La población del planeta ya ha alcanzado los 8.000 millones de habitantes, y seguirá creciendo a un ritmo frenético, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Para el año 2050, la ONU prevé 10.000 millones de seres humanos... pero el planeta es finito, como la despensa. Disponer de alimentos para todos constituye una prioridad, y el reto es mayúsculo. En un reciente informe, la propia FAO advierte sobre la creciente degradación de los recursos de suelos y acuíferos durante la última década, con las dificultades que eso implica para alimentar a la población mundial. Hay una consecuencia paralela a ese crecimiento acelerado: la contaminación. Se calcula que la agricultura representa aproximadamente una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Para frenar esa deriva, las grandes corporaciones apuestan por impulsar procesos de producción más sostenibles en el campo, que disminuyan las emisiones de carbono, contribuyan a la mejora de la salud y la biodiversidad del suelo y a reducir la deforestación. Es el caso de la multinacional PepsiCo, que se ha empeñado en aprovechar toda su experiencia acumulada en el ámbito agrario para ayudar a construir un sistema alimentario más sostenible. La finalidad de esta estrategia, bautizada como PepsiCo Positive , está encaminada a extender prácticas de agricultura regenerativa que mejoren la fertilidad del suelo y a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el sector agrícola, alcanzando en 2040 los objetivos de cero emisiones netas. Hace ya más de una década que la compañía ha puesto en marcha distintas prácticas de agricultura sostenible en los campos españoles, trabajando codo con codo con agricultores locales, proporcionando formación y transferencia de conocimiento y tecnologías. Este apoyo al sector se plasma en una inversión anual de 46 millones de euros en nuestro país, que genera 2.200 empleos (cultivos directos) en la cadena de suministro agrícola. Y este tipo de agricultura ya ha dado sus frutos (nunca mejor dicho): 191.000 toneladas de patatas, maíz, cacahuetes, tomates y otras hortalizas. Ahora, PepsiCo ha dado un paso más allá y ha empezado a centrar sus esfuerzos en desarrollar un nuevo modelo de agricultura que sea respetuoso con el medio ambiente y con el entorno natural. Se trata de la agricultura regenerativa (AR). "Este concepto engloba aquellas prácticas de producción agrícola que intentan devolver al suelo sus elementos de fertilidad, biodiversidad y nutrientes, para que de esa manera pueda conservar todas sus capacidades", explica el responsable del departamento agrario de PepsiCo en el suroeste de Europa, Ángel Alonso. La fórmula se aleja así de la agricultura tradicional, más centrada en la explotación de las tierras para conseguir el máximo rendimiento. La multinacional pretende extender el uso de técnicas de agricultura regenerativa en España hasta alcanzar las 77.000 hectáreas en 2030. Las ventajas de la AR son numerosas. La posibilidad de reconstruir y revitalizar el suelo permite mantener su fertilidad en el futuro, y eso es algo fundamental para las próximas generaciones. La agricultura regenerativa facilita que los cultivos tengan mayor capacidad de absorber los nutrientes y el carbono, de resistir las condiciones climáticas adversas, lo que redunda en un campo más saludable y, por lo tanto, más productivo. Para avanzar con éxito hacia la AR, PepsiCo utiliza herramientas digitales como la inteligencia artificial y el big data . A través de la aplicación exclusiva CropTrak, basada en esa tecnología, proporciona información valiosa al agricultor para optimizar su explotación. El programa de Consejo Semanal de Riego, por ejemplo, permite a los agricultores realizar una gestión eficiente del agua. Ángel Alonso admite que el uso de estas tecnologías resulta clave en este nuevo concepto agrícola, ya que aportan una cantidad ingente de datos con los que analizar multitud de parámetros. La digitalización contribuye, entre otras cosas, a multiplicar la eficiencia y aumentar la producción, a reducir las emisiones, a combatir mejor las plagas... La compañía ha impulsado también un foro de horticultores líderes en sostenibilidad en el que comparten conocimiento, formación y buenas prácticas de AR. Desde PepsiCo, Ángel Alonso reconoce que, para implantar este modelo de agricultura, es clave "crear una red de trabajo especializada" con los agricultores, y compartir con ellos las nuevas prácticas. Estos profesionales deben adquirir nuevos conocimientos y habilidades en torno al trabajo sobre la tierra, y adaptarse a estos cambios no es tarea fácil. El proceso es complejo, porque adoptar estos nuevos métodos requiere bastante