Crece la división en Europa frente al fin de una prohibición provisional que la Comisión Europea impuso sobre los cereales Una fila de camiones aguarda junto a los enormes silos del puerto de Constanza (Rumanía), en el Mar Negro. El amarillo de su mercancía, maíz procedente de Ucrania, contrasta con el gris del cielo de mediados de septiembre. "Ha sido una carrera contrarreloj . La necesidad de que el cereal ucraniano circulase nos puso ante un reto enorme", afirma en entrevista con El Confidencial, Viorel Panait, presidente de Comvex, el mayor operador de este puerto rumano. En el laboratorio, un equipo de operarios examina el maíz. Panait explica, mientras pasea por las instalaciones -"recientemente ampliadas"- que "la cantidad de grano que llega y la presión es enorme, pero hemos hecho un gran progreso en un año y medio" . Ucrania exportó a través de Rumania casi 25 millones de toneladas de productos agrícolas desde que comenzara la guerra, según datos del gobierno rumano. La llegada masiva de cereales ucranianos se ha convertido en una cuestión peliaguda, con distintas posturas entre los miembros de la Unión Europea. Este viernes, venció la prohibición provisional a los cereales ucranianos que la Comisión Europea impuso, en mayo, a petición de cinco países limítrofes con Ucrania para evitar que las importaciones de cereales ucranianos hundieron sus mercados: Polonia, Hungría, Bulgaria, Rumanía y Eslovaquia . De este modo, el trigo, maíz, colza y semillas de girasol ucranianos no podían quedarse para consumo o almacenamiento en estos cinco países, aunque sí circular por ellos. La semana en que se acercaba la fecha, volvió la discordia. Ucrania ha acordado introducir medidas para evitar un nuevo aumento de las importaciones de la UE. De los cinco países favorecidos por la medida, Polonia, con elecciones parlamentarias a la vuelta de la esquina (15 de octubre), ha sido el más tajante, amenazando a la Comisión con medidas unilaterales si no extendía la medida. "Polonia no permitirá que nos inunde el cereal ucraniano . Independientemente de lo que decidan los funcionarios de Bruselas, no abriremos nuestras fronteras", advirtió Mateusz Morawiecki, primer ministro polaco, en su cuenta de X (anteriormente Twitter). Ese día, el gobierno polaco adoptó una resolución formal en la que pedía a la Comisión Europea que prorrogara la prohibición de importar desde Ucrania trigo, maíz, colza y girasol o de lo contrario, tomaría medidas unilaterales. El primer ministro de Ucrania, citado por Reuters , advirtió que podría buscar un arbitraje internacional sobre las restricciones a sus exportaciones de cereal, incluido recurrir a la Organización Mundial del Comercio para obtener una compensación. En la misma línea, los ministros de Agricultora de Eslovaquia, donde también hay elecciones el 30 de septiembre, y Hungría, se reunieron en Bratislava esta semana, coincidiendo en que debía extenderse la medida. Rumanía también defiende la prórroga de la prohibición. Solo Bulgaria votó a favor de levantar el embargo, en el parlamento nacional, el jueves, aunque pedirán una compensación a la Comisión. El presidente ucraniano Zelenski celebró la noticia en su cuenta en X, antes Twitter: "Bulgaria es un ejemplo de verdadera solidaridad" . En Rumanía , que se ha convertido en el mayor centro de tránsito para el grano ucraniano, las organizaciones agrícolas critican no solo la presión sobre los precios de los productos, sino la saturación de la capacidad de almacenamiento y las cadenas logísticas de transporte , y han amenazado con una huelga general masiva y con bloquear el puerto si los cereales ucranianos se venden en su país. En un comunicado, la federación de agricultores rumanos PROAGRO criticaba que la afluencia de productos ucranianos al mercado benefició "principalmente a comerciantes, oligarcas y empresas multinacionales más que a los agricultores ucranianos" y exigía "la prórroga inmediata de la prohibición a la importación de cereal ucraniano", así como inspecciones aduaneras; de lo contrario, amenazan con una huelga general masiva y con bloquear el puerto. "La protesta es el último escenario, no nos gustaría tener que protestar, pero es una cuestión de supervivencia" , advirtió en entrevista con El Confidencial en Bucarest, Ionel Arion, presidente de la Federación Nacional PROAGRO. "Deberían ser conscientes de que la Unión Europea ha trabajado mucho para crear un mercado estable y todas estas medidas pueden echar a la basura todos esos esfuerzos" , continúa Arion. La invasión rusa de Ucrania, a finales de febrero de 2022, amenazó con una crisis alimentaria a nivel mundial. Los dos gigantes agrícolas, Ucrania y Rusia, juegan un papel clave en el mercado de productos básicos. Ucrania es uno de los mayores exportadores de