Si la reunión prevista entre los negociadores de Estados Unidos y de la UE no lo remedia, unos días después, el viernes 18 de octubre entrarían en vigor los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos a una lista de productos comunitarios, entre ellos aceite de oliva, vino y quesos, que serían gravados con una tasa adicional del 25% sobre el valor comercializado (« ad valorem»).
Una vez más, el sector agroalimentario europeo se constituye en rehén involuntario y altamente penalizado de un conflicto comercial, como es este caso, o de un conflicto geopolítico, como fue el de Rusia al anexionarse por la fuerza Crimea en 2015, en el que es totalmente ajeno.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) emitió un fallo este miércoles 2 de octubre en el que dio autorización a EE.UU. a imponer represalias comerciales por valor de 7.500 millones de dólares (6.874 M) al bloque europeo.
La Oficina de Comercio Exterior norteamericana (USTR) se dio prisa en señalar, pocos horas después que se incrementarán un 10% los aranceles de los grandes aeronaves civiles que la UE vende a Estados Unidos y en un 25% a ciertos productos agrícolas, como se desprende del listado oficial publicado por este departamento.
Entre los productos más afectados con esa tasa adicional del 25% se encuentran el vino, el aceite de oliva y las aceitunas, que se verán penalizados, aunque al parecer solo en los países que son accionistas de la aeronáutica Airbus (Alemania, Francia, España y Reino Unido).
Mientras que el resto de países, como Italia, Grecia o Portugal, por poner el ejemplo de los que son también productores, se librarían de las sanciones a esos productos, aunque no de otros, como quesos, licores, algunos tipos de carne congelada, moluscos, maricos, naranjas, mandarinas, clementinas, limones.
La OMC estima que Estados Unidos tiene derecho a imponer estos aranceles adicionales a la Unión Europea por los subsidios ilegales recibidos por la empresa aeronáutica Airbus, en competencia con la estadounidense Boeing, en un contencioso abierto hace ya más de 15 años.
La comisaria de Comercio de la CE, Cecilia Malmström , tras conocer la decisión, por otra parte esperada, de la OMC que si Estados Unidos decide seguir adelante con las sanciones, la UE, a su vez, impondrá aranceles a las importaciones desde el país norteamericano, sin esperar a que la organización multilateral falle contra las ayudas públicas de similar cuantía a la aeronáutica Boeing, en un informe previsto para principios del próximo 2020 .
Algunas fuentes señalan que la decisión de la Administración Trump se produce tras varios intentos de Bruselas de lograr una solución amistosa y pactado con Washington.
Ahora, Estados Unidos ha preferido poner las sanciones, «bendecidas» en su importe por la OMC (un organismo, por otra parte, criticado bastante por el propio Trump) para empezar a negociar con la UE, una decisión muy en línea con la estrategia negociadora seguida por Donald Trump en el ámbito comercial.
Solución negociada
Desde el Grupo Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D), la eurodiputada española Inmaculada Rodríguez-Piñero, señaló que «en un momento en el que la economía global se está ralentizando como consecuencia de la guerra comercial iniciada por Estados Unidos, la noticia de que Washington podrá sancionar a la UE con aranceles por valor de 7.500 millones de dólares acentúa el enfriamiento económico, perjudicando a las empresas y a los ciudadanos".
Para Rodríguez-Piñero, las sanciones responden así a la decisión de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que penaliza los subsidios que concedieron gobiernos europeos a Airbus para el desarrollo del A350 y el A380, en perjuicio de la multinacional estadounidense Boeing.
Rodríguez-Piñero señaló que esta decisión abre la puerta a nuevas sanciones, "lo cual no conduce a nada bueno".
"La UE ha ofrecido a EEUU una solución dialogada para evitar medidas y represalias, una solución que pasa por un nuevo régimen de subsidios para las industrias de aviación, y establecer el cumplimiento de obligaciones por ambas partes", destacó.
En ese sentido, la eurodiputada demanda al Gobierno estadounidense que busque "una solución conjunta con la Unión Europea para evitar mayores consecuencias negativas.»
Desde la propia compañía aeronáutica europea se afirmó en días pasados en que si EE.UU. decide imponer aranceles «se creará una situación de inseguridad, que afectará no solo a la industria aeroespacial, sino al conjunto de la economía mundial, por lo que se pide una solución negociada.