tiempo. Al fin y al cabo, los proyectos de AR son a medio y largo plazo, y sus efectos no son visibles hasta que han pasado, al menos, cinco años. "Aunque cueste, estamos convencidos de que es el camino correcto para una agricultura positiva. Es la única vía para ser sostenibles tanto desde el punto de vista medioambiental como económico", incide Alonso. Más allá de estas herramientas de última generación que facilitan la optimización de las labores del campo, la agricultura regenerativa recurre a otras técnicas como la utilización de fertilizantes orgánicos que sustituyen a los químicos, el uso eficiente del agua, la plantación de cultivos intermedios que ayudan a fijar nitrógeno en la tierra y evitar la erosión, el pastoreo con animales en determinadas plantaciones y las rotaciones de cultivos. Otra práctica muy arraigada es la que está vinculada con el mínimo laboreo. En este caso, explica Ángel Alonso, se utiliza una serie de aperos específicos en determinados cultivos que apenas labran el suelo, pero sí permiten eliminar malas hierbas o generar una textura mínima adecuada en la superficie. Todas estas acciones van en la misma dirección: mejorar la fertilidad del suelo y reducir la huella de carbono. Un elemento fundamental en esta estrategia pasa por concienciar a los agricultores de que este cambio es posible. Para ello, PepsiCo cuenta con el asesoramiento y formación de la mano de socios especializados como The Regen Academy, organización fundada por el agricultor e ingeniero agrícola catalán Francesc Font. Después de unos meses en Australia y de ocho años aplicando la agricultura regenerativa en su finca familiar (de nueve generaciones), hace un año creó esta "academia formativa basada en compartir nuestro conocimiento y experiencia en AR de forma presencial y en línea", como él la define. PepsiCo colabora con Francesc y su equipo para llevar a cabo las formaciones sobre agricultura regenerativa y así extender estas prácticas entre trabajadores del campo proveedores de la compañía. Uno de estos foros con The Regen Academy tuvo lugar en abril de 2022 en Ariño (Teruel). Participaron una treintena de agricultores de patata y maíz procedentes de Castilla y León, La Rioja, País Vasco, Aragón, Portugal y del sur de Francia. "Compartimos lo que hemos aprendido estos últimos años sobre cómo producir de una forma que mejora el suelo y la biodiversidad, los regenera", recuerda Font. "En estas experiencias cuestionamos prácticas utilizadas durante años -por nosotros, también- para poner de manifiesto la necesidad de comprender el suelo e intentar dejar de dañarlo". Afloran los casos de éxito en toda la Península: Guillermo Holgado, de la Cooperativa Indycons (proveedor de patata de Torrecillas de la Abadesa, Valladolid) utiliza la energía solar para el riego eficiente de sus cultivos; Manuel Aires, agricultor y socio del proveedor Floyma en Encinas de Abajo (Salamanca), que en la fase de plantación produce unos minidiques en el terreno que evitan la escorrentía y la erosión del terreno, y Antonio García, agricultor de la Región de Murcia que produce tomate para el gazpacho Alvalle, integra prácticas de riego eficiente por goteo y control biológico de plagas con insectos beneficiosos que evitan el uso de insecticidas. Para facilitar este cambio, PepsiCo ha financiado 14 proyectos en 11 países. Uno de ellos es en España. Se trata de un programa piloto que se está llevando a cabo en una finca de 10 hectáreas en Arévalo (Ávila) y que, durante cinco años, investigará cuáles son las mejores prácticas de agricultura regenerativa en un cultivo de patata: rotaciones de cultivos, que incluyen las plantaciones de cultivos intermedios y de cobertura, técnicas de mínimo laboreo, fertilización orgánica... Todo ello lleva aparejado un proceso de medición de distintos parámetros con herramientas digitales que van indicando cómo evolucionan las características del suelo en aras de esa regeneración. La compañía supervisará los resultados de todos estos proyectos experimentales para apoyar y guiar a los agricultores en esta transición. "Con nuestras prácticas productivas, basadas en mejorar la fertilidad natural del suelo, y, por lo tanto, su contenido de materia orgánica, conseguimos capturar más carbono del que emitimos, mejorar la capacidad de retención de agua de lluvia y frenar la erosión, un problema muy grande al que no prestamos la atención que se merece", explica Francesc Font, consultor de AR para PepsiCo. En definitiva, ideas muy novedosas que demuestran el compromiso de la industria y de los agricultores con una nueva manera de concebir la agricultura, más acorde con los nuevos tiempos y con el futuro del planeta.