maíz, trigo y cebada del planeta. Suministra unos 45 millones de toneladas de cereales a los mercados , cada año, según Naciones Unidos, de los que dependen países de bajos ingresos. Rusia es el primer exportador mundial de trigo. Durante más de cuatro meses, buques militares rusos bloquearon los puertos ucranianos en el Mar Negro . Las exportaciones de cereal ucraniano y de fertilizantes y alimentos rusos se vieron seriamente afectadas. El grano empezó a acumularse en los silos ucranianos y esto, sumado al aumento de los carburantes, disparó el precio de los alimentos básicos. Saltaron las alarmas por el riesgo de hambrunas . En mayo, la Comisión Europea y los estados de la UE, establecieron los llamados "corredores de solidaridad" terrestres, una alternativa para facilitar el transporte entre Ucrania y los países vecinos, pero más costosa. Entonces, en julio de 2022, Ucrania, la Federación Rusa, Turquía y la ONU, firmaron un acuerdo en Estambul, renovado en dos ocasiones, que garantizaba la seguridad de navegación a través de un corredor marítimo. Este permitía a Ucrania exportar los cereales desde sus puertos, a través del Mar Negro, hasta el estrecho de Bósforo, en Turquía. Se le llamó Iniciativa de Granos del Mar Negro y, gracias a ella, salieron de los puertos ucranianos 1.004 barcos cargados con cerca de 33 millones de toneladas de productos alimenticios a 45 países. En julio de 2023, Rusia anunció su salida del acuerdo. La mayoría de las exportaciones fueron maíz (51%), trigo (27%) y productos de girasol (11%), según datos del Consejo Europeo . La iniciativa permitió, además, el transporte de 725,000 toneladas de trigo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU a Afganistán, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Yemen , para el que Ucrania en 2021 y 2022 suministró la mitad del trigo. Paralelamente, la UE decidió suspender aranceles sobre una serie de productos ucranianos exportados a los países de la Unión Europea, entre ellos cereales, junto a huevos, aves de corral y azúcar, productos que ya gozaban de un trato especial desde 2014. Y los productos ucranianos sin aranceles más baratos empezaron a llegar a los países vecinos europeos , enfureciendo a sus agricultores. Así nació la prohibición. La idea de la suspensión de aranceles "era permitir que Ucrania pudiera tener una salida a su producción de cereales alternativa ante el bloqueo por Rusia sobre la ruta habitual del mar Negro y de esta manera, disponer de una fuente alternativa de ingresos y divisas", explica a El Confidencial Antonio Sabina, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). " Pero, también, permitía presionar a la baja sobre los precios internacionales de cereales propiciados por dicho bloqueo y a Rusia, líder mundial en producción de trigo , y con ello de la inflación sobre alimentos, tanto de la UE como fuera", añade. ¿Qué dice España? "El ministro Luis Planas siempre ha defendido la necesidad de mantener abiertos los corredores para sacar la producción de Ucrania" , explican a El Confidencial desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, y señalan que, para España, "es muy importante, porque Ucrania es el principal suministrador de maíz y de girasol" y el maíz es fundamental, "porque es utilizado como materia prima para la alimentación animal". De hecho, desde que se abrió el corredor marítimo, en agosto de 2022, hasta el julio, España fue el segundo importador de grano ucraniano , con cerca de 6 millones de toneladas , solo superado por China (con casi 8 millones de toneladas). Con los países limítrofes con Ucrania, continúan desde el ministerio, España siempre ha mostrado su comprensión y solidaridad, "lo que sí ha expresado también es reserva y preocupación porque estos adoptaran medidas unilaterales que vayan en contra de los principios de funcionamiento del Mercado Único" . El desacuerdo entre gobiernos europeos abre la puerta a una cuestión incómoda, como el periodista Bartosz Brzezinski planteaba, recientemente, en Político : "Si Ucrania se convirtiera mañana en miembro de la UE, obtendría con diferencia la mayor cantidad de dinero de la PAC". "Si no construimos estas herramientas hoy, Polonia ciertamente no aceptará que Ucrania se una a la UE", sorprendía el ministro de Agricultura polaco en una radio local, Radio Plus. Una fila de camiones aguarda junto a los enormes silos del puerto de Constanza (Rumanía), en el Mar Negro. El amarillo de su mercancía, maíz procedente de Ucrania, contrasta con el gris del cielo de mediados de septiembre. "Ha sido una carrera contrarreloj . La necesidad de que el cereal ucraniano circulase nos puso ante un reto enorme", afirma en entrevista con El Confidencial, Viorel Panait, presidente de Comvex, el mayor operador de este puerto rumano.