Hay quien dice que nunca hay suficiente queso en una receta, en una tabla, en un estante, en un frigorífico... y es que quien es amante de este lácteo en cualquiera de sus formas sabe de qué hablamos. A lo largo y ancho del mundo, tipos de quesos podemos encontrar para todos los gustos : más o menos curados, con leche de cabra, de oveja, de vaca, mezcla, ahumados, curados en cuevas, con ingredientes extras como pimentón, trufa o especias, para fundir, para tomar crudos... si bien existen infinidad de variedades de quesos, dependiendo de unos u otros factores algunos son notablemente más saludables que otros que tienen un mayor aporte de grasa. ¿Tienes claro en qué debes fijarte para saber si un queso es más o menos saludable cuando estás en el supermercado? Te lo contamos. Los tres factores a tener en cuenta a la hora de elegir queso Está claro que en la medida de lo posible y en situación de normalidad, el queso que siempre debe elegir es el que más te guste, tu favorito, aunque si quieres tener en cuenta sus propiedades nutricionales , esto es en lo que debes fijarte. El aporte graso puede varias mucho desde un queso desnatado que tiene menos de un 10% de materia grasa, hasta el 60% que podemos encontrar en algunas variedades, y aunque tipos de quesos existen mucho, en ocasiones acabamos comprando productos con sabor a queso que no son queso como tal y que por lo general tienen un valor nutricional bastante decadente. Por ello, lo primero que tenemos que tener en cuenta es el nombre del producto : si es queso solo va a poner 'queso'; si va acompañado de otras coletillas como 'delicias de queso' o 'producto de queso', mejor no elegimos esa opción si buscamos algo saludable. Lo segundo que tienes que tener en cuenta, como en el resto de productos, es la lista de ingredientes . Y cuanto menos tenga mejor, ya que se tratará de un producto más natural y con menos aditivos. Evita aquellos quesos donde en su listado de ingredientes aparece un extra de sal, agua y otros aditivos. Lo ideal es que los ingredientes que nos encontremos sea leche, cuajo, fermentos lácticos, mohos, cultivos mircobianos, levaduras o coagulantes de leche. El tercer y último punto que debemos tener en cuenta es el aporte proteico , ya que de por sí el queso es un producto alto en proteína ya que debería aportar como mínimo un 12%, es decir, 12 gramos de proteína de cada 100. Apúntate a nuestra newsletter y recibe en tu correo las mejores novedades para disfrutar al máximo del placer de comer.