Visita y Cata guía al visitante por siglos de historia y arte contemporáneo, desde el Señorío medieval hasta las instalaciones subterráneas de la bodega, culminando en una cata armonizada con pintxos elaborados. En Pradorey ya han comenzado a vendimiar y hasta el 26 de octubre tiene lugar una recogida muy especial, en la que comparten su buen hacer y experiencia con el público: son las Vendimias VIP de Pradorey y hay muy poquitas fechas para disfrutarlas. Cepa 21 ha anunciado la celebración de una nueva edición de su Taller de Vendimia. El objetivo principal es acercar a los visitantes al proceso tradicional de recolección y elaboración del vino. Los asistentes podrán participar en la vendimia manual, conocer el trabajo en el viñedo y aprender sobre la evolución de este proceso a lo largo del tiempo. El enoturismo en Abadía Retuerta se ha consolidado como una experiencia única en la Ribera del Duero, donde la tradición vitivinícola se fusiona con la exclusividad y el arte de la hospitalidad. Situada en un entorno privilegiado, la finca combina sus viñedos centenarios con un hotel de cinco estrellas instalado en una antigua abadía románica del siglo XII, lo que permite al visitante adentrarse en un viaje sensorial que trasciende el simple disfrute del vino. Las catas personalizadas, los recorridos guiados por los viñedos y la bodega, la alta gastronomía de su restaurante galardonado con estrella Michelin y las actividades al aire libre, como paseos en bicicleta o a caballo, convierten la visita en una inmersión completa en la cultura del vino. Abadía Retuerta no solo ofrece un producto de calidad, sino que ha sabido construir un relato que conecta paisaje, historia y vino en una propuesta de lujo serena y memorable. La vendimia de 2025 se presenta así como un termómetro de la economía rural española: menos uva en algunos lugares, buena calidad general y un mercado que no da tregua. El vino, como tantas veces en la historia del país, vuelve a ser símbolo de resiliencia y de futuro.
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